Candy observó con disimulo la expresión de disgusto de su tía Leticia y le indició a Ariadna con preocupación que algo malo estaba pasando con su marido.
Desconcertadas habían observado que ella se había levantado de la mesa con una excusa y pronto la vieron desaparecer tras la puerta del comedor, sin duda hacia el jardín.
—¿Qué habrá sucedido? Tenía mal aspecto. —Inquirió Candy alarmada.
—No lo sé, querida. Pero ese Seraphin no me gusta nada. — Repuso Ariadna mientras observaba que él también abandonaba la mesa tras ella mientras le echaba una mirada penetrante a su suegro sin que éste le prestara la menor atención.
Murmullos de desaprobación, risitas capciosas y rumores malintencionados se fueron extendiendo entre los comensales mientras Poppy trataba de controlar la situación.
Los jóvenes Dimitri y Stephan también se excusaron y se levantaron antes de que todo el mundo hubiese terminado el postre, ignorando las críticas que suscitaron a su alrededor.
—Excusadme, queridas. He de averiguar qué es lo que está pasando... — Repuso Ben levantándose en ese momento, con la mirada fija en los dos hermanos que habían salido tras Seraphin.
Poppy tomó una copa y haciendo sonar el vidrio con un cubierto de plata llamó al orden para silenciar los murmullos crecientes de los comensales y retomar el control de la situación. De esta forma, enseguida logró cortar los rumores que los efluvios del alcohol habían favorecido tras informar a sus invitados de que el baile iba a dar comienzo en la sala contigua.
Para su satisfacción, palabras de aprobación y entusiasmo sustituyeron a los comentarios mordaces.
Pronto todos tuvieron a mano sus carnets de baile y el incidente fue olvidado. Los invitados tenían ganas de bailar y los más jóvenes celebraron con excitación creciente que pronto iban a lucirse en la pista de baile en brazos de sus potenciales parejas.
Candy se levantó, dispuesta a divertirse. Sin embargo, su sonrisa se le quedó congelada en la cara cuando su madre se aproximó a ella con la preocupación escrita en su rostro. La llamó a parte y se sentaron en un lugar lejos de oídos indiscretos.
—Candy, querida ¿No va siendo hora de que me digas que voy a ser abuela? — Inquirió intentando disimular su malestar —No entiendo por qué has tenido que guardarte un secreto como éste — dijo fijando sus ojos turquesas en su vientre.
La joven se quedó desconcertada. No había caído en la cuenta de que resultara tan evidente...¿Por qué había sido tan descuidada ? ¿Es que no iba a madurar nunca?
—¡Oh, mamá! Sencillamente no podía. —-Dijo con un hilo de voz — Me aterrorizaba la idea de perderlo antes de que floreciera. Los primeros meses son cruciales y no quería hacerme falsas ilusiones. — Añadió contrita.
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Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanfictionLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...