La sala era fría, sucia. Un alto techo estaba encima de nosotros, el ring de boxeo en el centro. Eso me hizo preguntarme si esto había sido una vez un gimnasio, era bastante viejo. Pero pude ver el potencial. No era nada comparado con el gimnasio en el que Chaz y Justin trabajaban.
Al parecer, se había corrido bastante la voz sobre la pelea que se avecinaba, había un número incontable de personas sentadas alrededor del cuadrilátero. ¿Por cuánto tiempo habían estado esperando este enfrentamiento? Un sentimiento de inquietud se levantó a través de mí, sabiendo que había apuestas contra cada uno de los combatientes, alguien tenía que perder. La gente apostaba dinero por un ganador. El pensamiento me hizo sentir náuseas.
Pronto mi grado de ansiedad aumentó. Hayley se puso a mi lado dándome una sonrisa débil. Fue a causa de ella, toda esta situación había surgido por Hayley. No estaba muy segura de lo que sentía por ella. Sabía que ella detectó mi incertidumbre hacia ella, agarró mi mano. Pero antes de que pudiera hablar, Justin y su contrincante entraron en el ring. El público estaba muy ansioso y me pareció dificil distinguir lo que se hablaba. Hayley me empujó más cerca.
- No le pedí que lo hiciera, no quería que hiciera esto, __. - habló desesperadamente. - Justin es un terco. - respiró.
La miré por un segundo, la sinceridad en su voz. Parecía un poco aliviada como yo cuando le apreté la mano. No deseaba que ella se sintiera culpable por la situación. Sabía muy bien lo determinado y terco que podía convertirse Justin una vez que había algo en su mente. No podías detenerlo.
Mantuvo su mano en la mía cuando doblamos nuestras miradas nerviosas a la plataforma elevada, todos los ojos en el anillo mientras los chicos se preparaban. Los orbes de Justin me miraron. Nunca lo había visto así antes, parecía intenso, sin concesiones, de gran alcance, casi como si estuviera mirando a través de mí. Pero su visión se apartó cuando Chaz colocó el protector de goma en la boca de Justin, dándole una palmada en la espalda. Chaz se marchó del ring dejando a Justin solo, descalzo. Rápidamente me enteré de que el nombre del oponente era Scott, numerosas personas aclamando su nombre. Vi cómo ambos golpeaban los puños, señaladamente para decir que estaban listos.
Tan pronto como la campana sonó el puño de Justin aterrizó en el rostro de Scott, un golpe sólido. Numerosos golpes fueron lanzados, los dos hombres recibían golpes que me hicieron poner una mueca de dolor. Sabía que Justin era bueno en lo que hacía. Pero nunca me lo imaginé en contra de alguien en una categoría de peso pesado. Su habilidad me asombró mientras observaba a ambos bloquear los ganchos de cada uno. Justin era rápido, más rápido que su rival. Tal vez eso era lo que le hacía sobresalir, eso y su ira detrás de cada golpe.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero mis manos pronto empezaron a apretar la mano de Hayley cuando Justin dio un fuerte golpe en el lado izquierdo de su pecho. Justin estaba recibiendo más de lo que estaba produciendo. ¿Por qué desaceleraba? Sus antebrazos parecían elevarse continuamente en defensa. Busqué desesperadamente a Hayley. Chaz estaba al otro lado del ring.
- ¿Qu...? - no pude terminar.
- Está bien, __. Justin está tratando de encontrar el punto débil de Scott. - me informó.
- No entiendo. - negué con la cabeza, frunciendo el ceño.
- Todo el mundo tiene algún tipo de defecto, Justin debe encontrarlo para derribarlo.
- Bueno, ¿no pude dar golpes en vez de recibirlos? - lloré.
Mi mente volvió al pensar en lo que dijo Hayley. Justin no parecía teneder defectos físicos, ninguno que yo pudiera ver al menos.
- ¿Cuál es el punto débil de Justin? - tartamudeé.
Sus ojos se posaron en mí, una pequeña sonrisa en los labios.
- Tú. - susurró.
Mi corazón se hinchó, superando a mi pecho. Cuando más meditaba en ello, llegué a creer que él también era mi debilidad, el hombre alto, de pelo claro que entró en mi vida. Y ahora no quería que se fuera.
Me pareció dificil de ver como Justin bloqueaba repetidamente los golpes. Tenía que tener un número de contusiones en su piel bronceada una vez que la pelea hubiera termiando. Todo lo que quería era que él saliera con vida.
- No, no. - gritó Hayley.
Me empujó más cerca, estirando su brazo para apuntar a Scott. Hice una mueca cuando Justin dio otro golpe, pero nos permitió ver la punzada en el hombro derecho de Scott. Hayley estaba gritando a cabo descubierto, con la esperanza de alertar a Justin. Pero sabía que él ya lo había encontrado. La pequeña sonrisa en su rostro era de confirmación. No había tiempo para acuar sobre él sin embargo, el guante derecho de Scott latió con fuerza en el estómago de Justin. Cubrí mi boca con la mano mientras miraba desesperadamente. Justin se tambaleó hacia atrás contra las cuerdas, con los ojos cerrados, intentando bloquear el dolor. La mano de Hayley agarró la mía, el miedo en sus ojos marrones. Los míos estaban ensanchados mientras Scott se acercaba a Justin. En silencio, le supliqué que levantara los brazos para defenderse. Scott sonrió, envolviendo el brazo alrededor de la parte superior de su hombro, la cabeza inclinada hacia Justin.
Justin hizo una mueca ante las palabras que se hablaban entre ellos. Un profundo ceño en la frente, los labios fuertemente apretados. La única conversación era indetectable a nuestros oídos. El árbitro quería parar, pero no se atrevía a tocar a Scott para advertirle. Los guantes de Justin empujaron el pecho de Scott con ira, empujándolo.
Di un grito ahogado cuando la mirada de Justin viajó a mí. Lo que Scott había dicho provocó el borde de la oscuridad en sus ojos. Tenía la mandíbula apretada, la respiración en aumento. Sabía que estaba echando humo, los músculos de su estómago se tensaron mientras me miraba.
- ¡Vamos, Bieber! - incitó Scott.