La mayoria de los forasteros no eran tan hermosos. Habia gigantes llenos de musculos, con cabesitas que entre sus poderosos hombros, paresian pequeñascomo manzanas. Circulaban por allí rufianes de la noche, sombrios y valentones, tipos solitarios con los que se veia que era imposiblehacer buenas migas. Habia espadachines de ojos rapidos y rapidas manos, y foribundos guerreros que andavan con los brazos en jarras y echando humo por la boca y narices. Daban vuertas por el lugar fanfarrones, como peonzas vivas y satiros trotaban de un lado a otro sobre sus piernas nudosas, con gruesas cachiporras al hombro. Una vez Bastián vio incluso un comerrocas, cuyos dientes sobresalian como cinceles de acero. La pasarela de plata se curvó bajo su peso cuando el comerrocas cruzó pesadamente. Pero antes que Bastian pudiera preguntarle si, por casualidad se llamaba pyernrajzarck, se habia perdido entre el gentio.
Bastian llego por fin al centro de la ciudad. Y alli era donde se celebraban los torneos, que estaban en todo su auge. En una gran plaza redonda, que parecia una enorme pista de circo, cientos de competidores median su fuerza y demostraban lo que sabian hacer. En torno al amplio redondel se apiñaba una multitud de espectadores,que animaban con sus gritos a los combatientes; tambien las ventanas y los balcones de los buques-palacio de alrededor rebosaban casi de espectadores, y muchos de estos habian conseguido trepar a los tejados adornadoss de foligrana de plata.
Sin embargo, Bastian no se interezó tanto al principio por el espectaculo que ofrecian los competidores. Queria encontrar a Atreyu que, sin duda, contemplaba desde algun sitio. Y entonces observobque la multitud miraba siemple con espectacion hacia un palacio determinado, sobretodo cuandobuno de los competidores habia realizado alguna hazaña especialmente impresionante. Contodo, Bastian tuvo que abrirse paso por unos de los puentes colgantes y trepar luego por una especie de farola antes de poder echar una ojeada a aquel palacio.
En un amplio balcón habian colocado dos altos sillones de plata. En uno de ellos se sentaba un hombre muy viejo, al que la barba y cabellos de plata le caian en oleada hasta el cinto. Debia de ser Qüérquobad, el anciano de plata. Junto a él estaba un muchacho aproximadamente de la edad de Bastian. Llevaba pantalones largos de cuero blando y el torso desnudo, de forma que podia verse que su piel era de color verde oliva. La espresion de su rostro delgado era seria, casi adusta, llevaba el pelo largo y negroazulado, recogido en una trenza y atado con unas tiras de hierro. Le cubria los hombros un manto de color purpura. Contemplaba serenamente y, sin embargo con peculiar intensidad el campo de batalla. Nada paresia escapar a sus ojos oscuros !Atreyu!
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la historia sin fin
FantasíaBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...