Candy y su abuelo James entraron con gran alboroto por la puerta principal, reían a carcajadas.
—Abuelo, prométeme que no te comerás toda la tarta...— Le pedía Candy sin parar de reír.
James se hizo el ofendido y gesticuló ostensiblemente, exagerando la hipotética afrenta.
—Por supuesto que no...ya sabes que yo soy un caballero.—Rio guiñándole un ojo cómplice.
Entregó el abrigo al mayordomo y Candy se fue directa a la cocina en busca de tan ansiado botín. Estaba deseando hincarle el diente al sabroso postre y tenía la esperanza de que hubiera suficiente para los dos.
James se disculpó enseguida para asearse y estar presentable antes de la merienda.
Era la hora del té y desde la galería de la sala le llegaban murmullos de dos mujeres. La joven agudizó los oídos. El tono apresurado y grave de las conversaciones la hizo ponerse alerta. Tomó la tarta en su recipiente de cristal tallado y se acercó a ellas que seguían absortas en su mundo.
Las observó inquieta. Estaban vestidas de traje de tarde y se las veía alteradas. ¿Qué estaba sucediendo? Intuía que no eran buenas noticas y Candy necesitaba averiguarlo enseguida.
Los niños jugaban a sus pies ajenos a todo y ella se acercó lo suficiente para escuchar un retazo de conversación que hizo que su corazón se detuviera de golpe.
—¿No es este hombre el joven comprometido con tu hija, Clarice?—Inquirió la princesa preocupada, mientras señalaba una ilustración.
La joven sintió que se quedaba sin habla y no pudo evitar dejar caer la tarta al suelo.
El sonido las sobresaltó y levantaron la mirada, inquietas.
—¡ Candy..! No te hemos escuchado llegar ¿desde cuándo estás ahí?
Habían dispuesto un juego de té sobre la mesa auxiliar con pastas hechas con harina de trigo por primera vez en meses. Pero el sabor de las mismas se tornó amargo cuando vieron su expresión.
—Lo suficiente, mamá. ¿Qué sucede...? ¿Qué sucede con Albert?
Las mujeres se revolvieron inquietas, intentando quitarle importancia al artículo objeto de su conversación.
—Nada que deba preocuparte, cariño...—Repuso Clarice intentando ocultar el periódico para evitar que su niña lo viera.
Pero Candy ya lo había visto y quería más información al respecto. La necesitaba desesperadamente.
—Por favor, mamá ¿Qué es lo que estabais hablando de mi prometido? —Inquirió ella cada vez más nerviosa.
—Nos ha llegado esta mañana.- Dijo mientras buscaba el artículo en cuestión.— Ya sabes que el abuelo está suscrito a The Daily Telegrah y que se lo entregan cada día....— Añadió con una sonrisa trémula.—Y bien.. pues ha salido un artículo en prensa sobre el jefe del holding Ardlay. Y ya sabes que ahora es una persona famosa... y estábamos comentando esa y las últimas noticias de sociedad...
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Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanficLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...