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Nadie se hubiera atrevido a cazar aquellos animales, salvo los pieles verdes... que además lo hacían sólo con arcos y flechas. Preferían la lucha caballeresca y por eso ocurria a menudo que no era el animal sino el cazador quien perdía la vida. Los pieles verdes querían y respetaban a los búfalos purpúreos y creían que únicamente tenían derecho a matarlos porque estaban dispuestos a ser matados por ellos.

La noticia de la enfermedad de la emperatriz infantil y de la fatalidad que la amenazaba a toda fantasía no habia llegado aún a aquellas tierras. Hacía ya mucho tiempo que ningún viajero llegaba a los campamentos de los pieles verdes. La hierba crecía mas jugosa que nunca, los dias eran claros y las noches estrelladas. Todo parecía ir bien.

Pero un día aparecio en el campamento un viejo Centauro negro de pelo blanco. Su piel chorreaba sudor, parecía mortalmente exhausto y su rostro barbudo estaba consumido y demacrado. En la cabeza llevaba un extraño sombrero de Juncos tejidos y, al cuello, una cadena de la que colgaba un gran amuleto. Era cairon.

Se quedó de pie en medio del espacio despejado que rodeaban las tiendas del campamento en círculos cada vez más anchos, allí donde los ancianos se reunían para el consejo o donde, en los dias de fiesta, se bailaban bailes y se cantaban viejas canciones. Esperó y miro a su alrededor, pero a su alrededor se apretaban mujeres y hombres muy viejos y niños muy pequeños, que lo miraban curiosos. Impaciente, golpeó en el suelo los cascos.

-¿Dónde estan los cazadores y cazadoras? -Resopló quitandose el sombrero y secándose la frente.

Una mujer de pelo blanco, con un bebé en los brazos, respondió:

-Todos han ido de caza. No volverán hasta dentro de tres o cuatro dias.

-¿Está Atreyu con ellos? -Pregunto el Centauro.

-Si, extranjero, pero, de que lo conoses?

-No lo conozco. ¡Id a buscarlo!

-Extranjero, - respondió un anciano con muletas-, difícilmente vendrá porque hoy es su caza. Comienza a la puesta de sol. Sabes lo que eso significa?

Cairon sacudió sus crines y piafó

No lo sé y tampoco importa, porque tiene algo más importante que hacer.     

la historia  sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora