capitulo 120

61 4 0
                                    


Me había quedado cerca de la puerta de la cocina, con la espalda apoyada contra la pared del pasillo. Cuando Justin apareció, mi cuerpo rápidamente se retiró de la posición apoyada, de pie con valentía frente a la persona que se avecinaba. Reflejé sus movimientos mientras daba un paso hacia un lado, bloqueando su camino una vez más. La mandíbula de Justin se tensó, descendiendo a lo largo de sus cejas con su estado de oscurecimiento. Estaba enfadado. Su cuerpo imponente hacía sombra sobre mí, con los ojos muy penetrantes en los míos. Sabía por su fachada dura que Justin estaba tratando de intimidarme, pero empujé los pensamientos de temor a la parte posterior de mi cabeza.


- Háblame. - dije.


Fui testigo de su enfoque vacilante por un segundo, claramente no había predicho mis palabras suplicantes. Justin se recompuso rápidamente, escudándose una vez más con su postura inaccesible.


- Muévete o te moveré yo... - la voz amenazante de Justin.


¿Por qué estaba siendo tan frío?


- Así no. - fruncí el ceño.


Sabía lo que él estaba tratando, cuando sus grandes palmas agarraron mi cintura. Pero no tuvo éxito, casi al instante en el que ponía atrás mis pies mientras luchaba contra su agarre. Tropecé de nuevo un poco antes de cerrar la distancia entre nosotros, agarrando sus hombros y reuniendo fuerzas para empujar a Justin con irritación.


- ¡Para! - grité - ¡Deja de hacer eso, no soy una niña pequeña que sólo puedes recogerla y dejarla a un lado cuando no quieres hablar con ella!


Mi pecho subía y bajaba a un ritmo desigual. Pero Justin no se dio cuenta, con los ojos cerrados y apretando cuando me rozó con frialdad golpeando ligeramente mi hombro. Podía sentir su creciente irritación mientras lo perseguía hasta la sala de estar, Justin tomó asiento en el sofá.


Miré con incredulidad cuando él arrebataba el control de mesa de café y encendía el televisor. Fue cambiando de canales varias veces antes de decidirse por un partido de fútbol. Tenía que ser una broma.


- Justin.


Su ceño se profundizó impasiblemente hacia la pantalla. Me acerqué al dispositivo que él miraba fijamente, parándome directamente en frente.


- No me dejas ver. - Justin me miró.


- No me importa. - le contesté con voz dura.


El sonido de la audiencia de la tv se escuchaba, lejos de mi paciencia esperaba que Justin actuase. Su visión miel fría pasó por mi cuerpo hasta que me volví para pulsar el botón y poner fin a la molesta distracción.


- Háblame.


- ¿Por qué no me lo dijiste? - escupió Justin duramente.


El aumento brusco de volumen causó que mi corazón latiera con fuerza, mal preparado para su repentina pregunta.


- ¡Porque quería protegerte! ¡Quería mantenerte a salvo por una vez! ¡Dijo que te iba a matar si se lo decía a alguien!


Mi cuerpo me traicionó, las lágrimas no deseadas se escaparon de mis ojos, me apresuré a limpiarlas. Cuando Justin se levantó de su asiento di un paso hacia atrás con miedo, sólo para toparme con el soporte del televisor. No podía comprender cómo podía llegar a ser tan aterrador cuando quería.


- Puedo cuidar de mí mismo, lo cual es poco de decir de ti. - gritó cortante.


Grité de agravación. Cómo se atreve. Había estado perfectamente bien con el cuidado de mí misma antes de que llegara. Justin podía ser un hombre terco a veces.


- ¡No te lo dije porque no puedo soportar que te pase algo! - le grité - Por Dios, Justin, ¡es porque estoy enamorada de ti!


Las palabras salieron antes de que tuviera la oportunidad de contemplar las consecuencias. Los ojos de Justin estaban muy abiertos, su boca abierta mientras me miraba desde el otro lado del salón. El silencio era ensordecedor, mi labio inferior temblaba. Me tragué el nudo en la garganta, la cabeza lanzándose a la puerta en estado de pánico. Apresuradamente me retiré huyendo hacia el pasillo. Recogí mi bolsa, los elementos se escapaban antes de que yo los agarrara desesperadamente.


Justin había llegado ya a la puerta, tratando de formar cualquier tipo de respuesta. Le gané.


- M-me voy a mi casa. - tartamudeé en voz baja.


Mis pies se apresuraron torpemente por el pasillo, no fue hasta entonces que Justin logró la comunicación.


- ____.


Maldije con el sonido de su voz ronca susurrando detrás de mí. Tiré de la puerta, la madera sólo cumplió para abrir un pequeño hueco. Mis ojos se lanzaron desesperadamente a la obstrucción de la cadena de seguridad de plata. Mis lagrimas corriendo por mis mejillas, cerré la puerta, me apresuré a tientas con la cadena y colocándome al otro lado para que me permitiera escapar al exterior.


Bruscamente cerré la puerta detrás de mí, la madera oscura me proporcionaba una barrera entre Justin y yo. Apenas llego al último escalón antes de romper en sollozos incontrolables, colapsando en el suelo. ¿Qué demonios había pasado? Le confesé mi amor a Justin y luego huí. No podía ordenar mis pensamientos, mi cabeza estaba con demasiados líos para pensar con claridad. La única cosa con la que mi mente era con la pregunta de por qué el no me lo dijo de vuelta.


El chasquido de un cerrojo atrajo mi atención a toda velocidad hacia el presente, mis dedos rápidamente quitando la evidencia de mis emociones angustiadas. Miré hacia atrás para ver a Justin en la parte superior de la escalera, la mirada desesperada centrada en mí. Mi cuerpo se revolvió mientras él descendía un paso hacia mí. Forcé mis piernas para cooperar, mis pies me llevaron rápidamente a lo largo del camino lejos del apartamento del que había salido.


- ____. - gritó Justin - ____, ¡espera!


Y por segunda vez en cuestión de días, escapé de él.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora