Capítulo 19: Una boda en Newcastle IV

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Vanessa los vio llegar de la mano, sonrojados, con los cabellos desordenados, risueños   y no pudo evitar darle un pequeño toque de complicidad en el brazo a su  flamante esposo Georges quien no pudo sino  esbozar una discreta sonrisa

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Vanessa los vio llegar de la mano, sonrojados, con los cabellos desordenados, risueños   y no pudo evitar darle un pequeño toque de complicidad en el brazo a su  flamante esposo Georges quien no pudo sino  esbozar una discreta sonrisa. Esperaba que el señor William pudiese por fin airear su relación con la señorita Candy y normalizar la situación delante de todo el mundo. 

Su esposa le había puesto al corriente de lo sucedido en el baile de Londres y también estaba preocupado por lo sucedido en Sâo Paulo.

Le debía lealtad al señor Ardlay y por tanto, se estaba cuestionando retrasar el viaje de Luna de Miel que había previsto hacer con ella hasta París, para acompañarlo. Le había prometido a William senior que lo cuidaría y no estaba seguro de que pudiera enfrentarse solo a algo tan peligroso como aquello. Aunque había madurado y tenía talento, el señor William era todavía demasiado inexperto para enfrentarse a según qué cosas. Y el incendio de Sâo Paulo era una de esas cosas.

Georges tenía noticias de que había sido provocado. Y sospechaba que era obra de Mc Bride aunque aún no sabía cómo demostrarlo. 

Por otra parte, la mala prensa que empezaba a tener el señor William por culpa de aquella mujer despechada empezaba a perjudicar la cotización de las acciones de las compañías que controlaban los Ardlay y había empezado a oír rumores que cuestionaban su liderazgo. Lo cual, estaba empezando a poner muy nerviosos a los líderes de las familias del clan. 

"Los enemigos se multiplican y parecen haberse aliado para propiciar su caída..." dedujo  preocupado Georges cuando vio llegar al señor William sonriente. 

Avanzaba con seguridad y decisión hacia el escenario donde acababan de tocar los músicos, llevando su gaita bajo el brazo. Georges empezó a sentir una cálida emoción crecer en el pecho, sorprendido de comprender  las intenciones de su jefe. 

"Señor Ardlay,  ojalá pudiera ver la clase de hombre en la que se ha convertido su hijo..." pensó mientras emocionado, apretaba la mano de su esposa  que lo miraba con ternura. 

Las lágrimas de emoción mojaron las mejillas de más de uno mientras el jefe del clan Ardlay entonaba con su cornamusa una canción popular bien conocida por su secretario y por la mayoría de los allí presentes. El corazón se le conmovió y Vanessa se apretó más  contra él. Georges sonrió y le besó la mano con gentileza mientras ella cerraba los ojos, suspiraba, se ponía de puntillas y le susurraba que lo amaba. 

Observaba las costuras de su hermoso vestido con curiosidad. Se las habían arreglado para disimular su embarazo y así protegerla de ojos indiscretos. Una nueva vida crecía en su vientre y él no podía esperar para ver su carita, ni tampoco podía ser más feliz. 

—Te amo, mon amour...— Le susurró a una Vanessa entregada en cuerpo y alma. 

Ella sonrió con la promesa escrita en sus ojos avellana mientras un tímido rubor asomaba a sus mejillas sonrosadas por el frío de marzo.

Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte  [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora