Capítulo 10: Una reunión con la tía Elroy

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La señora Elroy estaba furiosa con William

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La señora Elroy estaba furiosa con William. 

Otra vez había sido protagonista de un incidente que alimentaba las columnas de sociedad de los principales periódicos del momento. Esta vez había sido una pelea en el baile de fin de temporada que se celebraba en Almack's ni mas ni menos. Se decía que le había roto la nariz a un príncipe ruso para defender el honor de una dama allí presente. 

Las malas lenguas hablaban de que se los había visto salir de un reservado y lo peor no era eso. Lo peor era que la dama en cuestión se parecía a Candice. La sangre le subió al rostro y tuvo que pedir que le dieran a oler sales, porque  en ese mismo instante Elroy empezó a sentir que le fallaban las fuerzas. 

—Este joven irresponsable me va a llevar a la tumba...No sé qué hacer con él.— Murmuró mientras se llevaba la mano a las sienes. 

Sospechaba que el principal asunto que lo había llevado a  Inglaterra tenía que ver con ella pero el ver confirmadas sus sospechas sobre papel la habían puesto más que  nerviosa. William Albert Ardlay no solo era un hombre, sino que era el representante de una de las familias más poderosas de la alta sociedad. Que su nombre se viese arrastrado por el fango por culpa de su comportamiento impulsivo, impetuoso y arrebatado no lo dejaba en buen lugar, ni mucho meno. Por culpa de ese tipo de incidentes los inversores de sus empresas podían perder la confianza en el nuevo líder y hacer bajar la cotización de las acciones  de sus empresas en la bolsa. 

"Qué irreflexivo William, por Dios Santo. Tus acciones irresponsables van a acabar conmigo ", pensó la matriarca mientras reflexionaba sobre el díscolo temperamento de su sobrino. Aunque si lo pensaba bien, siempre había dado muestras de  tener un temperamento apasionado y rebelde. Todavía recordaba bien sus escapadas al bosque y sus peleas en Oxford cuando era estudiante. Para su desgracia, mucho se temía que no había cambiado nada en  los últimos años.

Hacía largos meses que había empezado a ver con  otros ojos el interés que Candy suscitaba en él, de hecho, no le disgustaba del todo si tenía que ser sincera consigo misma. El desarrollo de los acontecimientos había propiciado su cambio de opinión hacia ella. Pero lo que no veía bien era estar en boca de todo el mundo tras montar un escándalo al otro lado del charco y para más inri en uno de los acontecimientos más importantes del año. Aquella fiesta era un evento de obligada asistencia para toda la flor y nata de la alta sociedad londinense y estaba segura de que ahora su sobrino y su antigua pupila estaban en boca de todo el mundo. 

Todo por culpa de no saber comportarse en sociedad. William Albert Ardlay había heredado no solo el talento para los negocios de su padre. Mucho se temía que también se parecía a él y a su hermana Rosemary en cuanto a temperamento díscolo e impetuoso.

Casi estaba por viajar a Londres y personarse en la casa de Downing Street para intentar arreglar la penosa situación en la que estaban. Conocía a la gente adecuada y además había que organizar la reunión del inicio de temporada de los Ardlay en Dunnottar Park. 

Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte  [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora