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Bastián se puso de pie y penetró en su tienda. Se echó en la cama.

-Ahora has conseguido ser verdaderamente grande -dijo con suavidad una voz dulce y velada -: ahora no importa nada y nada puede afectarte.

Bastián se incorporó. Era Xayide quien había hablado. Se acurrucaba en él ángulo más oscuro de la tienda.

-¿Tú? -preguntó Bastián-. ¿Como has entrado?

Xayide sonrió.

-No hay centinelas, señor y maestro, capaces de detenerme. Sólo podrían hacerlo tus órdenes.  ¿Quieres que me vaya?

Bastián volvió a echarse y cerró de nuevo los ojos. Al cabo de un rato murmuró: 

-Me da igual. ¡Quédate o vete!

Ella lo observó con los ojos entornados largo tiempo. Luego preguntó:

-¿En qué piensas, señor y maestro?

Bastián se volvió del otro sin responderle.

Para Xayide era claro de que ninguna forma debía dejarlo solo ahora. Estaba apunto de escapársele de la manos. Tenía que consolarlo y animarlo a su manera. Tenía que inducirlo a proseguir el camino que ella había planeado para él y para si misma. Y tenía que recurrir a medios más poderosos. A los más fuertes de que disponía, a los deseos más secretos de Bastián. De forma de que se sentó a su lado y le susurró al oído:

-Mi dueño y señor, ¿Cuando piensas de trasladarte a la torre de marfil?

-No lo sé -dijo Bastián hundido en sus almohadones- ¿Que voy a hacer  si no está la hija de la luna? Ya no sé que debo hacer.

-podras entrar y esperar allí a la Emperatriz infantil.

Bastián se volvió hacia Xayide.

-¿Tu crees que volverá?

Tuvo que repetir la pregunta más apremiante para que Xayide, titubeando respondiera:

-No lo creo. Creo que ha dejado Fantasía para siempre y que tú señor y maestro, eres su sucesor.

Bastián se incorporo lentamente. Miró los ojos de dos colores de Xayide y tardó un rato en comprender del todo lo que ella había dicho.

-¿Yo? -balbuceó. En sus mejillas aparecieron manchas rojas.

-¿Tanto te asusta la idea? -susurro Xayide- Ella te ha dado el signo de su poderío. Te ha entregado su reino. Serás el emperador infantil, mi señor y maestro. Y lo mereces. No sólo salvaste a fantasía con tu venida, sino que ¡la has creado tú! ¡todos nosotros -incluso yo- somos sólo criaturas tuyas! Tú eres el gran sabio: ¿por qué te asusta asumir también el poder supremo que después de todo, te corresponde?

Y mientras en los ojos de Bastián, poco a poco comenzaba a brillar una fiebre fría, Xayide le hablo de una nueva fantasía, de un mundo que, en todos sus detalles, se conformarían con la voluntad de Bastián, en el que podría crear o destruir a su antojo, en el no habría ya límites ni condiciones, y en el que toda criatura, buena o mala, hermosa o fea, necia o sabia, se debería sólo a su voluntad y él, majestuoso y enigmático, reinaria sobre todos dirigiendo la historia en un juego eterno.

-Solo entonces -dijo ella para terminar- serás verdaderamente libre, libre de todo lo que te limita y libre para hacer lo que quieras. ¿No querías encontrar tu verdadera voluntad? ¡Pues es esa!

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2021 ⏰

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