-Entonces también perelín debe de haber existido siempre -dijo Bastian desconcertado.
-Desde el momento que le diste su nombre, señor -contestó Graógraman- existió desde siempre.
-¿Quieres decir que yo lo cree?
El león guardó silencio un rato, antes de responder:
-eso solo puede decírtelo la emperatriz infantil. De ella lo has recibido todo.
Se levantó
-Ya es hora, señor, de que volvamos a mi palacio. El sol declina y el camino es largo.
Aquella noche Bastián se quedó con Graógraman, que se echó otra vez sobre el negro bloque de piedra. No hablaron más. Bastián se sirvió alimentos y bebidas de la alcoba, donde la mesita baja había sido puesta otra vez por las manos fantasmales. Devoro la comida, sentado en los escalones que llevaban al bloque de piedra.
Cuando la luz de las lámparas disminuyó y comenzó a palpitar como un corazón que latiera mas despacio, Bastián se puso de pie y ciño en silencio con sus brazos el cuello del león. La melena de Graógraman era dura y parecía de lava solificada. Y entonces volvió a oírse aquel ruido espantoso, pero Bastián no tuvo ya miedo. Lo que, una vez mas, hizo que se llenaran los ojos de lágrimas fue la irrevocabilidad de la desgracia de Graógraman
Mas tarde en la noche, Bastián se dirigió a tientas al exterior y contempló largo tiempo el silencioso crecimiento de las luminosas plantas nocturnas. Luego volvió a la caverna y se echo a dormir entre las zarpas del león petrificado.
Muchos dias y muchas noches fue Bastián huésped de la muerte multicolor y se hicieron amigos. Pasaron muchas horas en el desierto, entregados a juegos salvajes. Bastián se escondían entre las dunas de arena pero Graógraman lo encontraba siempre. Hicieron apuestas sobre quien corría mas, pero el león era mil veces mas rápido. Hasta lucharon entre sí para divertirse, se enzarzaron y pelearon... Y en eso Bastián lo igualaba. Aunque, naturalmente, solo se trataba de un juego. Graógraman tenia que que emplear todas sus fuerzas para estar a la altura del muchacho. Ninguno de los dos podía vencer al otro.
Un dia, después de haber estado alborotando, Bastián se sentó, un poco sin aliento y preguntó:
-¿No podría quedarme siempre contigo?
El león sacudió la melena
-No, señor.
-¿Por qué no?
-Aquí sólo hay vida y muerte, sólo perelín y Goab, pero no hay historias. Y tu tienes que vivir tus propias historias. No debes quedarte aquí.
-pero ¡Si no puedo marcharme! -dijo Bastian-. El desierto es demasiado grande para que nadie pueda salir de él. Y tu no puedes llevarme, por qué llevas el desierto contigo
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la historia sin fin
FantasyBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...