Necesito que te quedes aquí. - ordenó. - Lo digo enserio, __, no te muevas.
Su severa mirada se clavó en mí en el acto.
- Está bien. - respondí, agitando la mano indicándole que se fuera.
- En un minuto vuelvo. No deambules por ahí.
Su necesidad posesiva de mantenerme a salvo a menudo lo llevaba a tratarme como una niña. Sabía que sólo me estaba cuidando, pero su constante proteccionismo había comenzado a ponerme nerviosa últimamente. Lo vi alejarse a través de las muchas personas que asistían a la feria. Sostuve la tortuga bajo el brazo mientras miraba hacia atrás. ¿Es que no confiaba en mí? Animadamente señalé el lugar en el que estaba quieta, pronunciando "aquí". El teléfono estaba apoyado en su oreja, su dedo índice en la otra oreja tratando de bloquear los ruidos de atracciones circundantes. Sabía que él estaba molesto cuando sus cejas descendieron, frunciendo el ceño. "No te burles de mi" le leí en los labios.
Esperé a Justin, balanceando las piernas en el gran stand sin usar al que me había subido. Arrancaba pedazos de algodón de azúcar que Justin me había comprado, metiéndolo en la boca y dejando que el azúcar se derritiera en mi lengua. Sonreí mientras los niños pequeños pasaban con globos agarrados con fuerza en sus pequeñas manos. Estaba feliz mirando a la gente hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.
- ¿Estás sola?
Me giré para mirar a un grupo de chicos más jóvenes. Parecían de unos quince o dieciséis años, algunos con capuchas puestas. Me sentía incómoda bajo sus miradas. Eran el tipo de grupo por el que cruzas la calle para evitar caminar por el mismo camino que ellos.
- No.
Giré la cabeza, esperando que entendieran la indirecta y siguieran caminando. Pero mi corazón latía con más fuerza mientras seguían haciéndome preguntas.
- ¿Estás segura? - habló uno de los más altos.
Había un montón de gente pasando alrededor, yo seguía buscando a Justin. Desvié la atención de nuevo a los chicos, sus sonrisas lejos de ser amistosas, mientras esperaban mi respuesta.
- Estoy esperando a mi novio.
Vi como uno codeaba a otro, que parecía ser el líder. Su penetrante mirada hizo poner mi piel de gallina.
- Podemos esperar contigo.
- No, está bien, gracias, no tardará en venir.
Me alejé, llevando la tortuga conmigo mientras se sentaba a mi lado. Él era más alto que yo, a pesar de que yo era mayor. El resto del grupo se quedó mirándonos, casi alentando al chico.
- Yo no intentaría nada. - advertí.
Justin le sacaría la mierda. Cuando sentí una mano en mi muslo, levanté el peluche, golpeándolo en la parte posterior de la cabeza. Me puse de pie, caminando por el stand. El alivio recorrió mi cuerpo cuando vi a Justin, que se dirigía enfadado hacia nosotros.
- ¡__!
Se paro debajo de mí mirando hacia arriba, girando para que pudiera subirme a su espalda. Mis brazos envueltos alrededor del cuello de Justin cuando me trepé, con la mano sosteniendo uno de mis muslos mientras ponía mis piernas con fuerza alrededor de su cintura. El muchacho se puso de pie, su cuerpo se elevaba sobre nosotros mientras él se colocó donde antes estaba.
- ¡No la toques, cabrón! - habló Justin.
Tomando el tobillo del chico, jalándolo. Sus amigos mirando mientras caía de espalda a la madera dura de la plataforma. Lo escuchamos quejarse, rodando a un lado, el aire saliendo de él. Justin rápidamente se giró, mi cara pegada en el hueco de su cuello mientras comenzaba a alejarse.
