capitulo 93

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- Te dejo. - mi madre apretó la mano mientras se alejaba.


- Me alegro de verte, Justin. - ella habló mientras pasaba por la puerta.


- Igualmente señora Ellis.


- Heather. - corrigió mi madre.


Su risa ronca resonó antes de que se dirigiera hacia mí.


- Pensé que ibas a ponerte algo de ropa. - me reí.


Sus dedos juguetonamente tiraron del dobladillo de mi camiseta que llevaba puesta. Sus ojos mieles brillaban mientras su altura se cernía sobre mí. Puse mi mano sobre la suave piel de su cadera mientras se inclinaba hacia abajo. Su calor me consolaba.


- Llevas mi camisa, y aunque se ve bien en ti, como que la necesito de vuelta. - él sonrió en mi cuello.


Mis dedos dejándole la piel de gallina a su paso mientras arrastraba mis caricias por su espalda tonificada. Un ligero gemido cayó entre nosotros, enredando mis dedos entre sus mechones desordenados, manteniendo sus labios presionados sobre su hombro.


- Vas a tener que atraparme primero, Bieber. - susurré.


Me aparté para descubrir a Justin mirándome boquiabierto. El brillo juguetón se vio abrumado por una oscuridad sutil cuando me miró a los ojos. Se veía tan sexy. Moretones todavía dispersos en su torso bronceado de la pelea que había tenido lugar el día anterior. Recé para que las marcas hayan pasado desapercibidas por mi madre. Me sentí un poco incómoda al pensar en ella asumiendo que yo le había infligido tales impactos durante nuestras actividades en el dormitorio.


- Desafío aceptado. - sonaba la voz de Justin más ronca que de costumbre.


El tono profundo envió escalofríos por mi piel antes de que yo apresuradamente me echara a correr hacia la puerta. Apenas había llegado a las escaleras antes de que una mano grande agarrara la tele holgada de mi torso. Me las arreglé para escapar, girando y presionando un pequeño beso a los labios de Justin en distracción. Sorprendentemente el gesto me había proporcionado ventaja, la cual aproveché tambaleándome por las escaleras. Podía oír a mi madre riendo mientras yo gritaba, Justin en mis talones mientras me perseguía hasta mi dormitorio.


No me quedaba ningún lugar para correr mientras él con una sonrisa malévola cerró la puerta detrás de él. Mi cuerpo retrocedió en cuanto Justin se acercaba, una sonrisa de satisfacción adornando su rostro.


- Parece que gané. - dijo con orgullo, sus ojos mirando de arriba abajo mi porte más pequeño.


Las Oops! de sus dedos me quemaban la piel, en cuanto los enganchó en el cuello de la camisa, tirando de ella hacia abajo ligeramente. Mi cuerpo se sentía débil cuando disminuyó la distancia entre nosotros, su toque hacia abajo rozando por los costados hasta el dobladillo de la prenda.


- ¿Puedo quitártela? - sonrió.


Mis pestañas revoloteaban, sus manos grandes encontrando mis caderas desnudas en cuanto arrugó la tela más arriba. Me reí cuando Justin apretó ligeramente mis costados, sabiendo muy bien lo cosquillosa que podía llegar a ser. Pero las risas cesaron. Su caliente respiración corriendo a través de la piel de mi cuello. Justin hundió su cara en el hueco de mi cuello. Los ligeros mordiscos cosquilleando mi totalidad. Sus labios rozando mi oído.


- Me desperté con una erección esta mañana. - murmuró ligeramente.


El tono de su voz descendió directamente al lugar en donde más lo necesitaba. Su toque seductor continuando para eliminar gradualmente la ropa que había requisado.


- Me decepcioné al ver que mi novia no estaba allí para ayudarme.


La camiseta fue retirada suavemente por encima de mi cabeza dejando mi pecho completamente expuesto al miel lujurioso que observaba mi piel.


- Tal vez la próxima vez. - sonrió.


Rápidamente tiró abajo la tela gris para cubrir su torso tonificado.


- Mmm, todavía caliente. - Justin tentó.


Mi antebrazo derecho viajó a ocultar mis pechos mientras él se echaba a reír. Cuando le pedí que me buscara otra camiseta, no estuve muy contenta con su cuidadosa elección selecta. Mis mejillas se ruborizaron cuando él la extendió expectante a mí, con los ojos brillantes de picardía. Me aparté de él mientras esperaba que me vistiera.


Una arruga grabada en mis rasgos cuando levanté la prenda.


- Justin, esto es prácticamente transparente. - le dije a mis espaldas.


- Lo sé. - confirmó juguetonamente.


Antes de que pudiera quejarme, otra blusa menos transparente fue lanzada suavemente por encima de mi cabeza. Me sentí como una niña mientras él me ayudaba a vestirme, guiando mis brazos por las mangas. Me hizo dar la vuelta para quedar frente a él, su sonrisa pícara mostrándose a la ligera en sus rasgos impresionantes. Pero me quedé desanimada en cuantos los hoyuelos adorables en sus mejillas desaparecieron, junto con su estado de ánimo feliz.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora