Capítulo 2: Marnie Williamson

268 34 82
                                    

El joven Dominic Le Franc era alguien amable y educado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El joven Dominic Le Franc era alguien amable y educado. Marnie se sentía a gusto con su compañía, era un chico más que agradable que le había ayudado a encontrar apartamento y no la miraba con el habitual descaro que otros hombres. Y aunque le gustaba, no se fiaba en absoluto de los hombres como él. Se daba cuenta por su educación y talante que tenía un origen aristocrático y distinguido. Lo cual la hacía desconfiar...sabía que la gente de su clase no tenía ningún interés en mezclarse con personas de orígenes como el suyo y protegía su corazón del encanto de aquel noble francés. 

Eso no significaba que ella rechazara su compañía, todo lo contrario. Era tan agradable y educado que no podía evitar dejarse acompañar. 

De vez en cuando, la avisaba para salir a pasear  excusándose en que él también estaba solo y la hacía reír. Tenía un acento muy exótico y la ayudaba a sobrellevar la soledad en la que vivía desde que había abandonado Boston. No tenía muchos amigos y agradecía las conversaciones alegres y distendidas de aquel muchacho de cara angelical y mirada triste.

Cuando mejor se lo había pasado había sido cuando la había invitado a verlo correr en el circuito de prueba. Había coincidido allí con unos amigos suyos de aspecto elegante e incluso más distinguido que él mismo. Dos alegres, atractivos y  educados muchachos que habían venido con sus respectivas prometidas.

Después fueron a una elegante chocolatería. Había mucha gente disfrutando del chocolate que se preparaba allí. Algunos llevaban encima ropas lujosas, tanto que podrían costar una pequeña fortuna. Sus modales eran exquisitos y  Marnie se sintió en ese momento torpe y miserable. La ropa que llevaba estaba gastada, más que remendada y obviamente pasada de moda. Dominic no la había avisado de que necesitara llevar puesto algo más adecuado. Pero supuso que algunos hombres no se daban cuenta de ese detalle y no se lo tuvo en cuenta.

Los hermosos ojos castaños del muchacho elegante se fijaron en ella y Marnie apartó la vista,  avergonzada mientras apartaba las manos de la mesa para dejar que la camarera le sirviera el chocolate con nata y canela que todo el mundo había pedido. 

—¿Eres de Chicago?—Inquirió Archie tras probar con evidente placer una cucharada de la nata con canela que acompañaba el chocolate.

Ella hizo lo propio y sus pupilas se dilataron con placer. Jamás en la vida había probado algo tan delicioso.

Sonrió y el joven Cornwell no pudo evitar sonreír también.

—Oh...no, mi familia adoptiva es de Boston. En realidad no conocí a mis verdaderos padres.— Dijo mientras intentaba que la voz le sonara neutral.

La mirada del joven que decía llamarse Archie Cornwell se ensombreció. Parecía entender perfectamente la situación de la muchacha.

—Ha debido de ser duro para tí...— Concedió Patty mientras Annie miraba a la joven con dureza y  manifiesta desconfianza. 

Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte  [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora