Justin se sentó en el extremo de la cama mientras esperaba a que me duchara y cambiara en el baño. Decidí usar shorts y una blusa, el clima caluroso me hacía imposible usar otra cosa. Recogí mi cabello largo antes de atarlo y apartarlo de mi cara.
- Sabes que no me importa si te cambias aquí. - escuché la voz ronca de Justin a través de la puerta.
- No va a suceder. - respondí.
Le oí reír.
- Oh, vamos, __. Ya te he visto desnuda.
Me sonrojé ante sus palabras, no había manera de que me olvidara de eso. A mi mente se le hacía difícil pensar en otra cosa, la forma en que sus grandes manos me tocaban. Sus dedos, sus labios, su lengua. Nunca había experimentado nada tan abrumador como esa noche. Un golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos.
- __. - habló a través de la madera.
Abrí la puerta para encontrar a Justin apoyado contra el marco. Tenía una sonrisa y sus ojos mieles me escanearon de arriba abajo.
- Maldita sea, tienes la ropa puesta. - bromeó.
Aparté la mirada de él, mirándome en el espejo cuando sentí sus cálidas manos en mis caderas. Sus largos dedos empujaron mi camiseta un poco, las puntas de sus dedos rozaron mi piel hormigueante.
- Pero siempre podemos cambiar eso. - susurró.
La risa profunda de Justin llenó la habitación mientras yo alejaba sus manos.
- Vamos. - lo llevé fuera del baño.
***
Nuestros dedos se entrelazaron mientras caminábamos por el parque. El sol se iba mientras los niños jugaban al escondite. Mis ojos se posaron sobre un grupo de chicos jugando al fútbol. Nunca pude entender cómo son capaces de correr a toda velocidad hacia arriba y abajo del cambo, mientras el clima estaba así. Con sólo mirarlos me hicieron sentir calor.
Casi no lo podía creer cuando tomé un segundo vistazo a uno de los chicos. Jake. Rezé para que Justin no lo hubiera visto, traté de dirigirnos en otra dirección, pero ya era demasiado tarde.
- ¿Todo bien, cariño? - habló Jake.
La cabeza de Justin se volcó en dirección a la voz. Su mano apretó la mía antes de dejarla caer a un costado. Vi como sus ojos mieles se volvieron increíblemente oscuros. Apreté las manos sobre el pecho de Justin mientras él airadamente intentaba avanzar.
- Justin, detente. No puedes resolverlo con violencia. Sé que eres más inteligente que eso. - supliqué.
- __, ve y espera allí. - ordenó, sin hacer contacto visual.
- No.
Justin me miró, el fastidio cruzó su rostro. Sus manos grandes agarraron mis muñecas intentando empujarme detrás de él. Pero yo me resistí, retorciéndome de su agarre.
- Mira a todos los niños. Sé que no quieres asustarlos. Sólo piensa en lo que estás haciendo por un segundo.
Los brillantes ojos mieles de Justin se posaron en mi cara, golpeándolo a la realidad de que estábamos en un parque lleno de niños en la mitad del día. Esto no era ni el momento ni el lugar para empezar algo con Jake.
- Quédate aquí. - le di un toque en el pecho.
Me di cuenta de que iba a protestar, lo arrastré hasta un banco y lo obligué a quedarse allí.
- Por favor, quédate aquí.
Su respiración era profunda, su pecho subía y bajaba pesadamente. Justin no se movió mientras caminaba hacia Jake, que estaba sonriéndome. Jake guiñó el ojo derecho antes de reírse con disimulo mirando a Justin. Me giré para verlo ponerse de pie, su mandíbula se tensó y apretó los puños.
- Por favor, no lo hagas. - le dije. Un suspiro salió de mis labios cuando Justin se quedó quieto.
- Bueno, tienes a Jus como un perro. No creí que nadie sería capaz de tener ese tipo de control sobre él. - hizo una pausa inclinándose hacia mí. - Debes ser increíble en la cama. - susurró.
Dejé escapar un sonido de disgusto.
- Si te acercas a Justin o a mí otra vez, iré a la policía y les diré que trataste de violarme detrás del club. ¿Entientes? - dije con severidad.
La preocupación pasó por sus ojos antes de que él la empujara a un lado y se echara a reír.
- Creo que te estás olvidando de lo que tu pequeño novio hizo esa noche. Estoy seguro de que a los policías les encantaría saber cómo obtuve estas cicatrices.
- Defensa. Justin me estaba defendiendo de ti. Y de todos modos, ¿a quien crees que creería la policía? - di un paso más cerca. - ¿A ti o a mi?
Mis palabras enseguida le borraron la sonrisa de la cara. Me giré para caminar antes de que Jake hablara.
- Justin te merece. Perra.