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El hombre lobo habia observado atentamente a Atreyu.

-Ahora ya sabes comó ir al mundo de los hombres -dijo- ¿sigues queriendolo , hijito?

Atreyu nego con la cabeza .

-No quiero convertirme en mentira -murmuró.

-Te convertiras, lo quieras o no -respondio Gmork, casi alegremente

- ¿y tú? - preguntó Atreyu- ¿por qué estás aquí?

-Tenia una misión - dijo Gmork de mala gana.

- ¿tú también?

Atreyu miró al hombre-lobo casi con atencion y casi con simpatia:

-¿y la has cumplido?

-No -gruñó Gmork-; si no, desde luego, no estaria encadenado. Las cosas no fueron demasiado mal al principio, hasta que llegué a esta ciudad. La princesa tenebrosa, que reinaba aquí, me recibió con todos los honores. Me invitó a su palacio, me trato magnificamente y habló conmigo y se portó en todo como si estuviera de mi parte. Bueno, las criaturas del pais de la gentuza me eran naturalmente bastante simpáticas y me sentia, por asi decirlo, como en mi casa. Y la princesa tenebrosa, a su estilo, era una mujer muy hermosa... al menos para mi gusto. Me acarisiaba y rascaba, y yo me me dejaba hacer, porque era muy agradable. Nadie me habia acariciado y rascado así. En pocas palabras, perdi la cabeza y empecé a hablar demaciado, y ella hizo como si me admirarse de qué manera hasta que, finalmente, le dije cuál era mi misión. Seguramente me narcotizó, porque por lo general tengo el sueño ligero. Y cuando me desperté estaba cargado de cadenas.  La princesa tenebrosa estaba ante mí y me dijo: <<Has olvidado Gmork, que también yo soy una de las criatura de fantasia. Y si luchas contra fantasia luchas contra mí. Por lo tanto, eres mi enemigo, pero yo he sido más lista. Esa cadena sólo la puedo abrir yo. Sin embargo, ahora me iré a la nada con mis sirvientes y no vorveré jamás.>> Y dando media vuelta, se fue. Pero no todos siguieron su ejemplo. Sólo cuando la nada se acercó cada vez más y más, los habitantes de la ciudad se sintieron atraidos con tanta fuerza que no pudieron resistir. Y precisamente hoy, si no me equivoco, han cedido también los últimos. Pero tú, hijito, has caido en la misma trampa: me has escuchado demaciado tiempo. En este momento, la nada se ha cerrado en torno a la ciudad como un dogal estás atrapado y no puedes huir ya.

-Entonces moriremos juntos -dijo atreyu.

-Eso, desde luego - respondio Gmork-, pero de forma muy distinta, pequeño necio. Porque yo moriré antes de que la nada llegue aquí, pero tú serás tragado por ella. Es una gran diferencia. La historia de quien muere antes termina, pero la tuya continuara sin fin, en calidad de mentira.

-¿Por qué eres tan malo? -preguntó Atreyu.

- vosotros teníais un mundo -respondió sombriamente Gmork-, pero yo no.

-¿Cual es tu misión?

Gmork, que hasta entonces habia permanecido aún ergido, se dejó resbalar hasta el suelo. Sus fuerzas se acababan visiblemente. Su ronca voz sonaba otra vez jadeante.

-Aquellos a quienes sirvo y que decidieron la aniquilacion de fantasia vieron su plan en peligro ... Supieron que la emperatriz infantil habia enviado a un emisario, a un gran héroe, y parecía que él podria lograr aún llevar a una criatura humana a fantasia... Era absolutamente necesario matarlo antes... para eso me.llamaron a mí, porque habia viajado mucho por fantasia... Encontré enseguida su rastro... Lo seguí dia y noche... Le di poco alcance... A través del pais de los Azafranios... Muamaz, el templo de la selva... El bosque de haule... El.pantano de la tristeza... Las montañas muertas... Y entonces en el abismo profundo, junto a la red de Ygrámul... perdi su rastro... como si se hubiera volatilizado... segui buscando, en algún sitio debía estar... pero nunca más encontré sus huellas... Y así llegué finalmente llegue aqui... No lo he logrado... Pero él tampoco, porque ¡fantasia se hunde! Su nombre, por cierto, era Atreyu.

Gmork levantó la cabeza. El muchacho habia dado un paso atrás y se habia erguido.

-Soy yo -dijo-. Yo soy Atreyu.

Un estremecimiento recorrio el cuerpo extenuado del hombre-lobo. El estremecimiento se repitió, haciéndose más intenso. Entonces de la garganta de Gmork broto un sonido que parecía una tos jadeante, se hizo cada vez más fuerte y áspero y se convirtió en un aullido que retumbó en todas las paredes. ¡El hombre-lobo se reía!

Era el sonido más espantoso que Atreyu habia oido nunca y jamás volverá a oír nada parecido.

la historia  sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora