Marnie salió a toda prisa de su casa, del hostal donde compartía habitación con otra chica con pocos o menos recursos que ella. Salió corriendo en dirección a su lugar de trabajo. Llegaba tarde, había dormido mal por culpa de Molly y tenía muchas cosas que hacer ese día.
—Maldita sea ¿Por qué tiene esa manía de venir borracha a esas horas? llegará el día en que tenga problemas y yo no podré ayudarla.— Murmuró mientras abría la puerta del portal con brusquedad.
La farmacia de la señora Clarice, a quien nunca había visto, debía llevarse con disciplina y a veces le costaba despegarse de las sábanas.
El trabajo le gustaba, se le daba bien y ya empezaba a conocer a muchos de los clientes asiduos del barrio. Además, necesitaba desesperadamente el dinero para poder ir a un lugar mejor. Puede que con suerte, pudiera pagarse el alquiler de un apartamento.
Tomó un atajo por un callejón y una enorme rata le salió al paso. Marnie chilló del susto pero pronto recuperó la presencia de ánimo.
"Repugnante...", se dijo mientras se llevaba la mano al pecho al sentir su corazón acelerado por la impresión.
El callejón estaba lleno de cubos de basura e inmundicia y Marnie contuvo la respiración mientras tomaba otra salida a toda velocidad. Sin mirar, se tropezó de lleno con un elegante muchacho.
La joven trastabilló y cayó al suelo.
—¡Mon Dieu! ¿Está bien, señorita?— Preguntó un joven de aspecto elegante y mirada limpia.
Marnie se quedó perpleja. Nunca lo había visto por el barrio.
—Sí...perfectamente, no se preocupe.—Respondió dolorida mientras él la ayudaba a reincorporarse.
El joven se llevaba la mano allí donde ella lo había golpeado por accidente. Llevaba puesta una indumentaria deportiva y casual. Había abierto la cazadora de cuero y se llevaba el pañuelo a la cara. Parecía sofocado.
—¿Y usted?—Inquirió ella curiosa.
Él sonrió enseñando una dentadura perfecta. Marnie sintió cierta flojera en las piernas, le parecía muy atractivo. Pero ella no se podía permitir amar a nadie, no mientras su situación fuera tan penosa.
—Tengo la cabeza dura, todo el mundo lo dice. Estoy bien.— Afirmó rotundo mientras se acercaba a ella preocupado.
Tenía el cabello color miel y los grandes ojos de un raro color gris azulado. La joven se ruborizó intensamente
"¡Qué guapo es...!"
—Discúlpeme pero es que llego tarde... — Dijo ella poniéndose cada vez más nerviosa.
—Tranquila, no se preocupe...
E iba a seguir su camino cuanto él le hizo una seña que la hizo detenerse y mirarlo fijamente.
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Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanficLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...