Podía sentir que estaba luchando, poco acostumbrada a esta posición exterior mientras me sentaba a horcajadas sobre su regazo.
- ¿Ayudará si me siento contigo?
Asentí con la cabeza, sonriendo mientras su torso musculoso se levantó del colchón. La dureza del pecho de Justin presionó a la suavidad de contraste de la mía, la piel pegajosa haciendo contacto. Los dos llevábamos tímidas sonrisas, la nariz de Justin empujando contra mi mejilla.
- Inténtalo de nuevo. - me animó Justin.
Ayudó a guiar mis caderas, mi mano agarrando su longitud endurecida y colocándola en mi entrada para deslizarse hacia abajo. Me estremecí, mi mano izquierda encontrando soporte en su cintura mientras no lograba conectarnos plenamente. Mi rostro entrecerró los ojos en concentración que Justin encontró un poco divertido. Las palabras de apoyo se decían en voz baja, sus labios punteando besos en mi hombro.
Cuando llegó la mano de Justin y se detuvo encima de la mía nerviosa yo me encontré agradecida por su guía paciente. Pequeños ajustes se hicieron en nuestras posiciones antes de que su pun*ta hinchada se empujara suavemente.
- Poco a poco. - susurró Justin.
Me hundí en función de las instrucciones de Justin, gimiendo en la plenitud. Sentí su grueso miembro. Su sonrisa perezosa se extendió en la felicidad. Un beso quedó en manos de mis labios abiertos casi como una señal de su inminente partida de nuestro abrazo al tumbarse en la cama. Pero yo no se lo permití, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello en resistencia.
- Por favor, no. Quédate conmigo. - le rogué.
- Está bien.
Su tranquilidad se solidificó en un abrazo protector, permaneciendo en una posición de sentado conmigo. Mi cabeza apoyada en su hombro derecho, la longitud de mi cabello haciéndole cosquillas por su torso. A medida que comenzábamos a movernos con cautela no podía evitar que los sonidos jadeantes se me escapasen. Justin estaba haciendo la mayor parte de la obra, teniendo mi peso desde debajo de mis muslos y atrayéndome hacia él.
Esta vez Justin me llevó con él para volver a caer en las sábanas. Besé desesperadamente su rostro cuando me confesó su amor entre jadeos. El botón de mi sujetador fue puesto en libertad, el material prácticamente atrapado entre nosotros hasta que me senté con valentía por mi cuenta. Las tiras de mi sujetador cayeron por mis brazos, dedos ardiendo contra mi piel. Me quedé perpleja sin saber cómo posicionarme cómodamente. Justin se quedó casi inmóvil mientras mi cuerpo subía y bajaba con cautela, permitiéndome montarlo. La expresión de satisfacción que llevaba era un resultado de la búsqueda de placer en el cuerpo femenino dominando por encima de él. Tuve la sensación de que no tenía que ver con mi falta de habilidad. Simplemente feliz de estar con alguien que correspondía el amor que di.
- ____, puedes apoyarte en mí.
Tomó mis manos poniéndolas en su pecho para cambiar mi posición hacia adelante. Se me dio poder para rodar mis caderas mientras yo descansaba mi peso sobre su cuerpo. El feliz aura de Justin era contagioso, sus dedos corriendo libremente hacia arriba y abajo por mis costados.
