¿Qué tipo de proyecto? ¿Tiene algo que ver con el papel del suelo?
Justin asintió con la cabeza, colocando la nota a un lado. Vi cómo él se abría paso entre una serie de latas de pintura apiladas una encima de otra, gotas secas permitiendo ver qué color tenía dentro del contenedor.
- Quiere que el papel sea como un lienzo enorme... Dice que podemos usar nuestros cuerpos, manos, pies, tetitas...
La pequeña sonrisa en los labios de Justin me dijo que estaba bromeando mientras miraba mi pecho.
- No dijo eso. - dije seria.
- No, pero no me importa si las tienes fuera. - Justin me guiñó un ojo. - Puede que sea más divertido.
Le golpeé el brazo, la risa ronca de Justin haciendo eco mientras caminaba hacia unas bandejas de pintura para verter los colores.
- Ryan dice que hay una cámara en algún lugar también, quiere que tomemos fotos.
Saqué la cámara desde un armario en la parte de atrás, colocándola sobre la mesa antes de que ayudara a preparar las cosas, intentando tener un número diferente de tonos para trabajar. Los botes se colocaron de nuevo en su posición anterior antes de que Justin se quitara los zapatos y los calcetines. Hice lo mismo, enrollando el final de mis jeans.
- Vamos a pintar, pequeña. - Justin sonrió.
Entró en la bandeja de la pintura azul oscuro. Hice lo mismo, optando por una verde.
- Hace frío. - chillé, Justin rió divertido.
Mis ojos vieron cómo mi chico de pelo claro pasaba sobre el lienzo enorme extendido en el enorme estudio de arte. Sus pies dejando un rastro de huellas de color marino detrás de él. Se dio la vuelta, mirando fijamente el patrón creado antes de sonreírme. Con mucho cuidado salí de mi pintura, mis ojos fijos en Justin. Mi nariz se arrugó con diversión mientras levantó su mano derecha, con los dedos llamándome juguetonamente. Acepté su reto en cuanto corrí tan rápido como pude hacia él. Mis pies dejando mi propio rastro de huellas verdes, ligeramente deformes con mi velocidad. Justin estaba riéndose mientras me atrapaba, mi cuerpo saltando, sus fuertes brazos sosteniendo mis muslos.
Miramos hacia abajo mientras Justin nos giraba.
- Es como si hubieras desaparecido. - dijo con curiosidad.
Tenía razón, mis pisadas que había dejado en el lienzo, como Justin, me trajo a algunos colores diferentes. Me deslicé por su cuerpo, estirando y colocando sus manos en la pintura de color negro. La sonrisa apareciendo en su rostro me puso un poco nerviosa cuando Justin regresó a su altura imponente.
- No, no, no. - supliqué.
Pero ya era demasiado tarde. Un movimiento de sus dedos largos y mi camiseta estaba salpicada de manchas oscuras. Boquiabierta, miré el desastre que Justin había creado en mi ropa.
- Ups, creo que vamos a tener que quitártela.
La mirada de suficiencia en su rostro desapareció rápidamente mientras paseaba hacia él, amarillo cubriendo mis manos antes de que las apretara contra su pecho. El color haciendo contraste con el blanco de su camiseta. Tuve el tiempo justo para entrar en la naranja antes de hacer mi escape a través de nuestro lento desarrollo del arte. Mi salida precipitada fue documentada, los pies de Justin dejando un rastro detrás de él mientras corría para alcanzarme.
Me volqué al llegar a la esquina del papel, dando un paso hacia Justin. Una risa escapándose cuando él me ofreció una mano ennegrecida, mis dedos deslizándose en los suyos. Sin esfuerzo me acercó a él, chocando contra su cuerpo antes de que mi brazo fuera elevado por encima de mi cabeza para que Justin me hiciera girar a mi alrededor. Me sentí como si debiera estar usando un lindo vestido, nuestros movimientos dignos de un baile de parejas.
Llevé mi atención a Justin, su boca curvándose mientras agarraba su antebrazo. La pintura amarilla de mi mano untada sobre su piel mientras me levantaba de puntillas para presionar un beso en su mejilla. Mis dedos jalando ligeramente el dobladillo de su camiseta.
- Quítatela. - susurré.
Un estruendo vibró en el pecho de Justin mientras se reía.
- Sólo si tú también te la quitas. - tentó.
Tímidamente asentí con la cabeza, mirando el material blanco que se retiraba lentamente a lo largo de su torso. Mi cabeza inclinada hacia un lado en apreciación, mi mirada admirando la forma en la que sus músculos se tensaban, la tela seductoramente siendo removida. No tenía ningún control, mi cuerpo gravitando hacia su calor, la estatura de Justin elevándose sobre la mía. Un suspiro salió de sus labios entreabiertos cuando rocé mi pulgar sobre su pezón endurecido.
- Tu turno. - habló.