A dark boy

capitulo 102

El viaje en coche constó de miradas prolongadas, la temperatura de la situación anterior aumentando. La atención de Justin fue sacada de la carretera cuando apoyé la mano sobre su rodilla. Sus ojos insinuando lujuria, mi toque acariciando su muslo izquierdo mientras él se desplazó un poco en su asiento. Cuando nos detuvimos por el semáforo, mi mano se deslizó un poco más arriba. El pecho de Justin subía y bajaba de forma desigual, lamiendo alrededor de sus labios mientras desesperadamente trataba de concentrarse. No pude evitar la pequeña sonrisa formándose en mi cara, mi apretón causando que la respiración de Justin se enganchara, sus supras blancas apretando el pedal cuando los músculos de sus muslos se tensaron.

- ¿Estás tratando de matarnos? - su voz saliendo en una carcajada.

Creo que nunca antes lo había visto tan nervioso, el tono rosa apareciendo en sus mejillas mientras yo continuaba mi toque encendido. Era un cambio refrescante, normalmente yo era la que tenía dificultades para mantener la compostura. Cuando las luces cambiaron de rojo a ámbar, mis dedos rozaron su entrepierna. La sorpresa de Justin se deslizó de su boca en una maldición, el coche sacudiéndose a medida que frenamos de golpe. Mi risa hizo eco en todo el interior del vehículo, el pitido detrás de nosotros en señal de los conductores enfadados con impaciencia esperando a que nos movamos.

Pasaron unos segundos, el coche acelerando por el camino.

- Creo que lo mejor es que te dejes tus manos para ti misma mientras estoy conduciendo. - bromeó Justin.

Me reí, asintiendo con la cabeza. No pasó mucho tiempo antes de que se detuviera en la acera frente a mi casa.

Mi mirada tímida encontrándose con la de Justin mientras sostenía su labio inferior entre sus dientes.

- ¿Q-Quieres entrar? - le pregunté en voz baja.

- Sí. - contestó bruscamente.

Era humorístico lo obvio de su entusiasmo, impulsado por la idea de lo que estaba dispuesta a hacer por él si es que mi pequeña actuación en el coche no decía mucho. Justin tenía tanto mi cinturón como el suyo desabrochados en poco tiempo, trotando a mi lado del coche y cogiéndome la mano para ayudarme a bajar. Un fuerte brazo fue puesto por encima de mi hombro, tirando de mí hacia el lado de Justin mientras cruzamos la carretera. Busqué mis llaves, su cálido aliento abanicando mi cuello mientras me rodeaba con sus brazos desde atrás.

La puerta se cerró detrás de Justin mientras apresuradamente se quitaba las supras. Sabía que mi madre probablemente no estaba, pero no me costaba comprobar. Mi mano pegada a la puerta de la sala de estar, de pronto confundida al oír parloteos. Mis ojos se abrieron en cuanto mis amigas me saludaron con entusiasmo desde sus posiciones relajadas en el sofá. Les di una sonrisa antes de empujar la puerta cerrándola y volcándome hacia Justin. Me tiró hacia él, siendo totalmente ajeno al hecho de que no estábamos solos en casa.

- ¿Recuerdas cuando dije que mis amigas querían conocerte?

Sus labios presionados a los míos mientras murmuraba su confirmación contra mi boca. Mis dedos se deslizaron por debajo de su gorro, quitando el sombrero de sus mechones suaves.

- Bueno, están sentada en la sala de estar ahora.

Mis palabras fueron amortiguadas en el beso. Sonreí con cautela cuando Justin cogió mis hombros empujándome hacia atrás y mirándome con los ojos como platos.

- ¿Qué? - sus cejas se levantaron.

- Tal vez podrían estar en el sofá esperando. - inocentemente le sonreí.

- ¿En este momento? - habló Justin desconcertado.

Asentí con la cabeza.

Su visión se posó en la puerta de la sala de estar. Segundos más tarde el móvil de Justin fue revelado de su bolsillo trasero. Vi cómo sus dedos largos se desplazaban por la pantalla.

- ¿Qué estás haciendo, llamando refuerzos? - lo molesté.

- No exactamente.

La sonrisa de su cara me puso un poco incómoda. Su móvil fue sostenido contra su oreja, sus ojos en mí, sonrió a sabiendas. Cuando se oyó el sonido confirmante, rápidamente me pasó su móvil. Miré hacia abajo, un poco confundida acerca de lo que estaba pasando. Maldije al leer el nombre.

Llamando Jazzy

- Justin. - le advertí.

Pero ya estaba a mitad de camino a través de la puerta de la sala antes de mirarme de nuevo.

- Buena suerte con mi hermana. - se echó a reír.