Capítulo 62: El hospicio Santa María de la Piedad

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El viaje se prolongó más tiempo del previsto

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El viaje se prolongó más tiempo del previsto. El hospicio para madres solteras Santa María de la Piedad, estaba situado a varios kilómetros de Chicago en las inmediaciones de Oldtown. Era un lugar bastante cuidado, en apariencia. El exterior nada decía sobre lo que sucedía en el interior. La construcción era robusta, sobria y hasta elegante.  Los jardines tenían flores y las hermanas los recibieron con amabilidad. Ella observó a algunos niños correr nerviosos hacia una de las puertas laterales. Nada parecía revelar la verdadera naturaleza de los hechos que habían acontecido allí. 

Vanessa decidió hablar con la hermana superiora. Necesitaba los registros de los nacimientos ocurridos allí hacía veintiún años. Solo de esa manera podría confirmar sus sospechas. Las chicas de la pensión donde se hospedaba Marnie le habían dado la clave para localizar aquel lugar. No quería incomodar a la joven con los motivos que la habían llevado a sospechar a cerca de sus verdaderos orígenes. 

La pobre bastante tenía con lo que había tenido que soportar y no quería que ella se creara falsas expectativas.

" No entiendo cómo he podido precipitarme tanto al hablarle de ella a William. Debería haber contenido mi lengua, pero ahora es demasiado tarde para echarme atrás...", se dijo mientras una joven novicia la llevaba hasta una amplia estancia.

 Allí había una mesa de oscura madera de roble, sobria y robusta. Dos sillas sencillas, una estantería con puertas acristaladas tras las que se podían ver gruesos volúmenes encuadernados en cuero y un crucifijo colgado en la pared encalada en blanco constituían la sobria decoración de la habitación. 

—En seguida estará con usted, señorita Higgins.

—Estupendo. Muchas gracias.

La joven la miró antes de irse. 

—¿Quiere usted algo de beber? La hermana Seraphina ha hecho limonada esta mañana y está deliciosa.—Sugirió con voz amable.

—Sí, muchas gracias.

La joven sonrió con timidez y luego cerró la puerta despacio. Se respiraba tranquilidad. Podía escuchar los gritos amortiguados de los niños que parecían jugar en el jardín. Se levantó y miró por la ventana.  Luego volvió a sentarse con una mueca de disgusto en los labios.

No, no jugaban. Estaban trabajando y empezó a sentirse incómoda. 

La hermana superiora abrió la puerta y la novicia que respondía al nombre de Lily, se afanó en dejar preparada la bandeja  con la bebida, junto con un par de sencillos vasos de vidrio. Luego  de hacer una corta reverencia, se fue rápidamente y sin hacer ruido.

La mirada de la monja era severa. Era una mujer de mediana edad de aspecto adusto y ojos escutadores. Y Vanessa supo que tendría que utilizar toda la artillería pesada si quería conseguir lo que había venido a buscar.

—Usted dirá, señora...—Empezó la hermana mirándola con ojos inquisitivos. 

—Señorita...señorita Vanessa Higgins. Y usted ¿Es...?

Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte  [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora