¿Estás lista para irte? - Justin llamó a mi habitación.
- ¡Espera, espera!
Siempre me arreglaba en el último momento, por alguna razón, corriendo alrededor de mi habitación y recogiendo objetos que podrían ser útiles en un viaje a las tiendas. Segundos más tarde alcancé a ver a Justin bloqueando la puerta, su línea de visión me siguió mientras corría de nuevo hacia mi tocador. Tenía el aspecto de un espectador en un partido de tenis.
Esperó a que yo fuera al cuarto de baño antes de cruzar la pista de obstáculos que había en el suelo de mi dormitorio y sentarse en el colchón. Me miré en el espejo mientras Justin miraba las páginas del cuaderno que había dejado abierto accidentalmente.
- ¿Qué es esto? - miró hacia arriba, haciendo que el objeto pareciera más pequeño en las palmas de sus manos.
- Nada.
Metí el colgante del avión de papel en el cuello de la camisa, por lo que me dirigí a él y sostuve mi mano hacia el cuaderno. Mi gesto fue ignorado, Justin exploraba las palabras escritas en aquel cuaderno.
- ¿Has estado escribiendo?
- Sí, pero no es muy bueno. - me excusé.
Se puso de pie bruscamente, sosteniendo mi posesión más alto para que yo no pudiera alcanzarlo con los brazos.
- Justin. - me quejé.
Hizo caso omiso de la reprimenda de mi tono, caminando hacia el lado opuesto de la habitación, escaneando la página. Lo maldije por ser tan alto.
- Los ojos encendidos con fuego... - frunció el ceño, absorbiendo el resto de la escritura en calma antes de que una sonrisa de complicidad transformara su rostro. - ¿Este soy yo? - preguntó Justin con entusiasmo.
- No. - respondí rápidamente, dando un brinco para alcanzar aquel cuaderno.
Fácilmente evitó mi intento, poniéndolo en alto una vez más. Tenía la sensación de que disfrutaba de esto.
- Suena como yo.
- No es de ti. Es sólo una historia. - repliqué rápidamente.
Empujé desesperadamente su pecho, tomándolo por sorpresa y nos caímos hacia atrás sobre el colchón. Su altura ventajosa ya no se cernía sobre mí, mi cuerpo luchaba contra él, para agarrar el cuaderno de sus dedos. Una vez conseguido rodé, sujetando las páginas cerradas y colocándolo en mi bolso.
- ¿Para qué es? - preguntó inocente, apoyándose en los codos.
- Vamos a llegar tarde. - hablé casualmente, mirando mi reloj y volviendo a caminar hacia la puerta.
Estaba a mitad de camino por las escaleras cuando Justin me alcanzó, doblando la chaqueta de mezclilla que había olvidado y colocándola encima de mi bolso.
- Gracias. - sonreí.
- ¿No vas a contarme ____? - parecía un poco divertido.
Dejé de andar en la puerta principal y me giré a observarlo. Sus manos estaban metidas en los bolsillos, su cabello desaliñado, peinado hacia atrás, con una camisa negra apretada en su torso.
- No tienes por qué decírmelo... sólo estoy... Bueno... Sólo estoy interesado. - explicó con casi timidez.
Justin llegó a mi lado, girando el pomo y abriendo la puerta. El sol era cálido. Mis llaves fueron tomadas y él cerró la casa mientras yo paseaba.
- Sabes que te dije que quería hacer un curso de escritura en la universidad.
- Mmm. - Justin reconoció, sustituyendo las llaves y tomando mi mano.
La conversación había surgido un par de veces, Justin participó en discusiones, pero nunca estuvo completamente interesado. Creo que esa parte de su cerebro estaba apagada. La idea de la universidad y mudarme lejos no era algo que estuviera en su mano. Era un tema que a ninguno de nosotros nos gustaba.
- Bueno, pensé que tal vez a ellos les gustaría leer algo mío... Si tengo una entrevista.
Nos acercamos a su coche, parándonos en la puerta del pasajero. Su buen humor había dado un giro repentino, que ahora parecía un poco distante.
- No, no es una buena idea.
Su sonrisa era débil, pero me gustó el gesto.
- Si consiguiera una plaza en alguna parte y me mudara lejos, podría ir a casa los fines de semanas, o tú podrías venir a verme. - sugerí, en espera de su respuesta.
- Sí. - asintió con la cabeza ligeramente apretando mi mano.
- Sería fácil...
- _____. - interrumpió Justin.
Callé mi voz, mirándole. Un trago visible fue tomado, el pulgar tocando contra la parte de atrás de mi mano.
- ¿Podemos hablar de otra cosa?
- Por supuesto. - la puerta del pasajero se abrió y me subí. - Lo siento, te estoy aburriendo. - bromeé.
Se apoyó en el espacio entre nosotros, su cara cerca de la mía. La derrota en sus ojos era instantáneamente reconocible.
- No es eso. - Justin silenció contra mi mejilla, sus labios siguiendo su ejemplo y colocando un pequeño beso.
***
- Estimado señor. - Lucy sonrió, liberándome del abrazo apretado.
- Hey chicas. ¿Queréis que os lleve? - preguntó, abriendo la puerta de atrás del Range Rover.
- Eso sería genial.
Parecía sorprendido al recibir un medio abrazo de Zoe antes de que se subiera.