-¿Y qué buscan aquí?
-Buscamos al gran sabio -dijo la Sexta lechuza- Los tres pensadores profundos saben que se encuentra en esta ciudad de tiendas y solicitan su ilustración.
-¿El gran sabio? -preguntó Bastian-. ¿Quien es?
-¿Su nomdre -respondieron las seis lechuzas a la vez- es Bastian Baltasar Bux.
-ya lo encontraron -respondió el-. Soy yo.
Las lechuzas se inclinaron de golpe profundamente, lo que, a pesar de su imponente tamaño, resultó casi cómico.
-Los tres pensadores profundos -dijo la primera lechuza- solicitan humilde y respetuosamente tu visita para que les resuelvas la cuestión que ellos, en su larga vida, no han podido resolver.
Bastian se acaricio pensativamente la barbilla
-Esta bien -respondió finalmente-, pero me gustaría llevar a mis dos discípulos.
-Nosotras somos seis -contestaron las lechuzas-, y entre dos de nosotras podemos llevar a uno de ustedes.
Bastian se volvió hacia el Yinni azul.
-Illuán ¡vete a buscar a Atreyu y Xayide!
El Yinni se alejo rápidamente.
-¿Que cuestión -quiso saber Bastian- es la cuestión que deben resolver?
-Gran sabio -declaró una de las lechuzas-, sólo somos pobres mensajeros alados ignorantes y ni siquiera pertenecemos a la categoría más baja de losmonjes del conocimiento. ¡como podríamos comunicarte la cuestión de los tres pensadores profundos no han podido resolver en su larga vida!
Al cabo de unos minutos volvió Illuán con Atreyu y Xayide. En el camino les había explicado rápidamente de que se trataba.
Cuando Atreyu estuvo ante Bastian, le preguntó suavemente.
-¿por qué yo?
-Si -quiso saber también Xayide-, ¿por qué el?
-Ya lo sabran -replicó Bastian.
Resultó que las lechuzas, previamente, habian traído tres trapecios. Entre dos los cogieron con las garras de las que colgaban cada trapecio; Bastian, Atreyu y Xayide se sentaron en las tablas, y las grandes aves nocturnas se elevaron con ellos en el aire.
Cuando llegaron al monasterio de las estrellas de Guigam, vieron que la cúpula era sólo la parte superior de un edificio muy espacioso.formado por diversas secciones de forma de cubo. Tenía innumerables ventanitas y, con sus altos muros exteriores, se alzaba al borde mismo de un barranco. Para los visitantes indeseados resultaba de acceso difícil o imposible.
En los elementos de forma de cubo estaban las celdas de los monjes del conocimiento, las bibliotecas, los servicios administrativos y los alojamientos para los mensajeros. Bajo la gran cúpula se encontraba la sala de reuniones, en la que los tres pensadores profundos impartian sus enseñanzas.
Los monjes del conocimiento eran fantasios de la figura y la procedencia más diversas. Pero si querian entrar en el monasterio tenian que romper todo lazo con su pais y con su familia. La vida de aquellos monjes era dura y abnegada, y estaba dedicada exclusivamente a la sabiduría y al conocimiento. No todo el que lo pretendía, ni mucho menos, era aceptado en la comunidad. Las pruebas eran difíciles y los tres pensadores profundos inexorables. Ello hacia que casi nunca vivieran allí más de trescientos monjes que, sin embargo, constituían lo más escogido entre los seres más inteligentes de toda fantasía. Había habido tiempos en que la comunidad de hermanos y hermanas se había reducido a sólo siete miembros. Sin embargo, aquello no había cambiado en nada la dureza de las pruebas. En aquel momento, el número de monjes y monjas era de mas de doscientos.
Cuando Bastian, seguido de Atreyu y Xayide, fue conducido a la gran aula, se vio ante una multitud de abigarrada de todos los seres fantásticos imaginables, que sólo se diferenciaban de su propia comitiva en que todos cualquiera que fuera su figura, iban vestidos con un áspero sayal de color pardo oscuro. Puede imaginarse el aspecto que tenían, por ejemplo, algunos de los ya citados rocas errantes o diminutenses.
Los tres superiores, sin embargo, los tres pensadores profundos, tenian figura humana. Pero sus cabezas no eran humanas. Uschtu, la madre de la intuición, tenía el rostro de lechuza. Schirkrie, el padre de la visión, tenía cabeza de Águila. Y finalmente Yisipu, el hijo de la sagacidad, tenía cabeza de zorro. Se sentaban en altos sillones y parecian inmensos. Atreyu y hasta Xayide parecieron intimidados al verlos. Pero Bastian avanzó hacia ellos serenamente. En la gran sala reinaba un profundo silencio.

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la historia sin fin
FantasíaBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...