Me apoyé sobre los codos mientras navegaba sin rumbo por Tumblr. Mi madre estaba fuera. Estaba visitando a un familiar que nunca había visto antes, que había caído enfermo. La habían llamado por la mañana. No tenía ni idea de cuándo iba a volver.
Giré la cabeza bruscamente al oír el zumbido del teléfono. Solté un bufido, porque no quería moverme. Me di la vuelta con pereza, y cogí el móvil. El nombre de Zoe apareció en la pantalla, abrí el mensaje.
''Hola. Sólo quería hacerte saber que mañana veremos una maratón de películas. ¡Trae helado! XX''
Me eché a reír antes de responder. Nuestras noches de cine casi siempre terminaban con nosotras en un chat. No las había visto mucho recientemente, y tuve la sensación de que estarían muy interesadas en la situación con Justin.
''¡Bien! Dalo por hecho"' le contesté.
Dejé el teléfono en el edredón, mirando hacia atrás en la pantalla del ordenador. Una pequeña risa salió de mis labios, ya que volvió a sonar segundos después. Moví los dedos desbloqueando el teléfono, no presté atención al nombre y abrí el mensaje.
''¿Cuál es tu segundo nombre?''
Fruncí el ceño en confusión hasta que examiné la parte superior de la pantalla. Era Justin. Nunca me había preguntado sobre mí antes, y no estaba segura de si debía darle información o no. Jugueteé con el móvil antes de escribir.
''Grace''
Me mordí el labio inferior mientras le daba a enviar. Me asusté cuando mi gato gris atigrado, Doug, se subió a la cama. Rocé su pelaje rayado en un intento de llamar su atención. Sonreí, le rasqué detrás de las orejas antes de mirar de nuevo la pantallita del teléfono. Me apresuré a añadir algo al mensaje.
''Grace. ¿Y el tuyo?''
Mi teléfono sonó durante toda la noche. Nos enviábamos mensajes, preguntándonos acerca de nuestras vidas. Aunque él no se cortó en hacer preguntas íntimas que me hicieron sonrojar más de una vez.
***
- ¿Justin te salvó?
Asentí.
Las chicas se miraron asombradas de lo que les había dicho. Estábamos en la sala de estar. Como había predicho, la película estaba siendo ignorada mientras hablábamos y comíamos helado.
Pude sentir el rubor subir a mis mejillas cuando confirmé lo que había sucedido en su casa. Mi teléfono comenzó a sonar. El nombre de Justin brilló en la pantalla.
''¿Qué color de ropa interior llevas hoy?''
Me sonrojé mientras leía el mensaje. Su confianza me asombraba.
- Tal vez no es tan malo como pensábamos. - sugirió Charlotte.
Sus ojos se movieron de mi cara al teléfono.
- ¿Qué pasa? - preguntó Zoe sonriendo.
- Um, me voy al baño. - dije.
Caminé hacia el baño. Maldije mentalmente cuando me di cuenta de que había dejado el teléfono. Cuando regresé, a los pocos minutos, las chicas estaban en silencio. Después comenzaron a reírse incontrolablemente. Cogí el teléfono y exploré los mensajes enviados, para mi horror había uno nuevo para Justin.
''Negro de encaje''
Levanté la cabeza.
- No puedo creer que hayáis hecho eso. - hablé con urgencia.
Sus risas se interrumpieron cuando una vibración recorrió mi mano.
''Mierda. Envíame una foto''
Charlotte tuvo la oportunidad de arrebatarme el teléfono mientras estaba con la boca abierta.
- ¡Oh dios mío!
Le pasó el teléfono a las otras dos, que estaban sentadas en el sofá.
- Él te quiere. - bromeó Zoe.
Se levantó y se acercó a mí, y me entregó el teléfono. Me senté, soltando un suspiro. Dejé caer la cabeza hacia atrás en el respaldo con los ojos cerrados.
- Maldita sea. - murmuré.
***
- Puedo llamar a un taxi. - sugirió Zoe.
- No, estaré bien. - sonreí.
Salí por la puerta principal y me volví hacia ella.
- ¿Segura que no quieres pasar la noche?
Le agarré el brazo, apretándolo.
- Estaré bien.
- Muy bien, me llamas cuando llegues. - dijo. - Eso si no estás muy ocupada enviándole mensajes a Justin.
Murmuré que se callara mientras se reía. Nos despedimos y comencé mi camino hasta casa. Acerqué el abrigo a mi cuerpo cuando el viento comenzó a azotar más fuerte. La luna brillaba con fuerza. Las luces de la calle iluminaban tenuemente mientras caminaba bajo ellas. Los coches alineaban la calle. Me acerqué a una esquina, y miré un bar un poco más lejos.
Aceleré el paso, con ganas de escapar de la atmósfera basada en alcohol. Pero tuve que echar un vistazo al callejón oscuro en el costado del edificio. Incluso desde el otro lado de la carretera, reconocí su cuerpo y su pelo. Me detuve en seco. Me di cuenta de que la situación era bastante tensa, las posturas de los hombres estaban un poco a la defensiva. Me quedé bloqueada cuando fui testigo de cómo Justin empujaba con fuerza a uno de los chicos. No sabía qué hacer. Mi mente me decía que caminara, pero no podía. El ritmo de mi respiración aumentó cuando uno de ellos sostuvo a Justin contra la pared. El otro le dio un fuerte golpe en el estómago.
- ¡Justin!