Primavera, Dunnottar Park 1919
Annie bajó la escalera principal de la mansión con el rostro demudado, pálida e intentando sobreponerse a la tragedia que suponía para ella desprenderse de su amor de la adolescencia. Archie había significado para ella el hombre ideal; con su cabello rubio oscuro, sus modales exquisitos y su impecable manera de vestir y comportarse.
Nunca había olvidado la primera vez que lo vio: con aquella camisa blanca, su sonrisa y la amabilidad con que se había ofrecido para tocar el piano en una casa que le era ajena haciéndole olvidar todo el miedo que había sentido en aquel momento de incertidumbre. No le había parecido justo que su madre quisiera presumir de su supuesto talento al piano en aquellos momentos. Y menos delante de toda aquella gente importante.
Para ella él era el chico más hermoso que había visto en su vida y su sonrisa la había cautivado por completo a sus escasos doce años.
Pero aquella inocencia había quedado atrás.
Nada tenía que ver el Archie de ahora con el que ella había se imaginado en aquel entonces. Annie se había hecho a la idea de que él iba a ser su marido, sin importarle otra cosa. Estaba dispuesta incluso a aceptar que amara a otra; lo cual era el mayor de los atentados que podía hacer contra sí misma, su integridad y su felicidad. Pues no sabía que no estaba siendo honesta consigo misma. No era consciente de lo que significaba aceptar a alguien que no la amaba solo para contentar a su ego infantil, alimentando la fantasía de una muchacha inmadura que se negaba a ver la realidad de su relación.
Ahora sabía que los dos se merecían más que eso.
Aunque dolía.
Ser consciente de su equivocación le había supuesto mucho sufrimiento. Y valor, sobre todo para admitir que había sido muy injusta con Candy.
Ella no tenía la culpa de que Archie todavía albergara sentimientos por su amiga de la infancia y ahora mismo, tampoco le extrañaba que se sintiera fascinado por Marnie.
"Son hermanas, es normal que Archie también se haya sentido atraído por ella...La estúpida he sido yo por consentir conformarme con las sobras, pudiendo optar por la felicidad completa. Aunque ahora mismo, ignore lo que es que te amen...tierna y completamente. ¡Qué estúpida he sido! ...Me merezco esto..." pensaba llena de congoja.
Sus amigas la animaban con la mirada y Annie sonrió tristemente mientras Candy y Patty la ayudaban a con el equipaje.
—No te preocupes, Annie. Creo que ni a Archie ni a Stear les va a importar hacértelo llegar a mi casa.
—Si, ahora me arrepiento de haber empacado tantas cosas para el viaje...
—Es lo normal, para una dama.—Objetó Patty.
—Pero es poco práctico. Yo prefiero llevar solo lo imprescindible. — Dijo Candy encogiéndose de hombros.
Bajaron las escaleras calladas. Los criados ayudaron con el abultado equipaje de la muchacha resignados a cargar con el peso de sus numerosos baúles y maletas.
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Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanfictionLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...