capítulo 3,2

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Nunca atacada ni tenía que defenderse de ningun atacante, porque a nadie se le hubiera ocurrido levantarse contra ella ni hacerle daño. Para ella, todos eran iguales.

Solo estaba allí, pero estaba alli de una forma especial era el centro de toda la vida de fantasía.

Y todas las criaturas, buenas o malas, hermosas y feas, divertidas o serias, necias o sabias, todas, estaban alli sólo porque ella existía. sin ella no podía subsistir nada, lo mismo que no puede subsistir un cuerpo humano sin corazón.

Nadie podía comprender del todo su secreto, pero todos sabían que era asi. y por eso la respetadan por igual todas las criaturas de aquel reino, y todas se preocupaban igualmente por su vida porque su muerte hubiera sido también el fin de todos, el hundimiento del inmenso reino de fantasía

Los pensamientos de bastian vagaban.
  En un recuerdo, vio de pronto otra ves el largo pasillo de la clínica en que habían operado mamá. El se habia quededo sentado esperando muchas horas con su padre delante de la sala de operaciones. Cuando su padre había preguntado luego cómo estaba mamá, habia recibido respuestas evasivas. Nadie parecía saber exactamente cómo estaba. Por fin habia venido un hombre calvo de bata blanca, que parecía cansado y triste. Les habia dicho que todos los esfuerzos habían sido inútiles y que lo sentía mucho. Les habia dado a los dos la mano y habia murmurado <<mi sentido pésame>>.

Después, todo habia cambiado entre su padre y bastian.

No exteriormente. Bastian tenía todo lo que podía desear. Tenía una bicicleta de tres marchas, un tren eléctrico, muchas tabletas de vitaminas, cincuenta y tres libros, un hamster, un acuario con peces tropicales, una máquina de fotos pequeña, seis navajas y todo lo imaginable. Pero, en el fondo, todo eso no le importaba nada.

Bastian recordaba que su padre, antes,había jugado de buena de buena gana con él. A veces, hasta le habia  contado o leído historias. Pero aquello habia terminado. Ya no podía  hablar con su padre. Alrededor de este había como una pared como una pared invisible que nadie podía atravesar. A bastian nunca lo reñia ni lo elogiaba. Tampoco dijo nada cuando lo suspendieron. Sólo lo miro de aquella  forma ausente y preocupada, y bastian tuvo la sensación de no estar alli.


la historia  sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora