Los dos lo habíamos dicho. Ambos habíamos expulsado esas palabras que yo no había tenido el valor de decir hasta cinco días. Y ese es el tiempo que había pasado desde que había visto a Justin por última vez. Esos pocos segundos se habían guardado en mi cerebro, repasando cada pequeño detalle de cómo él sinlenciosamente formaba las palabras "te amo" en sus rosados labios.
Es una palabra de uso común, comercializada que parecía tener poco valor en el día actual. Pero viniendo de Justin ganó un nuevo significado. Aparte de su familia, dudo que alguna vez hubiera pronunciado esas palabras a otro individuo. Tal vez él nunca había deseado ese tipo de relación con alguien, para amar a otro ser humano son demasiadas emociones, demasiado íntimo.
Las palabras de Justin me habían dado un nuevo tipo de fuerza que no sabía que era posible. Uno que me ha permitido suprimir el miedo intenso que se apoderaba en mi pecho mientras el sonido de las pisadas apresuradas se acercaron a mi espalda. Estaba caminando de regreso desde la casa de Zoe, la noche nublada en una oscuridad inquietante. Mis dedos arrancaron del fondo de mi bolso una lata que había. No quería ser víctima de intimidación por más tiempo.
- ¡Aléjate! - le grité dando tumbos para enfrentar a mi perseguidor.
Mi mano sujetaba firmemente la lata, el brazo extendido apuntando a la figura.
- Mier*da.
Sólo entonces me di cuenta de sus características con unos pocos rasgos de pánico. Justin dio unos pasos atrás mientras esperaba que bajara el arma. Mi corazón latía contra mi pecho, aliviada de que no estuviera obligada a enfrentarme a un extraño.
- ¿Eso es un spray de gas pimienta? - Habló con incredulidad. Tomó la pequeña lata, Justin leyó la etiqueta mientras intentaba calmar mi respiración. - ¿De dónde diablos lo has sacado?
Me lo entregó de nuevo, dejándolo caer con seguridad en el bolso.
- El padre de Lucy trabaja para la policía. - expliqué. - No deberías haberte acercado tan sigilosamente a mí.
- No voy a cometer ese mismo error otra vez. - bromeó.
Incluso a través de su tono juguetón era obvio que mi gesto defensivo había sorprendido a Justin. Pero a medida que pasaron los segundos, un silencio notable se cernía sobre nosotros. Las pocas frases que habíamos intercambiado parecían más fáciles de comunicarnos que una llamada teléfonica, por lo menos, entonces no nos veíamos presionados a hablar. Mientras estaba parada delante de él no sabía que decir. La última vez que habíamos hablado bien el uno con el otro nos habíamos confesado nuestro amor. ¿Adónde ir desde allí?
Miré a Justin que se mordía su labio inferior entre sus dientes, una indicación de nervios. Me dio un poco de consuelo el saber que estábamos en el mismo barco.
- Vamos a... -hizo un gesto para continuar nuestro viaje a lo largo de la calle.
- Sí.
A medida que caminábamos observé disimuladamente su mano vacilante, no muy segura de intentar sostener la mía y cruzar la línea imaginaria entre nosotros. No lo había colocado allí, era el miedo de Justin.
- Se han dado cuenta Justin. - hablé bruscamente.
- ¿Qué? - su tono insinuando un malentendido. - ¿Quién se ha dado cuenta de qué?
- Las peleas, las riñas en los bares. - negué con la cabeza ligeramente, sin dejar de caminar junto a él. - Están en aumento y la policía lo ha notado. Mira, Justin, yo sólo quiero que seas más cuidadoso. Ya te he dicho antes que no te voy a visitar en la cárcel y me quedo con eso.
- Está bien. - contestó simplemente.
- ¿Ya está?
Me esperaba un poco más de protesta, la confirmación tranquila de Justin haciéndome parar en medio de la acera. Se volvió hacia mí, sin dejar de mirar un poco cauteloso. El calor de su mano se movió para acercarse a la mía, pero cayó casi instantáneamente de nuevo a su lado.
- No te voy a perder. - Justin hizo una pausa. - Si eso significa que tengo que ser más moderado, entonces estoy dispuesto a intentarlo.
Me quedé asombrada con su razonamiento, la naturaleza terca de Justin era una de sus características más audaces, le resultaba difícil cumplir con las instrucciones de otras personas. Nunca fue un "ir junto con la multitud"
- Gracias.
Una sonrisa tímida se mostró antes de que desapareciera rápidamente, transformándose en una de diversión. Su lado juguetón era una parte de Justin que rápidamente llegué a amar y tuve la sensación de que yo era una de las más privilegiadas a la hora de ver lo que la mayoría no vio de él.
- Vamos, la exposición de Ryan comienza en cuarenta minutos y tú todavía tienes que cambiarte. Sé cuánto tiempo se toman las mujeres para estar listas.
- Me molesta eso. - lo regañé en broma.
Su sonrisa me hizo sonreír.
- Sí, sí, vamos.
Incluso después de romper el hielo, nuestro contacto se mantuvo mínimo. Al entrar mi cabeza se volvió para mirar a Justin. No me había tomado el tiempo para absorber completamente su aparición hasta ahora, su torso adornado con una camisa blanca que era revalada por el abierto blazer. Llevaba unos pantalones negros, rematados con un par de zapatos que jamás le había visto usar.
- Me gusta tu cabello.
El normal desorden ingobernable había sido empujado de su frente, sus dedos lo habían peinado varias veces.
- Gracias. - él se rió con voz entrecortada.
Habíamos sido muy bien recibidos en la puerta por mi madre, iniciando con nosotros y ofreciéndonos comida antes de irse a trabajar.
- Voy a empezar a prepararme. - le informé.
Justin asintió con la cabeza mientras yo empezaba a subir las escaleras, sin saber si estaba invitado a seguirme. Pero él no tenía la oportunidad. La curiosidad provocó que mi madre dijera en voz baja el nombre de Justin en un intento que no tuvo éxito de captar su atención. Él se quedó en el fondo con ella mientras yo secretamente me senté en el escalón superior.
- Probablemente lo has notado, es difícil no hacerlo, pero ____ llevó un buen golpe en la cara. - contuve la respiración mientras esperaba a que continuara la conversación en voz baja. No había esperado que planteara el asunto con Justin. - Ella me dijo que se cayó en una puerta, pero no estoy segura de que sea así. No dudo que tú mires detrás de ella, Justin. Estoy preocupada. Tú la ves más a ella de lo que yo lo hago en este momento, yo sólo quería preguntar si ¿podrías manter un ojo en ella?
- Por supuesto que lo haré, usted no tiene de qué preocuparse, ____ está a salvo conmigo. - Justin respondió.
- Gracias.
Me levanté de mi posición, diciendo en voz baja desde las escaleras.
- Justin, ¿puedes venir y ayudarme a escoger un vestido?
- ¿Te gusta este?