- Sí, esa es normalmente la reacción que obtengo. - sonrió. - Estoy muy contento con la forma en que resultó, gracias a ambos por hacerlo para mí.
- No hay problema. - Justin le dio una palmada en la espalda.
Mientras la gente se movía, más del paisaje bajo nuestros pies fue revelado, las huellas de la creación de senderos, algunos ligeramente más borrosos que otros. La comparación entre nuestras impresiones eran obvias, colores y tamaños diferentes. Miré más cerca al descubrir las imágenes que había capturado al azar la decoración del arte. No me había imaginado que se vería tan bien poniéndolos juntos, los toques finales de Ryan crearon algo absolutamente increíble.
Fue cuando Justin se movió hacia un lado que me hizo darme cuenta de lo que había estado mirando con confusión en su rostro. De repente me sentí demasiado caliente, mis mejillas con un toque de color rosa. No había duda de la forma de Justin tirado, la pintura distorsionando algo su imagen en el blanco. Sólo rogué que nadie notara las marcas moradas de mis rodillas que quedaban a cada lado de su pierna. Las impresiones confirmaban la evidencia de qué actividades habían jugado en el estudio desierto.
Justin se aclaró la garganta sútilmente, tratando de no parecer tan culpable como yo.
- Yo, um, hay algunas personas con las que quiero hablar.
- Vale.
Vi mientras él se relajaba, la altura de Justin haciéndole incapaz de mezclarse con los grupos de inviduos.
- ____, no teníamos espacio para estos. - Ryan sonrió, dándome unas fotos. - Pensé que te gustarían.
Con gratitud tomé las fotos.
- Gracias.
- ¡Ryan!
Su cabeza se lanzó en la dirección de dónde su nombre fue llamado.
- Oh, lo siento ____. Nos vemos más tarde.
Cuando me dejó por mi cuenta miré por mi cuenta algunas imágenes, sonriendo por las caras divertidas que Justin había puesto y las orejas de conejito que le había puesto en secreto detrás de su cabeza. Una foto mostraba nuestros rostros cubiertos de pintura mientras sonreía a la cámara. Los ojos de Justin se cerraron, largas pestañas se dispersaron mientras presionaba sus labios en mi mejilla izquierda. Sonreí recordando las rayas negras que había marcado su piel. Tenía su pelo claro en un lío difícil de controlar.
La siguiente imagen me dejó sin aliento. Por supuesto, Justin se veía hermoso, sus ojos brillantes y sus hoyuelos. Sus labios rosados se extendieron en una amplia sonrisa, la cabeza inclinada lejos de la cámara. Si yo estuviera buscando subjetivamente, no habría ninguna duda de que la chica de la foto estuviera mal por completo. No estaba preparada para el flash. La cámara había captado un momento que sólo creía posible en esas viejas fotografía en blanco y negro, los de las parejas que se reunían después de largos días de separación.
- Es precioso, ¿verdad? - cuestionó la voz de una mujer.
Rápidamente coloqué las fotos en mi bolso, sin preparación para la compañía. Después me tranquilicé y giré para ver a una señora bastante grande que se detuvo a mi lado. Su pelo corto, ligeramente canoso, disparó hacia arriba su cabeza. El vestido que llevaba era casi hasta el suelo de largo, remolinos artísticos que creaban patrones en su ropa. Me distraje por el vaivén de sus pendientes ostentosos mientras esperaba mi respuesta.
- Oh, sí, creo que es brillante.
- Ryan tiene un talento único.
Asentí con la cabeza en acuerdo mientras continuábamos observando la obra de arte colgada en la pared. Sin embargo, la pausa en la conversación no duró mucho, ya que había oído que la mujer chasqueaba disgustada. Curiosamente seguí la línea de visión, sorprendida al llegar a Justin. Él estaba haciendo su camino a través de la galería a la pared del fondo.
- En cuanto a aquel, un chico como él nunca va a ser bueno. - casi escupió. - He oído que ha estado en una cantidad inimaginable de peleas. Sólo deberían encerrarlo, librarnos de todos los problemas.
La forma en la que hablaba me causó una molestia dentro de mí. Ella no sabía nada.
- No está bien que le juzgue cuando no le conoce. - respondí algo cortante.
