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la puerta de madreperla le recordó a Fújur, el dragón de la suerte, cuyas escamas brillaban como la madreperla, de manera que se decidió por ella.

En la habitación siguientes había dos puertas, una de ellas de hierbas tejidas y la otra consiste en una reja de hierro, Bastián eligió la de hierba pensando en el mar de hierba,en el país de Atreyu,

En la nueva habitación se encontró ante dos puertas que sólo se diferenciaban en que una era de cuero y la otra de fieltro Bastián  paso naturalmente por la de cuero.

otra vez se encontró ante dos puertas y allí tuvo que reflexionar una vez más. Una era purpúrea y la otra era verde oliva. Atreyu era un piel verde y llevaba un manto de piel de búfalo purpúreo. En la puerta verde oliva había pintados había pintados unos sencillos signos de color blanco. Como los que llevaba Atreyu en la frente y las mejillas cuando el cairon lo encontró. Sin embargo. Los mismos signos aparecieron en la puerta purpúrea, y Bastian no sabia si el manto de Atreyu llevaba esos signos. Asi pues debía tratarse de un camino que llevaba hasta otro, pero no hasta Atreyu.

Bastián abrió la puerta oliva... ¡Y se encontró al aire libre!

Con gran asombro por su parte, no estaba sin embargo en el mar de hierba, sino en un claro bosque primaveral. Los rayos del sol se abrían paso a través del follaje joven y sus juegos de luces y sombras centellaban en el suelo musgoso. Olia a tierra y a setas, y el aire tibio estaba lleno de gorjeos de pájaros. Bastián se volvió y vio que acababa de salir de una pequeña capilla del bosque. En aquel momento, la puerta de la capilla había sido la de salida del templo de las mil puertas. Bastián abrió otra vez, pero sólo vio ante si el interior estrecho y pequeño de la capilla. El tejado se componía de unas vigas calcomidas que se alzaban en el aire del bosque, y las paredes estaban cubiertas de musgo.

Bastián se puso en camino, sin saber al principio hacia donde no dudaba de que antes y después, se tropezaría con Atreyu. Y se alegraba tremendamente pensando en ese momento. Les silbo a los pájaros. Que le contestaron y canto, muy alto y loco de alegría, todo lo que le paso por la cabeza.

Después de andar un poco, vio en un claro a un grupo de personas acampadas. Al aceercarse se dio cuenta de que se trataba de muchos hombres con armas magnificas. También había entre ellos una hermosa dama, que se sentaba en la hierba y rasgueaba un laud. Detrás había algunos caballos, ricamente ensillados y embrigados. Delante de los hombres, que estaban echados en la hierba y conversaban, habían extendido un mantel blanco y, sobre el toda clase de alimentos y bebidas.

Bastián se aproximó al grupo, pero antes oculto el amuleto de la emperatriz infantil bajo su camisa, porque quería conocer a aquella gente sin darse a conocer ni llamar la atención.

Cuando lo vieron llegar, los hombres se pusieron de pie y lo saludaron cortésmente, inclinándose. Evidentemente lo tomaron por un príncipe o algo parecido. También la hermosa dama inclinó sonriente la cabeza pero siguió pulsando su su instrumento. Uno de los hombres era especialmente alto e iba vestido de forma especialmente lujosa. Todavía era joven y tenía rubios los cabellos, que le caían sobre los hombros.

-yo soy HÝNRECK el héroe -dijo- y esta princesa OGRAMAR, hija del rey de lunn. Estos son mis amigos Hikrion, Hýsbald y Hydorn. ¿Cual es vuestra gracia, joven amigo?

-No puedo revelar mi nombre... Todavía -respondió Bastián

Hola perdón por la demora, me tome unas vacaciones y ya volví

la historia  sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora