Lento, bebé, hazlo más lento. - pidió.
Cambié el ritmo para adaptarme a la petición de Justin. Me alejé, la longitud salió de mi boca mientras lamía la pequeña abertura, la sustancia era de sabor salado. Seguí tomando a Justin en mis labios. Su mano sacando mis dedos de su muslo, guiándome a sus testículos que colgaban en la base.
- A-aprieta. - tartamudeó.
Accedi, amando al verlo cerca de desmoronarse por encima de mí. Rocé suavemente en la nueva zona antes de que Justin gimiera de nuevo.
- A-ahí __, hazlo de nuevo. - dijo corto de aliento.
Con mucho cuidado apreté las puntas de mis dedos en la parte de atrás de sus testículos. Echó la cabeza hacia atrás en respuesta, jadeando en busca de aire. Cuando volvió a mirarme, el miel de sus ojos se había oscurecido. Sus largos dedos apartaron el pelo de mi cara, poniéndolo detrás de mi oreja. Deslicé la lengua sobre su punta, teniendo la gota que se había escapado de su abertura.
- Quítate la camiseta. - instruyó, sin aliento.
Retrocedí quitándome la camiseta. La tela cayó, uniendo a la ropa anteriormente quitada de Justin. Inmediatamente, volví a mis acciones anteriores, reconociendo la expresión de su rostro hermoso. Él estaba cerca. Mis movimientos continuaron hasta que Justin agarró mi hombro.
- __. - dijo tenso.
Me empujó suavemente, su longitud escapó de mi boca. Justin se agachó para tocarse pero lo detuve. Lo envolví mientras bombeaba. Mi nombre salió de sus labios en jadeos entrecortados y segundos después un líquido visco blanco salió disparado de la punta. Me estremecí cuando roció en mi pecho. La humedad cayó por mi piel en cuando otra oleada de placer pasó a través de su cuerpo. Justin gimió, su respiración errática mientras se dejaba caer sobre la cama.
- Oh Dios mío. - murmuró.
Su miembro se suavizó poco a poco en mi mano mientras cuidadosamente pasaba mis dedos a lo largo de la cálida piel y las venas que sobresalían. Justin siseó cuando mi pulgar frotó suavemente sobre la punta hinchada y sensible. Mis labios dejando besos hasta su muslo derecho, sintiendo el pelo oscuro antes de que me levantara del suelo, recostándome en la cama junto a él. Justin parecía agotado, su pecho subiendo y bajando a un ritmo alarmante.
- ¿Estuvo bien? - susurré.
Giró la cabeza hacia un lado, con una sonrisa mientras asentía. Creo que pudo haber perdido su voz. Nos quedamos en silencio durante unos minutos más, pero Justin cogió mi brazo justo cuando me estaba levantando para abrir la ventana. Mi mano izquierda elevándose, peinando los mechones mojados de su frente sudorosa mientras perezosamente sonrió. Vi como él extendió la mano, sus dedos largos tomando algo de la sustancia blanca de mi pecho. Él me miró con curiosidad, ofreciendo las yemas de sus dedos a mi boca.
- Prueba.
Asentí con la cabeza, cumpliendo mientras tomaba los dedos en mis labios. Era salado. Mi boca saboreando su gusto antes de sostener su mano, empujándola. Lo guié de vuelta a mi pecho. Él sonrió, levantando un poco más en sus dedos y esperando a que abriera mis labios otra vez. Tarareé chupando su dedo índice y el del medio.
- ¿Disfrutaste esto? - preguntó, sonriendo.
- Me gustó verte. - susurré, mis mejillas se ruborizaron ligeramente.
- A mi también. - sonrió. - Esto fue increíble. - tarareó.
Le oí reír mientras miraba a otro lado, un poco avergonzada. Los dos estábamos plenamente conscientes de que necesitaba práctica, por así decirlo.
- Pienso que fue hermoso. - admitió, obviamente refiriéndose a mi primera experiencia torpe.
Sus palabras me trajeron algo de alivio.
- Ahora vamos a limpiarte. - habló en broma.
Tomó mi mano, jalándome de la cama mientras me reía.