Le miré con asombro mientras rodaba la cabeza hacia atrás. Su torso se apartó de mí un poco, mostrando su pecho fuerte y sus prominentes clavículas. Abrí los labios. No podía dejar de ver la belleza que estaba encima de mí. Me había acostumbrado a la oscuridad inconfundible que Justin tenía, pero esto se hacía cada vez más difícil de creer.
Tenía el aspecto de un ángel.
Casi sentí como si no debería tocarlo, con miedo de que desapareciera. Su aliento caliente sopló sobre mi piel, su rostro se volcó hacia el mío. Apretó los ojos mientras sostenía las ráfagas de placer restantes a través de su cuerpo.
- Mierda. - maldijo con voz entrecortada.
Sonreí, su vocabulario haciéndolo parecer más humano. El calor húmedo que Justin había liberado podía sentirse a través de la delgada capa cuando apretó su entrepierna a la mía. Sus movimientos se volvieron irregulares, volviéndose más lentos mientras el agotamiento envolvía su cuerpo. Vi cómo deslizaba la lengua, pasándola sobre sus labios hinchados. Sus largas pestañas rozaron mi cara mientras bajaba la cabeza presionanso un largo beso en mi mejilla. Sus ojos brillaron en cuanto él me sonrió.
Me moví en cuanto Justin intentó poner su mano bajo la sábana. Su toque caliente rozó mi estómago hasta que rozó la parte superior de mi ropa interior de encaje. Pero lo detuve antes de que pudiera deslizar sus largos dedos dentro. Una expresión de confusión cruzó su rostro.
- Tú no acabaste. - explicó.
Su mano se movió para llevar a cabo las acciones que había impedido anteriormente.
- No.
Moví los dedos alrededor de su muñeca, tirando de ella hacia fuera de mi ropa interior.
- Está bien. - dije.
No sentí que necesitaba acabar. Sólo el ver a Justin deshaciéndose por encima de mí me había traído otro placer indescriptible. Me miró con curiosidad antes de que una pequeña sonrisa se curvara en sus labios carnosos.
- Aún estoy tratando de entenderte. - habló en voz baja, con un dejo de burla en su voz.
***
La risa profunda Justin resonó por la habitación, cerré los ojos mientras se levantaba de la cama. A partir de la experiencia previa, sabía que Justin no era tímido cuando se trataba de situaciones íntimas. Tuve la sensación de que él era plenamente consciente del efecto que tenia no sólo en mí, sino sobre todos los que lo habían visto sin ropa. Pero a medida que meditaba en el pensamiento, me di cuenta de que tenía la misma influencia cautivante sobre mí incluso cuando estaba completamente vestido.
- __, no me importa. - dijo.
Escuché a ciegas a sus palabras. Sabía que su comentario era en referencia a verlo desnudo. Pero yo no podía abrir los ojos. No sé por qué, tal vez era porque me sentía como si tuviera que respetar su pudor.
La sabana se alejó de mí. Supuse que Justin la había llevado para envolverla alrededor de su cintura. Abrí los ojos, ajustándome a la tenue luz de nuevo. Las luces colgadas alrededor de las paredes de mi habitación todavía tenían un brillo bonito. Mi mirada siguió el sonido de Justin mientras se movía a través de mi piso.
Abrí los ojos ligeramente mientras miraba a Justin pasar por la puerta del baño. Todavía estaba completo y bellamente desnudo. Su espalda hacia mí, pero él giró la cabeza, con una amplia sonrisa adornando su rostro mientras me guiñaba un ojo con picardía. Su pelo rubio estaba despeinado después de que mis dedos hubieran pasado varias veces a través de él. Los músculos de su espalda se expandían y contraían mientras se movía. Lo vi colocar la sabana en la cesta de lavado. Sus dedos sostenían sus bóxers antes de desaparecer en el cuarto de baño.