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-En que lugar del bosque comenzó todo? -Quiso saber Atreyu.

-Quieres verlo? -El tercer troll, que era sólo medio troll, miró interrogativamente a sus compañeros de infortunio. Cuando éstos asintieron continuó:

-Te llevaremos hasta donde puedas verlo, pero tienes que prometer que no te acercarás más. De otra forma, la nada te atraería de un modo irresistible.

-Está bien -dijo Atreyu-, os lo prometo.

Los tres se volvieron y se dirigieron al lindeo del bosque. Atreyu cogió a Ãrtax de las riendas y los siguió. Durante un rato se abrieron paso entre los gigantescos árboles y luego se detuvieron ante un tronco particularmente grueso. Ni cinco hombres adultos hubieran podido abarcarlo con sus brazos.

-Trepa tan alto como puedas -dijo el troll sin piernas- y mira hacia oriene. entonces lo verás... o, mejor dicho no lo
Verás.

Atreyu subió, agarrándose a los nudos y protuberancias del tronco. Llegó a las ramas más bajas. Se izó hasta las siguientes y se elevó cada ves más, hasta que dejo de ver el suelo. Siguió  trepando, el tronco se hizo mas delgado y las ramas más numerosas, de forma que le resultó más fácil avanzar. Cuando finalmente estuvo sentado en lo más algo de la copa,miró hacia el Oriente y lo vio:

Las copas de los otros árboles que estaban muy cerca eran muy verdes, pero el follaje de los árboles que habia detrás parecía haber perdido ese color, porque era gris. Y, un poco mas lejos, se hacia extrañamente transparente, nebuloso o, mejor dicho, cada vez más irreal. Y detrás no habia nada, absolutamente nada. No era un lugar pelado, una zona oscura, ni tampoco una clara; era algo insoportable para los ojos  y que producía la sensación de haberse quedado uno ciego. Porque no hay ojos que aguanten el contemplar una nada total. Atreyu se tapó la cara con la mano y estuvo a punto de caerse de la rama. Se sujetó  con fuerza y descendió tan deprisa como pudo. Ya habia visto bastante. Sólo entonces comprendío todo el horror que se extendía por fantasía.

Cuando llegó otra vez al pie del gigantesco árbol, los tres trolls de la corteza habian desaparecido. Atreyu salto sobre su caballito y, a galope tendido, tomó la dirección opuesta a aquella en que la nada avanzaba lenta pero inconteniblemente. 

la historia  sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora