Aferré la mano de Justin cuando me tiró por las escaleras a su apartamento. Sentí que mi corazón estaba en mi boca, al tiempo que él abría la puerta para cerrarla segundos después detrás de nosotros. No perdió el tiempo en quitarme la chaqueta, colgándola. Sentí el calor de su tacto cuando tocó mi espalda guiándome por el pasillo hasta una puerta que sabía que era su dormitorio. Mi mente navegó en las imágenes de lo que había sucedido la última vez que había estado allí.
Oí la puerta cerrarse antes de que Justin se colocara detrás de mí, salté ligeramente cuando sus dedos empujaron mi pelo a un lado. Presionó los labios en la piel de mi cuello, mordisqueándolo y chupándolo. Me dio la vuelta repentinamente hacia él, mi pecho subía y bajaba pesadamente. Tomó mi mano temblorosa. No dejó de mirarme a los ojos mientras la llevaba a su boca y dejaba un leve beso.
- Seré amable. - susurró.
Ví que daba una patada para quitarse sus Converse antes de arrodillarse frente a mí. Sus grandes manos acariciaron la piel de mi muslo derecho mientras deslizaba caricias por la pierna. No podía apartar los ojos de él.
- Tan suave. - murmuró, mientras dejaba unos leves besos en la pierna.
Mi pierna estaba levantada, con las manos aferradas a los hombros anchos de Justin mientras me quitaba el zapato. El proceso se repitió con el otro pie, después se levantó alzando su figura sobre mí. Miró la cama, instruyéndome a que fuera hacia ella, vacilante hice lo que me ordenó en silencio.
Él me detuvo, y se puso detrás de mí. Estaba de espaldas a él. Un fuerte brazo se envolvió alrededor de mi cintura, disminuyendo la distancia entre nosotros, mi cabeza estaba pegada a su frente. Me tensé cuando sentí su mano en mi pecho, apretándolo suavemente. Su toque envió escalofríos por todo mi cuerpo. Su fuerte brazo me sostenía mientras me retorcía contra él. Deslizó su mano caliente al interior de mi muslo, al mismo ritmo que lo hizo en el club. Dejé que un gemido saliera de mis labios cuando sus dedos tocaron ligeramente por encima de la ropa interior. Comenzó a frotar sobre el área sensible, moví las caderas con su contacto. Susurraba cosas sucias a mi oído. Me sorprendí un poco cuando me dijo todas las cosas que quería hacerme.
- Justin. - jadeé con voz entrecortada.
Él gimió, sus dedos se movían sobre la ropa interior. Grité, nadie nunca me había tocado así antes. Mi cuerpo comenzó a desplomarse contra el suyo. Encontraba difícil mantener el ritmo, a pesar de que mi espalda estuviera presionada contra su torso. Su pulgar se movió sobre mi clítoris, haciéndome gemir.
- Mmm. - susurró en mi oído.
Dejó unos besos calientes en mi cuello mientras seguía dándome placer. Él se movió, llevándome con él mientras se sentaba en el borde de la cama.
- Sube. - ordenó.
Accedí, enganché el vestido y me subí en su regazo. Sus grandes manos se aferraron a mis muslos, separándolos, así que mis piernas colgaban a ambos lados de sus piernas. Le miré cuando ví que llevaba sus dedos a su boca. Los chupó lentamente antes de sacarlos. La punta húmeda de sus dedos ásperos corrió por el interior de mis muslos, antes de sumergirse de nuevo en la ropa interior. Pero esta vez su dedo medio bromeó con mi entrada. Sabía que estaba siendo cuidadoso, facilitando el dedo suavemente. Pero eso no impidió que dejara caer incómodos gemidos. Apoyé la cabeza en su hombro, luchando por respirar mientras empujaba más adentro. Agarró mi cintura, en un intento para que dejara de retorcerme.
- Buena chica. - dijo con voz ronca.
Me estremecí cuando su dedo se arremolinó alrededor, sacándolo y empujándolo nuevamente dentro. El ritmo constante me permitió notar los nervios y articulaciones en el dedo.
- ¿Se siente bien?
Sus rodillas se separaron.
- __. - exigió.
No podía hablar, pero mi mano se apoderó de su antebrazo, apretándolo. El placer pulsando en mi cuerpo era insoportable. Intentaba mantener los ojos abiertos. Comenzó a dejar besos húmedos en mi hombro. De pronto, se apoderó de mis caderas, empujándome para que pudiera ponerme de pie. Sus manos grandes me agarraron por los brazos, girándome y empujándome de nuevo a la cama.
- Siéntate.
Me senté en el extremo del colchón, no muy segura de lo que iba a hacer a continuación. Justin se puso en cluquillas delante de mí, así que estábamos a la misma altura. Apoyó su frente en la mía. Me estremecí cuando se adelantó y empujó mi ropa interior a un lado, con un lardo dedo entrando en mí otra vez. Curvó los labios hacia arriba al ser testigo de mi lucha por respirar, lloriqueando. Segundos más tarde se retiró. Se movió un poco hacia atrás, y vi cómo se llevaba el dedo a la boca. Abrí los ojos asombrada cuando vi cómo sus labios gruesos se envolvían alrededor de su dedo índice, succionándolo. Suspiró antes de retirarse. Chupó sus labios suavemente.
- Oh, dios. - respiró. - Quiero probarte.
