Mi cabeza giró bruscamente para encontrar a Dan corriendo por la puerta de atrás con los ojos muy abiertos. Me había olvidado de que Scott y yo no estábamos completamente solos. Pude ver a Dan desesperadamente evaluar la situación, lanzando un vistazo de mi rostro petrificado a la mano agarrando mi antebrazo. Pasaron unos segundos en un desenfoque hasta que el contacto doloroso fue liberado, Dan me tiraba detrás de él mientras gritaba.
- ¡Lárgate!
Me sentía desorientada, mirando alrededor del escudo masculino frente a mí para ver a Scott limpiándose la sangre de debajo de la nariz con el dorso de la mano. Su mirada estaba llena de ira, fastidio de que alguien hubiese interrumpido su plan asesino. Mi aliento quedó atrapado en mi garganta mientras sostenía mi visión cautiva.
- Es mejor que mantengas la boca cerrada. - Scott habló con los dientes apretados. - O voy a matar a tu novio también.
***
- ¿Qué diablos fue eso?
Mi único pensamiento era de disgusto cuando dejé caer mi mirada hacia el líquido rojo seco sobre mi piel. Estiré mis manos delante de mí, a toda prisa las movía de un lado a otro. Era sangre de Scott. Me sentía sucia.
- Ayúdame a limpiarlo. - mi voz tembló cuando me tropecé con la puerta del baño. - Dan. - lo llamé desesperadamente.
Estuvo a mi lado en cuestión de segundos, enrollando mis mangas y guiando mis manos bajo el grifo. Me paré y sollocé mientras él me restregaba para limpiarme con agua y jabón en el cuarto de baño pequeño. El agua fresca fue escalofriante en mi piel ya helada. Cogió una toalla, Dan secó suavemente la humedad. Las gotas todavía brillaban en sus manos mientras su derecha cautelosamente subió a mi rostro. Mi barbilla fue inclinada hacia arriba, con el pulgar moviéndose sobre el área marcada en la mejilla, era seguro que tenía moretones.
- Por favor, no lo hagas. - gemí.
Mi labio partido estaba dolorido, sabía que iba a estar un tiempo así, hasta que sanase. Pero mi atención se desvió lejos de de la sensación de escozor cuando sus cálidos dedos fueron cuidadosamente enrollados alrededor de mi mano.
- Esto tiene que ver con Justin, ¿no es así? - pausó Dan - Ese hombre que te hizo esto, fue a causa de Justin.
Yo ya sabía muy bien que Dan lo desaprobaba. Ellos se odiaban.
- Hay que decírselo. - de repente habló.
- No. - le negué con la cabeza vigorosamente. - Scott dijo... - mi voz se fue apagando, al no tener el coraje de terminar la frase.
La expresión de Dan se endureció mientras me miraba, con la cabeza agachándose más abajo que mi estatura. Su cálido aliento abanicó mi cara y no tuve más remedio que mantener su contacto visual.
- No es bueno para ti, ____, Él va a terminar perjudicándote a ti por ser quien es... Justin es peligroso.
- No. - lloriqueé.
Mis dedos se deslizaron de él cuando me negué a aceptar las palabras que salieron de sus labios. ¿Esperaba que abandonase a Justin? Me di cuenta de la frustración de Dan, alcanzándome antes de que pudiera alejarme.
- Por el amor de Dios, ____. Mira tu cara.