♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡

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Ya atardece en la gran ciudad de Yokohama cuando el detective sale de la agencia.

Había sido un largo día, lleno de papeleo, estrés y mucho que pensar. Cosa que no estaba en sus planes para este día. Ranpo necesita energía, estar calmado. Se trata de un secreto que viene trayendo dentro de su pecho un par de días. Parte de él aún no puede creerlo.

Tanta es su sorpresa que no se imagina como trazar este sentimiento, ponerlo en palabras y darle la noticia a su pareja.

Ranpo nunca ha sido bueno con las palabras. En realidad, le deja todo eso a Poe porque sabe que de tratarse de él, Ranpo lo estropearía todo. Sus emociones son difíciles de domar y ahora mismo, no es la excepción.

La noticia sería más complicada de sacar de su pecho que ver como será recibida, aún cuando persiste este sentimiento de inquietud en su pecho.

Después de todo, se trata de una noticia que cambiará sus vidas por completo. Ranpo conoce a Poe, pero esto, Dios, esto lo pone nervioso como nunca se había sentido.

Piensa, piensa y piensa. Ranpo juega con sus dedos como un niñato. ¿Irónico, no?
Se había convertido en un adulto, tenía un novio estupendo y le va bien en todo en su vida. ¿Pero por qué siente que los nervios están apunto de matarlo?

¿Es esto lo que implica la vida adulta?

¿Sí está listo siquiera?

Ranpo patea el suelo con desesepero. Muere de ganas, pero también de angustia. Pase lo que pase, debe superar esto. Ahora, ya no hay vuelta atrás.

Porque sí, la verdad siendo revelada, Ranpo espera un bebé de Poe.

Está embarazado.

(...)

La semana anterior, siendo el final de las festividades, siendo el cumpleaños de Poe, Ranpo le dio un dulce regalo en carne y hueso.

Fue una noche placentera, llena de amor y mucho cariño. Ambos estaban satisfechos por el momento especial que pudieron compartir. Amantes siendo amantes, sedientos por un afecto que no suelen recurrir, llegaron a pasar de mano... Solo un poco.

Sí, sólo una pequeñita, diminuta cantidad.

En una ronda se rompió el condón, en otra, se olvidaron por completo de usarlo.

Fue una noche larga y al amanecer, Ranpo ya no podía recapitular cuantas veces se arriesgó sin haberle importado las posibles consecuencias biológicas que podrían resultar por su atrevimiento.

Así pasaron los días, él con la mortificación constante, mientras que Poe no parecía haber notado ni lo mas mínimo. Ranpo cree que seguía embobado por el buen polvo que le dio aquella noche.

A la mañana siguiente a su cumpleaños, Poe despertó con una resaca de la más desgraciada, apenas suficiente para preparar el desayuno y cuidar de su pareja que sufría las consecuencias de sus actos.

Y en el abrir y un cerrar de ojos, Ranpo, el mejor detective, se encontró en su baño sacudiendo un palito.

Artefacto que le dio la verdad.

Ranpo quería decirle, confesarle todo, pero por primera vez en su vida tenía esos pensamientos ridículos que atormentan con dudas como los que suele sufrir Poe.

La lista iba...

¿y si Poe me deja? Los americanos tienen fama de usar la del "fue por vino y no vino", o no?

Había escuchado eso por ahí, pero no estaba seguro si se trataba de América del norte o América latina.

Sea cómo sea, tenía miedo.

No era por dudar del amor de Poe. Porque bien sabe que él es el hombre más incondicional que existe, que baja la luna a la tierra de Ranpo pedírselo. Sin embargo, por más grande que esté, por más que se amen y no piensen dejarse nunca, esto lo cambia todo. ¿Cómo Ranpo podría no tener miedo?

Es así como Ranpo llega a casa mucho más tarde que lo usual, cuando el frío de enero pasando a febrero le respira en la nuca y le grita que vaya a casa o se va a enfermar, que Ranpo se da una cachetada mental y recuerda todas las promesas de amor que Poe alguna vez le dijo.

Así es.

Si tiene a Poe de su lado, no hay nada de lo que temer.

-¡Ranpo kun! Ya te iba a buscar a la agencia, me tenías preocupado.

El chico lo recibe con un abrazo, a lo que las dudas anteriores regresaron a la mente de Ranpo.

Es ahora o nunca.

-Edgar, tenemos que hablar.