Oye, ____.
Giré sobre mis talones para encontrarme con Dan, que estaba detrás de mí. Recibió mi sonrisa antes de mirar de nuevo a mi casillero. Su cuerpo se apoyó contra la puerta metálica del compartimento junto a mi izquierda mientras yo me volvía, colocando las cosas en mi bolso para ir a casa.
- ¿Todo bien? - le pregunté.
- Sí, sólo quería hablar contigo.
Vi cómo se apartó un poco su cabello castaño claro de la frente, liberando sus ojos azules de la obstrucción. Su estatura por encima de la mía, todo el mundo parecía ser más alto que yo. Dan se aclaró la garganta mientras yo esperaba pacientemente, mirando hacia abajo de vez en cuando la pantalla de mi teléfono. Justin estaría fuera para recogerme.
-Mira, sé que tu novio y yo no nos llevamos exactamente bien... Pero tú y yo todavía podemos ser amigos, ¿no? Sé que él no va a permitir que nos veamos fuera del trabajo, pero...
Sacudí la cabeza, frunciendo el ceño. Mi acción cesó las palabras de Dan, preocupación en su rostro.
-Yo... Justin puede ser agobiante a veces, pero no me controla. Soy mi propia persona. Nadie me dirá qué hacer. Simplemente no quiero molestarlo, causaría más problemas y no deseo ver más discusiones entre vosotros dos.
Dan pareció considerar mis palabras antes de darme una pequeña sonrisa, asintiendo con la cabeza. Parecía un poco decepcionado.
- Eso está bien para mí, siempre y cuando lleguemos a pasar el rato en el trabajo.
- Claro. - sonreí.
Se demoró unos segundos antes de abrir sus brazos.
- ¿Abrazo?
Hice una pausa, cerrando mi casillero antes de asentir con timidez y acercarme a Dan para que envolviera sus brazos alrededor de mí. Solté una risa, su agarre apretándose juguetonamente.
- Me tengo que ir, Justin me está esperando.
Dan respiró profundo, casi como si estuviera inhalando el aroma de mi champú. Sus brazos me soltaron vagamente, mi cuerpo dando un paso atrás. Sus oscuros ojos azules sosteniendo mi mirada, mirando hacia abajo a mis labios antes de que él sonriera.
- Nos vemos pronto, ____.
- Que tengas una buena noche.
Mi cuerpo giró con gracia, chocando con el marco de la puerta. Oí la risa de Dan detrás de mí antes de yo me dirigiera hacia fuera a la parte delantera de la tienda. Mis zapatillas arrastrándose a lo largo de los azulejos grises mientras buscaba mi teléfono que había metido en la bolsa. Mis ojos en busca de Poppy para despedirme, pero ella debió haber estado ocupada con algún cliente, sus rizos dorados por ningún lugar a la vista. Retomé mi camino, andando hacia la puerta de entrada, fruncí el ceño, volcando la mirada hacia el otro extremo de la tienda.
Un hombre de pie, de espaldas a mí, con la cabeza inclinada. No tenía ni idea de por qué me había llamado la atención. Hemos tenido clientes dentro y fuera de la tienda de música todo el tiempo. Tal vez fueron los remolinos de tinta oscura en la piel de su brazo que cautivaron mi atención. Pero no tuve tiempo de reconocer los conocidos diseños en mi mente, mi cuerpo chocó con algo duro.
- Lo siento. - me disculpé.
Mi torpe acción quedó sin perdón, en vez de eso, una risa ronca me llamó la visión hacia arriba, reuniéndose con par de ojos brillantes de color miel.
- Hola preciosa.
El hoyuelo en su mejilla izquierda volviéndose prominente cuando me sonrió, su diversión haciéndose notoria. Justin reconoció mi sorpresa, no esperaba verlo en las instalaciones de la tienda, por lo general se sentaba y esperaba en su range rover. Steve todavía tenía un poco de dudas del hombre alto que le había dado una hemorragia nasal.
- Normalmente sales a tiempo. - Justin echó un vistazo a su reloj confirmando mi retraso de sólo unos minutos.
Le agarré de la muñeca, sus mechones sobresaliendo por debajo de su gorro mientras me miraba. Su carácter protector era tan fuerte como siempre. Puede ser abrumador a veces, pero no podía negar la sensación de calor que me provocaba saber que Justin se preocupaba por mí. O el hecho de que se veía increíblemente sexy cuando sus rasgos se endurecían, tensando su mandíbula, sus cejas fruncidas.
Todo lo que quería hacer era besarlo, hacerle olvidar lo que lo llevaba a esa oscuridad que se infiltraba en sus ojos impresionantes. Era una técnica que ha demostrado ser muy exitosa para fomentar a Justin a encontrar algún tipo de equilibrio.
- Vamos pequeña.
Mi mano fue tomada entre las suyas, llevándome a la salida. Admiré lo grande que era su palma cuando Justin la presionó contra el cristal, manteniéndolo abierto para que yo saliera. Recibió mi silencioso gracias cuando pasé bajo su brazo.
Aspiré profundamente, absorbiendo el olor de la lluvia sobre el asfalto. Era uno de mis aromas favoritos, eso y el olor de Justin.
