"Londres, 30 de noviembre de 1918
Querida mamá,
Perdona el disgusto que os he ocasionado con mi decisión. Pero soy feliz y quiero deciros que estamos bien.
¿Cómo estáis vosotros? ¿y mis hermanos pequeños? Dales un beso de mi parte a todos, por favor.
No os preocupéis por nosotros, ya que hemos hecho las cosas bien.
Para empezar, Gilbert me pidió matrimonio y yo acepté sin dudarlo. Ya sé que somos muy jóvenes, pero nos amamos con locura. Sé que pertenecemos a mundos distintos pero lo único que sé es que lo amo. Y que él apareció en mi vida por algo. Lo supe desde el momento en que le vi, mamá. Sé que me entenderás porque a ti también te pasó lo mismo con papá.
Sé que a él e le hubiera gustado que hablara antes con mis hermanos, pero no considero que tenga que pedir permiso a nadie para vivir la vida que quiero. Gilbert es el hombre indicado para mí.
Espero que apoyes y comprendas mi decisión.
Nos hemos casado en una hermosa iglesia que milagrosamente se mantenía intacta, pese a los recientes bombardeos en Londres. La ceremonia fue sencilla y bellísima. No hemos necesitado más.
La vida nos sonríe, mamá. Gilbert trabaja mucho para mantenernos a mí y al hijo que está próximo a nacer, porque ¿No te lo he dicho? ¡Vas a ser abuela....!
No puedo esperar a ver su carita y abrazarlo.
Por favor, no nos juzgues. Sé que te preocupas por mi y te aseguro que estoy bien. Nunca he sido más feliz.
Con amor,
Irina Archer-Artamonovna.
PS Desde hace algunos meses, trabajo ayudando al cuidado de un niño maravilloso llamado Richard. Es hijo de un famoso actor y una bellísima ex actriz caída en desgracia llamada Susanna Marlowe. Es una mujer encantadora y con mucho talento. Creo que te caería bien ¡La adoro! "
Ada Artamonovna suspiró y se limpió una lágrima que había empezado a rodar por sus mejillas nada más abrir la carta aquella mañana. Sonrió y se abrazó a la carta de su hija Irina. Hacía meses que no sabía de ella y había estado preocupadísima. Todo se había precipitado de golpe y sin querer buscarlo la vida les había llevado por nuevos caminos. Pero no perdía la presencia de ánimo. Aquella gente los trataba con mucha consideración y cariño. Ada estaba muy agradecida a los Bruce, sobre todo a Clarice y a James quien les había abierto la puerta de Annandale sin preguntar.
La princesa estaba feliz pero también estaba decepcionada porque no había podido ir a la boda de sus hijos. Dos de ellos ya se habían casado y estaba feliz por ellos. Aunque nada había salido como se había imaginado.
ESTÁS LEYENDO
Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanfictionLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...