Marnie se sentía cada vez más abrumada. No podía creer que sus nuevos amigos fueran tan amables y generosos con ella. Sabía que pertenecían a una de las familias más poderosas del país, pero no tenían nada de arrogantes, ni prepotentes. Todo lo contrario, eran espíritus alegres, generosos y divertidos. No tenían ningún prejuicio de clase y Marnie se sentía como una reina. Jamás le habían hecho ningún comentario fuera de lugar respecto a su indumentaria, al contrario de la novia de Archie, empeñada en dejarla casi siempre en evidencia con sus modales correctos y su manera de hablar suave y educada.
La habían obsequiado con un viaje de ensueño a Escocia, a pasar unos días a la mansión de su familia. Además todo había sido de sorpresa y sin pedirle nada a cambio.
¿Por qué de repente su suerte había parecido cambiar de golpe? Marnie no entendía nada. Y por otra parte, tampoco podía creer que alguien como Stephan pudiera si quiera interesarse en ella.
Aquel hombre podía conseguir a la mujer que se propusiera pero parecía tener un genuino interés en ella. Máxime a que él había insistido en acompañarla a Escocia junto con Domi y los demás.
El reencuentro entre los dos primos había sido memorable y emotivo.
Más aún teniendo en cuenta las circunstancias en las que ahora se encontraban, los dos tenían mucho de que hablar tras el viaje. Y Marnie, sintiendo que ambos hombres necesitaban intimidad, había cerrado la puerta de su apartamento nada más ver el rostro de Dominic asomar por la puerta del apartamento de enfrente.
Tampoco quiso, ni se sintió capaz de ver su cara de sorpresa al reconocer de inmediato a su familiar aparecer en el umbral de su puerta.
Marnie estaba tan abrumada por la emoción que ni siquiera esperó a saludar a Dominic. Cerró la puerta tras suyo escuchando los gritos de alborozo de los dos hombres mientras se abrazaban con emoción. Se apoyó en la superficie de la puerta emocionada, abrumada, incapaz de aceptar su propia sensibilidad. Marnie suspiró, cerró los ojos humedecidos por los sentimientos que le evocaba aquel reencuentro entre familiares y se alegró por ellos.
Pensó en las vueltas que daba la vida y en que era curioso cómo el destino se había encargado de propiciar el reencuentro de ellos dos tras tanta desgracia.
Y sobrevino de pronto el sentimiento del que había estado tratando de huir. Lo que la hacía sufrir tanto.
Se preguntó, por qué su familia biológica la había dejado abandonada en aquel horrible hospicio y por qué su familia adoptiva parecía odiarla y lloró con amargura. Sabía que Daniel Williamson iba a venir a por ella cualquier día y no pudo descansar mientras su cara horrible y lasciva la visitaba en sueños.
También pensaba más a menudo de lo que quería admitir en los pequeños Timmy y Johnny y no sabía qué hacer para ayudarlos. Estaba segura de que tras su visita las palizas se iban a intensificar. No era fácil manejar a un Daniel frustrado y furioso y estaba segura de que con su actitud había logrado cabrearlo.
ESTÁS LEYENDO
Esmeraldas bajo un cielo sin nubes [Libro 2 ] Tu destino: Mi suerte [Libro 3]
FanfictionLa tutela de Candice White Ardlay ha sido revocada por su tutor en favor de su padre biológico. Neal está buscando cobrarse su venganza y Arthur Mc Bride sigue obsesionado con destruir a su antiguo enemigo de la universidad. No sólo busca arruinar...