Todas las flores y las hojas de las orquídeas centellaban de rocio al primer sol de la mañana cuando la caravana se puso de nuevo en marcha. Durante la noche no había ocurrido nada, salvo que se habían unido a los anteriores otros emisarios mas, de forma que el tropel se componía ya de unos trescientos. Realmente era un espectáculo que valía la pena contemplar el de aquella comitiva de seres tan diversos.
Cuánto más se adentraban en el bosque de orquídeas, más formas y colores increíbles adoptaban las flores. Y pronto comprobaron los caballeros Hykrion, Hysbald y Hydorn que la impresión inquietante que les había inducido a poner centinelas no había sido totalmente injustificada. En efecto, muchas de aquellas plantas eran carnívoras, y suficientemente grandes para tragarse un ternero. Verdad era que no se movían por si solas -en ese sentido, los centinelas habían sido innecesarios-, pero cuando se les tocaba se cerraban como grilletes de acero. Y alguna vez tuvieron que hacer uso los caballeros de sus espadas para liberar el brazo o el pie de algún compañero de viaje o a su cabalgadura, cortando la flor entera y despedazandola.
Bastian, que cabalgaba sobre Yicha, se veia constantemente rodeado de todos los seres imaginables de fantasía, que intentaban llamar su atención o, por lo menos, echarle una ojeada. Pero él cabalgaba en silencio y con rostro impenetrable. Se le había despertado de nuevo un deseo y, por primera vez, era un deseo que lo hacía parecer inabordable y hasta sombrío.
Lo que más le molestaba en el comportamiento de Atreyu y de Fújur, a pesar de la reconciliación, era el hecho incontestable de que lo trataban como a un niño incapaz, del que se sentían responsables y al que tenían que proteger y dirigir. Pensándolo bien, había sido así desde el primer día de su convivencia. ¿Por qué actuaban de se modo? Evidentemente de sentían superiores a él por alguna razón... aunque sus intenciones fueran buenas . Sin duda, Atreyu y Fújur lo consideraban un muchacho indefenso, necesitado de protección. ¡Y a eso Bastian no estaba dispuesto, no estaba en absoluto! ¡ No era un muchacho inofensivo! ¡Ya verían! Bastian quería ser peligroso, ¡Peligroso y temido! Alguien de quien todo el mundo tuviera que guardarse... incluidos Fújur y Atreyu.
El yinni azul -que, por cierto, se llamaba Illuán- se abrió paso entre la agromeracion de personas que rodeaban a Bastian y se inclinó ante el, con los brazos cruzados sobre el pecho.
Bastian se detuvo.
-¿Qué pasa, Illuán? ¡Habla!
-Señor -dijo el yinni con su voz de águila-, he oído decir algo a nuestros compañeros de viaje recién llegados. Algunos de ellos pretenden conocer está comarca y saben hacía donde nos dirigimos. Y todos ellos tiemblan de miedo, señor.
-¿Por que? ¿Que comarca es ésta?
-Este bosque de orquídeas carnívoras, señor, se llama el jardín de Oglais y pertenece al castillo encantado de Hórok, llamado también la mano vidente. En él vive la maga más poderosa y perversa de toda fantasía, su nombre es Xayide.
-Está bien -respondió Bastian-, diles a los miedosos que se tranquilicen. Estoy yo con ellos.
Illuán se inclinó otra vez y se alejó.
Poco después aterrizaron junto a Bastian Fújur y Atreyu, que se habían adelantado volando. La expedición estaba precisamente en la pausa del mediodía.
-No sé que pensar -comenzo a decir Atreyu-. A tres o cuatro horas de camino he visto, en medio del bosque de orquídeas, una construcción que parece una gran mano que saliera del suelo. Produce una impresión bastante siniestra. Si seguimos andando en la misma dirección que hasta ahora, iremos a dar con ella.
Bastian le informó de lo que, entretanto, sabía por Illuán
-En ese caso -opinó Atreyu-, sería más sensato cambiar de dirección, ¿no crees?
-No -dijo Bastian
-No hay ninguna razón que nos obligue a encontrarnos con Xayide. Sería mejor evitar ese encuentro.
-Hay una -dijo Bastian.
-¿Cuál?
-Que yo lo quiero -dijo Bastian.
Atreyu calló, mirándolo con ojos muy abiertos. Como por todas partes se arremolinaban los fantasíos para ver a Bastian, la conversación no siguió.
Pero, después de la comida, Atreyu volvió y le propuso a Bastian, en tono aparentemente despreocupado:
¿No te apetecería dar un vuelo conmigo en Fújur?
Bastian comprendió que a Atreyu le preocupada algo. Se subieron a las espaldas del dragón, Atreyu delante y Bastian detrás y se elevaron por los aires. Era la primera vez que volaban juntos.
Apenas fuera del alcance de la voz, Atreyu dijo:
-Resulta difícil ahora hablar a solas contigo. Pero tenemos que hablar sin falta, Bastian
-Eso pensaba -respondió Bastian sonriendo-. ¿Qué pasa?
-El sitio al que hemos llegado y al que nos dirigimos... -comenzó Atreyu titubeante-, ¿tiene algo que ver con algún deseo tuyo?
-probablemente -repuso Bastian de forma un tanto fría.
-Si -continuó Atreyu-, eso es lo que pensábamos Fújur y yo. ¿Qué deseo es ese?
Bastian guardó silencio.
-No me malentiendas -añadio Atreyu-, no es que le tengamos miedo a nada ni de nadie. Pero, como amigos tuyos, nos preocupamos.
-No hace ninguna falta que se preocupen -replico Bastian todavía más fríamente.
Atreyu guardó silencio largo rato. Finalmente, Fújur volvió la cabeza hacia ellos y dijo:
-Atreyu tiene una propuesta muy sensata que hacerte y deberías escuchar, Bastian Baltazar Bux.
-¿Otro consejito? -pregunto Bastian con sonrisa de burla.
-No, no es ningún consejo, Bastian -respondió Atreyu-, sino una propuesta que quizá no te guste a primera vista. Sin embargo, debes pensar en ella antes de rechazarla. Nos hemos roto la cabeza todo el tiempo pensando en como ayudarte. Todo se debe al efecto que tiene en ti el signo de la emperatriz infantil. Sin el poder de AURYN no puedes seguir deseando cosas, pero con ese poder te pierdes a ti mismo y cada vez recuerdas menos hacía dónde te diriges. Si no hacemos nada, llegará el momento en que ya no lo sabras.
-De eso hemos hablado ya -dijo Bastian-, ¿Y qué más?
- cuando yo llevaba la Alhaja -continuó Atreyu- todo era distinto. A mí me guiaba pero no me quitaba nada. Quizá porque no soy un ser humano y, por ello, no tengo ningún recuerdo del mundo de los seres humanos que perder. Quiero decir que no me perjudicó; al contrario. Y por eso quería proponerte que me dieras a AURYN y confiaras simplemente en mi dirección. Yo te buscaré el camino. ¿Qué te parece?
-Propuesta rechazada -dijo Bastian fríamente.
-213-
ESTÁS LEYENDO
la historia sin fin
FantasíaBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...