-Quedese Pasmado dentro o fuera, pero cierre la puera que hay corriente.
El muchacho obedeció, cerrando con suavidad la puerta. Luego se acercó a la pared de libros y miro con precaución al otro lado. Alli estaba sentado, en un sillón de orejas de cuero desgastado, un hombre grueso y rechoncho. Llevaba un traje negro arrugado, que parecía muy usado y como polvoriento. Un chaleco floreado le sujetaba el vientre. El hombre era calvo y sólo por encima de las orejas le brotaban mechones de pelos blancos. Tenía una cara roja que recordaba la de un buldog de esos que muerden. Sobre las narices, llenas de bultos, llevaba unas gafas pequeñas y doradas, y fumaba en una pipa curva, que le colgaba de la comisura de los labios torciéndole toda la boca. Sobre las rodillas tenia un libro en el que, evidentemene,habia estado leyendo, porque al cerrarlo habia dejado entre sus páginas el gordo dedo indice de la mano izquierda... como señal de lectura, por decirlo asi.
El hombre se quitó las gafas con la mano derecha, contempló al muchacho pequeño y gordo que estaba ante el chorreando, frunciendo al hacerlo los ojos, lo que aumentó la impresión de que le iba a morder, y se limitó a musitar:-¡valla por dios!- luego volvió a abrir su libro y siguió leyendo
El muchacho no sabia muy bien qué hacer, y por eso se quedó simplemente alli, mirando al hombre con los ojos muy abiertos.Finalmente el hombre cerró el libro otra vez -dejando el dedo, como antes,entre sus páginas- y gruñó -mira chico, yo no puedo soportar alos niños. Ya se que esta de moda hacer muchos aspavientos cuando se trata de vosotros....¡ pero eso no reza conmigo! No me gustan los niños en absoluto. Para mi no son más que unos estúpidos llorones y unos pesados que lo destrozan todo, manchan los libros de mermelada y les rasgan las páginas, y alos que les importa un pimiento que los mayores tengan también sus preocupaciónes y sus problemas. Te lo digo sólo para que sepas a qué atenerte. Ademas, no tengo libros para niños y los otros no te los vendo. ¿Esta claro?
Todo eso lo habia dicho sin quitarse la pipa de la boca. Luego abrió el libro otra vez y continuó leyendo.
El muchacho asintió en silencio y se dio la vuelta para marcharse, pero de algún modo le parecio que no debia aceptar sin protesta aquel sermón, y por eso se volvió otra vez y dijo en voz baja:
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la historia sin fin
FantasyBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...