capitulo 47

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Justin tiene diecinueve años. - comenté en voz baja.

- Hmm, pensé que era de nuestra edad.


Se encogió de hombros mirando alrededor del grupo antes de que su atención se dirigiera de nuevo a mí.


- ¿Qué más habéis hecho? - continuó el interrogatorio, Zoe.


Yo sabía que ellas estaban solo siendo curiosas. Yo era la primera en salir de nuestro pequeño grupo a experimentar el estar con un hombre sexualmente. Era natural que hicieran preguntas, pero me sentía un poco fuera de lugar para ser honesta. Yo no estaba muy segura ni de cómo explicarme las cosas a mí misma.

- Él, umm, me complació oralmente. - contesté, las mejillas sonrojándose.

- Oh Dios mío. - comentó Charlotte. - ¿Cómo fue?

No había manera de que fuera a dar ningún tipo de detalle.

- No tengo mucho de una base de comparación. Pero fue bastante alucinante. - admití.


Yo no podía dejar de sonreír tímidamente, pensando en el tiempo que pasé junto a Justin en su cuarto.

- ¿Has hecho algo por él?


La pregunta me dejó perpleja. Todo lo que tenía para responder era esa única vez que lo hice eyacular en sus bóxers. Pero incluso esa vez él estaba completamente vestido. Bueno, casi.

- ¿Te pidió que lo hicieras? - cuestionó Erin.


Negué con la cabeza. Ni una sola vez Justin me había incitado a realizar nada por vía oral con él. Tal vez él no quería presionarme. Pero seguro que él quería que yo correspondiera. Yo sabía lo esencial de las cosas, pero mi falta de experiencia me dejaba en completa desventaja.

- Tal vez deberías intentarlo. Quiero decir, él tiene experiencia, de esa manera te puede decir cómo hacerlo, y lo que le gusta.


Parecía bastante simple, pero en realidad la idea de llevar a cabo el acto me inquietaba. Parecía que era Justin el que siempre iniciaba lo sexual entre nosotros, siempre el dominante. ¿Cómo podía siquiera abordar el tema? Reflexioné sobre la idea un segundo antes de recordar que Justin no era exactamente tímido cuando se trataba de ese tipo de temas íntimos. Yo estaba bastante segura de que no le importaría que expresara mi curiosidad.

- Pero es Justin. - me sonrojé.

- Con más razón. - Erin se echó a reír.


***


Mi madre se había ido a trabajar, y yo estaba sola de nuevo. Una serie de libros estaban esparcidos por mi edredón mientras deliberaba sobre cual empezar a leer primero. Después de mi reveladora puesta al día con mis amigas, me había pasado la tarde en la gran librería de la ciudad. Estableciéndome en una de las cómodas sillas y eligiendo algunas interesantes lecturas. Agarré la oscura cubierta de uno de los libros más grandes, apilando las otras novelas al lado de mi cama. Me iba acercando lentamente a tener una colección bastante grande. Mi madre siempre había dicho que podría empezar una biblioteca con la cantidad que había leído.

Mi mente absorbiendo las palabras en la página. Tanto así, que no había oído mi puerta abrirse. Mi cuerpo estaba tendido en el colchón, con atención en el libro puesto cerca de mi cara mientras yo me adentraba en la historia cautivadora. El movimiento en mi cama me asustó un poco. Pero yo sabía exactamente quién era. Él se rió entre dientes profundamente, pasando sus manos grandes y cálidas por mis piernas mientras se arrastraba hacia mí. Yo todavía tenía mi libro, tratando de luchar contra la propagación de una sonrisa en mis labios.


- ¿Me estás ignorando? - sonó su voz ronca.


Un dedo índice enganchándose en la parte superior del libro, poco a poco tirándolo hacia abajo. Una melena rebelde apareciendo, seguida por un par de brillantes ojos mieles. Hoyuelos saliendo en sus mejillas mientras él me miraba entretenido.

- ¿Cómo podría ignorarte? - bromeé.


Justin sonrió.

- Hola, preciosa.


Sus labios bajaron a los míos, dejando un suave beso en mi boca. Pero su expresión se transformó segundos después. Su sonrisa pícara desapareciendo mientras me observaba.

- Sabes, deberías cerrar la puerta. - frunció el ceño ligeramente.

- N-no sabía que estaba abierta. - admití en voz baja.

- Cualquiera podría haber entrado. - continuó, una pizca de molestia en su voz.

- Claramente. - le hice un gesto señalándolo a él mientras mantenía su posición, situándose por encima de mi cuerpo.

Vi la mandíbula de Justin tensarse ante mi respuesta, obviamente, no estaba muy feliz con mi falta de pensamiento hacia la seguridad.


- Sólo tienes que cerrarla la próxima vez, ¿vale?


Había una cierta dureza en su tono. El miel impresionante de sus ojos oscureciéndose un poco. Me sentía como una niña que estaba siendo regañada por ser traviesa. Creo que él podía sentir mi nerviosismo hacia él cuando hablaba. Los rasgos de Justin se suavizaron. Sus codos doblándose al agacharse más hacia mí, dándome un beso en la mejilla.

- Sólo quiero que estés a salvo, __. - susurró en voz baja.


Mis ojos se cerraron en su cercanía, permitiéndome absorber su olor hipnotizante. El pelo suave cosquilleando mi piel.

- La cerraré con llave. - dije en voz baja.

- Buena chica. - sonrió.


Su nariz frotando contra la mía antes de sumergir su cabeza en mi cuello. Los besos de Justin desviando mi atención de sus manos, que se habían dirigido lentamente por debajo de mi camiseta. Dejé escapar un gemido mientras sus largos dedos comenzaron a hacerme cosquillas en los costados. Se echó a reír mientras yo no paraba de reírme, mis pulmones respirando con dificultad. Mis manos empujando suavemente sobre sus fuertes hombros, lo que permitió que él quedara echado en el colchón junto a mí.

Estaba sonriendo ampliamente, mostrando sus hoyuelos mientras yo me levantaba de la cama. Desesperada por evadir su toque juguetón. Cogí el libro que había caído al suelo durante el divertido encuentro. Justin me observó, inclinando la cabeza hacia un lado mientras yo encontraba la página en la que me había quedado previamente. Puse el libro en mi mesilla de noche.

- ¿Quieres ir a la feria? - preguntó bruscamente.

- ¿Al parque de diversiones? - contesté.


Realmente no podía imaginar a Justin en ningún lugar donde había la palabra "diversión" en el título. Yo no estaba dando a entender que era aburrido estar con él, Justin era todo lo contrario. Sin embargo, su comportamiento a menudo oscuro daba la impresión de que él realmente no encajaría en un lugar con luces brillantes, juegos mecánicos y algodón de azúcar.

- E-es decir, si no quieres no vamos, pero... - se detuvo un segundo para repensar. - Umm, bueno, me han dicho que aparentemente a las chicas les gusta ese tipo de cosas.

Yo no podía dejar de reír mientras él buscaba que decir. Estaba muy fuera del carácter de Justin, normalmente él era el que me hacia tartamudear. Su tropiezo verbal me hizo preguntarme si había llevado alguna vez a una chica en una cita que no involucrara alcohol o clubes. El ligero rubor en sus mejillas me dijo lo contrario. Él hizo un mohín, agarrando mi mano y tirando de mí en su regazo. Su rostro cayendo en mi cuello.

- Deja de reírte de mí. - gruñó.

Su rostro volvió a aparecer. Le di un pequeño beso en la mejilla.

- Me encantaría ir contigo. - sonreí.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora