Mi orgasmo latía alrededor de su longitud rígida, apretando los músculos causando que su boca se abriese. Se sentía diferente, mucho más, le permití absorber todo mi cuerpo. Mis dedos se enredaron en los húmedos mechones en la nuca de Justin, mientras él me observaba caer por debajo de él con admiración. Su observación centrada fue de corta duración, preocupado suprimiendo gemidos graves. Pero yo estaba demasiado inmersa en mi propio orgasmo demoledor como para ver plenamente la transformación de su rostro mientras se venía.
Muy pronto Justin se deslizó suavemente fuera de mí antes de presionar sus labios con los míos. Mi conciencia estaba todavía un poco borrosa, nuestras narices rozaban en un beso esquimal. Justin rodó a mi izquierda, dejando el edredón para exponer mi sujetador cubriendo mi pecho mientras se quitaba el condón. Me moví para mirarlo, con una sonrisa adornando su hermoso rostro.
- ¿Quién iba a saber que eres una gritona? - Justin se rió.
Me tomó un par de segundos entender lo que estaba diciendo.
- ¿Qué?
Mi mano chocó contra la suya en inquisición.
- Nunca he conocido a la persona del departamento de al lado, pero por supuesto que sabe mi nombre ahora. - Justin rió sin aliento.
De repente, encontré la fuerza para rodar y fijar sus muñecas sobre su cabeza en la almohada. Me senté a horcajadas sobre su cintura inclinada sobre él.
- Eres un tonto. - débilmente tomé represalias.
Todavía estaba riendo, sin éxito, tratando de empujar mi mejilla con la nariz mientras se alejaba. Justin se dejó caer de nuevo a las almohadas, mirándome mientras él me ponía en cautiverio.
- Bueno, te gusta bastante este tonto.
Su tono dejaba claro que estaba de muy buen humor.
- Cállate. - me contuve.
- Házmelo. - no perdió el ritmo. Su voz bajó considerablemente con el desafío.
Me sonrió sutilmente, sumergí mi cabeza en su cuello, dejando besos húmedos. Su respiración subía y bajaba rápidamente con mi acción, chupando su pezón izquierdo. Me sentí un poco petulante al mirar a través de mis pestañas, los ojos de Justin se cerraron de placer. Tomé la rara oportunidad de de su inmovilización en curso para lamer una franja de pelo hasta el cuello. Su gemido fue todo el ánimo que necesitaba antes de que mis labios se encontraran con su oreja.
- Quiero hacerlo de nuevo. - hablé en voz baja.
Tenía la sospecha de que Justin no estaba acostumbrado a la sensación de estar callado. Bueno, no en este tipo de situación de todos modos. Parecía un poco desconcertado antes de recobrar la compostura.
- Dale a un hombre la oportunidad de recuperarse. - bromeó.
Me quedé plana con él, con la cabeza apoyada en su pecho sudoroso mientras sus dedos rozaban mi pelo.
- Sólo quiero saber...
- Oh, puedo garantizar que serás la primera en saberlo.
No me había dado cuenta de lo literal que la declaración sería hasta que sentí a Justin endurecerse contra mi muslo un poco más tarde. Mi cuerpo apoyado a encontrarse con su contacto visual.
- ¿Te gusta?
No entendí muy bien lo que estaba pidiendo. La confusión debió haber sido clara en mi rostro cuando me sonrió. Su pulgar trazó el contorno de mis labios.
- Eres tan linda. - Justin besó mi nariz.
Su erección se hizo evidente con el movimiento de sus caderas. Me tragué mi sorpresa. Entonces supe que Justin se refería a mí, encima de él. Me calmé con el pensamiento, la imagen de él debajo de mí, ya que tuvimos sexo, nubla mi mente. Nunca habíamos hecho eso antes. ¿Sería el control? La idea me intrigó. Pero mis pensamientos fueron de corta duración ya que la risa de Justin sonaba.
- ____, si quieres montar, todo lo que tienes que hacer es decirlo. - sonrió.
Creo que ya era imposible sonrojarse más. En ese momento Justin estaba sonriendo como un idio*ta.