-¡Illuan! -dijo Bastian al yinni azul que estaba junto a la entrada de la tienda-. Despierta a todo el campamento. Todos deben venir aquí. Y que los gigantes traigan a Fújur.
El yinni lanzó un agudo grito de águila y se fue apresuradamente. En todos los sitios a donde llegaba comenzó a verse movimiento en las tiendas grandes o pequeñas y en los demás lugares de acampada.
-No se ha defendido en absoluto -gruño Hykrion señalando con un gesto de cabeza a Atreyu, que permanecía inmóvil y con la cabeza gacha. Bastian se apartó y y se sentó en una piedra.
Cuando los cinco gigantes negros blindados trajeron a Fújur, una gran multitud se había congregado ya en torno a la suntuosa tienda. Al acercarse los pasos iguales, metálicos y pesados, los espectadores se abrieron dejando camino. Fújur no estaba encadenado ni lo tocaban los gigantes blindados: sólo caminaban a su izquierda y su derecha con las espadas desenvainadas.
-No se ha defendido en absoluto, señor de nuestra señora -le dijo a Bastián una de las voces metálicas cuando la comitiva se detuvo ante él.
Fújur se echó en el suelo ante Atreyu y cerró los ojos. Se hizo un largo silencio. Los últimos rezagados de la expedición se apresuraron a llegar y estiraron el cuello para ver qué pasaba. La única que no estaba presente era Xayide. Los murmullos y susurros fueron apagándose poco a poco. Todas las miradas iban de Atreyu a Bastián y de Bastián a Atreyu. En aquella luz gris sus figuras inmóviles parecían una imagen sin color, petrificada para siempre.
Finalmente, Bastián se levantó
-Atreyu -dijo-, querías robarme el signo de la Emperatriz infantil para hacerlo tuyo. Y tú, Fújur, lo sabías y lo planeaste con él. Con ello, no sólo no sólo habéis manchado la amistad que había entre nosotros, sino que os habéis hecho reos también del peor de los crimenes contra la voluntad de la hija de la luna, que me dio la Alhaja. ¿Os confesais culpables?
Atreyu miró largamente a Bastián y asintió.
A Bastián le falló la voz y tuvo que comenzar dos veces antes de poder seguir hablando.
-pienso, Atreyu, en qué fuiste tú quien me llevó a la Emperatriz infantil. Y pienso en el canto de Fújur en Amarganz. Por eso les perdono la vida: la vida de un ladrón y del cómplice de un ladrón . Haced con ella lo que queráis. Pero alejense de mi tanto como puedan, y no se atrevan jamás a ponerse ante mi Vista. Los destierro para siempre. ¡No los he conocido nunca!
Le hizo a Hykrion una señal con la cabeza para que soltara a Atreyu y luego se apartó y volvió a sentarse.
Atreyu se quedó largo tiempo de pie sin moverse y luego echo una mirada a Bastián. Pareció como si quisiera decir algo, pero lo pensó mejor. Se inclino hacia Fújur y le susurró alguna cosa. El dragón de la suerte abrió los ojos y se enderezó. Atreyu saltó sobre su espalda y Fújur se elevó por los aires. Voló en línea recta por el cielo de la mañana que cada vez se hacía más Claro y, aunque sus movimientos eran pesados y fatigosos en pocos minutos desapareció en lontananza.
Después de un tiempo de no escribir nada, he vuelto a seguir con la historia
Tuve mucho trabajo en los meses que estuve ausente

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la historia sin fin
FantasyBastian Baltasar Bux es un chico tímido al que le encanta leer y tiene una portentosa imaginación. en un extraño libro averigua que el reino de fantasía esta en peligro y asombrado, lee que Bastian Baltasar Bux debe unirse a Atreyu, un vali...