capitulo 36♦

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Sin embargo, Justin no se inmutó. Me soltó la muñeca. Me empujó hacia el tronco de un árbol, me estremecí ante su contacto. Agarró mi barbilla, tratando de girar la cabeza para mirarlo. Pero me resistí, empujando su mano a un lado. Sabía que mi actitud desafiante lo irritaba, Justin estaba acostumbrado a salirse con la suya.

- Basta. - exclamé.

Me era difícil mirarlos a los ojos. El dolor de mi corazón todavía era fuerte por lo que había visto.

- No la besé. - alzó la voz.

- ¿Cómo puedes negarlo? Te vi. - hablé con incredulidad.

Negó con la cabeza.

- Me besó ella.

Fruncí el ceño. Miré hacia el suelo. Mis pies descalzos parecían diminutos en comparación con sus converse. Moví los pies, la hierba húmeda comenzó a enfriar mis pies. Cerré los ojos recordando el disgusto en el rostro de Justin cuando Jasmine se acercó a nosotros.

- __. - habló.

¿Por qué iba a besarla si no le gustaba? Gemí al sentir su aliento caliente en mi piel. La sensación calentó mi cuerpo. Moví la cabeza, su nariz rozó mi mejilla. Su olor seductor se apoderó de mis sentidos.

- __, tienes que confiar en mí.

Sentí que mi defensa disminuía a mediad que los cálidos labios de Justin rozaban la esquina de mi boca. Cuando no me moví, su toque viajó a mi mandíbula. Pero mi mente se aclaró rápidamente ante la bruma de los afectos íntimos de Justin. Deslicé la mano hacia su cabello. Gimió un poco caundo tome en un puño su pelo, tirando de él para aumentar la distancia entre nosotros.

- Quiero saber si esto es real. - susurré.

La intensidad de sus ojos me dejó sin aliento. Me hizo sentir débil, desprendí ligeramente el agarre de su pelo mientras se acercaba a mí.

- Soy tuyo. - susurró. - Si me quieres, soy tuyo.

Sus palabras me dejaron sin aliento. Vi una pequeña sonrisa en su boca mientras mis pies descalzos se pusieron sobre sus converse. Rocé los labios delicadamente sobre los suyos. Cerró los ojos mientras succionaba su labio inferior. Sus manos grandes sujetaron mis caderas, sus dedos presionaron más fuerte mientras hablaba.

- Te quiero. - susurré.

Agarré sus hombros fuertes para tratar de mantenerme en pie. La tarea parecía simple, pero cada vez se hizo más dificíl, ya que apretó sus caderas desesperadamente contra las mías. Gemí mientras me deleitaba con el sonido gutural de los gemidos de Justin. Susurros entrecortados repitieron su nombre. Gemí un poco cuando su boca asaltó mi cuello, succionando, mordiendo. Estaba segura de que iba a recordar el abrazo caliente.

Se apartó de mala gana. Mordiendo su labio inferior ligeramente hingacho entre sus dientes, mirándome.

- Sé mi novia. - habló con voz ronca.

No estaba segura de si era una pregunta o una afirmación. Pero no me importaba. Una sonrisa apareció en su rostro mientras asentía. Envolví los brazos alrededor de su cintura, apretándolo. Le oí reírse entre dientes antes de envolverme en un abrazo protector. Me acarició contra su pecho mientras besaba la parte superior de mi cabeza. La oscuridad que nos rodeaba me asustaba. El cálido abrazo de Justin me libraba de mis preocupaciones y temores. Me sentía segura.

- Vamos.


***

Nos paramos en la puerta delantera. No podía dejar de sonreír tímidamente mientras llevaba mi mano a su boca, dejando un beso en la parte posterior de la misma. Su toque era suave y cálido. Jugué con sus largos dedos, su mirada nunca dejaba mi cara. Se acercó a mí. El beso fue apasionado, nuestras lenguas se movieron en conjunto con la urgente necesidad de sentirnos el uno al otro.

Me dejó sin aliento. Me pasé los dedos por los labios para comprobar que el beso fuera real. Sonreí cuando fui testifo de su lengua rosada deslizarse hacia fuera, lamiendo sus labios, saboreando mi gusto.

- Quédate esta noche. - susurré.

Asintió, entrelazando nuestras manos mientras lo conducía a la casa.

Justin cerró la puerta detrás de nosotros.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora