Ella parecía un poco reacia a revelar la verdad de las marcas que le había hecho en la cadera izquierda. El pulgar de ____ rozó mis nudillos mientras me miraba con cautela. Su rostro lleno de preocupación. Vi como ella constantemente absorbía el aire alrededor de ella, casi como si estuviera sacando fuerzas.
- Justin, tus ojos... - ella comenzó tranquilamente - Estaban negros. - ___ hizo una pausa, tragando saliva mientras me miraba - T-tú...
Su cabeza cayó todavía sosteniendo fuertemente mis dedos. Mi corazón estaba latiendo ansiosamente, impaciente esperando a que ____ terminara. Mi mano libre tomó su barbilla, animándola a elevar su visión a mí una vez más. En silencio la animé a que continuara.
- Tú me sujetaste. - ____ susurró.
Mi cuerpo inundado de emoción, no preparado para su respuesta. No necesitaba oír más.
- No. - mi voz agrietada cuando yo negué con la cabeza frenéticamente.
Mis brazos alrededor de ella, tirando de su pequeño cuerpo hacia mí. El calor de su cuerpo cosquilleando mi piel, ante de enfriarme. Le había hecho daño.
- No puedo decirte cuanto lo siento... Nunca debió haber ocurrido, no contigo ____.
Un pensamiento terrible pasó por mi mente. Si no podía recordar haberla moreteado, ¿qué otra cosa hubiera sido capaz de hacer en mi estado de oscuridad? Tragué fuertemente el nudo de mi garganta.
- ¿Fui bruto? - murmuré en su cabello.
Su silencio fue toda la confirmación que necesitaba.
- Mier*da. - maldije, apretando mis ojos cerrados. - Oh Dios... ____, fue tu primera ve... - me interrumpí, incapaz de terminar la frase.
Me dolía pensar que había sido su primera experiencia sexual. Esto había sucedido antes con otras chicas, pero yo nunca había estado con nadie remotamente similar a ____. Ella era inocente. Había sido su primera vez para casi todo. Yo había perdido el control.
Un número de mujeres había comentado después de mi vuelta repentina mientras estábamos enredados entre las sábanas. Algunas incluso alentaban abiertamente la oscuridad en mí. Esa parte de mí era dura y profunda, algo que muchas chicas encontraban emocionante a lo menos. Pero tenía poco que ver con esa parte de mí, la mayoría de las veces no podía recordar lo que sucedía durante el sexo. Lo querían áspero y sin compromiso mientras yo las sostenía y las obligaba a alcanzar un orgasmo demoledor.
Fui sacado de mis pensamientos erráticos cuando ____ puso su mano sobre mi pecho desnudo. Su sonrisa me confundió. Ella debió haber estado aterrorizada.
- Pero volviste a mí. - ella habló, tratando de levantar mi ceño fruncido.
- ¿Qué quieres decir?
Sus dedos se elevaron a rozar mi mejilla. El gesto reconfortante era suave y calmante. Me encantaba cómo era tan cuidadosa conmigo. Nadie realmente me había tratado antes con tanto afecto.
- Te toqué la cara.
Su índice pasó por encima de mis pestañas.
- Tus ojos... Volviste a mí.
Las palabras de ____ me tomaron un poco de sorpresa. Ni una sola vez había sido alguien capaz de controlar la oscuridad que se apoderaba de mi cuerpo, ni siquiera yo mismo. Normalmente no me detenía hasta que uno de nosotros había culminado.
- Yo siempre voy a volver a ti. - susurré mientras levantaba su mano para besarla.
____'s POV:
Cerré la puerta del baño detrás de mí, encendiendo la ducha para calentar el agua. Mis dedos cuidadosamente enrollándose en mis bragas, suavemente deslizándolas en el suelo. Pero mi pecho parecía apretarse mientras absorbía la vista de la sangre. Tragué saliva, mi aliento enganchándose antes de patear la ropa interior a un lado con el pie.
El vapor era ondeante detrás de la cortina, el calor del agua en cascada sobre mis músculos adoloridos y empapando mi pelo. No hubo necesidad de voltear. Sabía exactamente quién era cuando la barrera endeble fue removida. Su abrumadora presencia sentida en el pequeño espacio, incluso antes de que nuestra piel húmeda hiciera contacto. Sus manos grandes acariciaban mis costados, animándome hacia atrás, a su cuerpo. Besos fueron presionados a mis hombros, mientras su mojado cabello revuelto cosquilleaba mi cuello. Giré en su abrazo, desesperada por ver su cara. Mechones aferrándose a su piel empapada antes de que los empujara hacia atrás. Sus hermosos ojos mieles brillaban hacia mí, su sonrisa haciendo erupcionar mariposas en mi estómago.
- Hola hermosa. - habló la voz ronca de Justin.
Sonreí, alcanzando por su alrededor el gel de ducha. Quería lavarlo, sentir su cuerpo tonificado bajo mis dedos mientras me besaba en la mandíbula. Pero él no me lo permitió. Un dulce beso fue robado de mis labios antes de tomar el bote de mí, salpicando una pequeña cantidad en la palma de su mano y frotándose las manos.
- Date la vuelta cielo.
Accedí a su petición, de cara a la pared de azulejos. Empujó mi cabeza a un lado, poniendo la suya en el hueco de mi cuello. Me paré mientras comenzó a lavar cuidadosamente mi adolorida totalidad, con la esperanza de aliviar el malestar que había causado. Justin acariciaba mi cuerpo, su toque encendiendo el olor a coco. Gemí mientras sus palmas masajeaban suavemente mis pechos. El jabón cubriendo mi piel, frotando las yemas de sus pulgares sobre mis pezones tensos. Consciente del placer que le estaba provocando a mi parte inferior con su toque.