23

2.4K 291 84
                                    


Chuuya al sentir que Dazai se había soltado de su agarre se hizo una imágen clara de lo que seguramente estaba pasando.

¡Se había tardado en intentar suicidarse!
¿Era por eso que aún no me había dado respuesta? Aún no tenía cómo fugarse...

Chuuya giró su cabeza a ver hacia atrás, pues aunque es el hábitat de un dios, aún es humano y tiene instintos. Usó su habilidad para hacer la inestable moto parar. Pero
Cuando volteó no encontró el cuerpo muerto de un Dazai, pues no sólo están en una autopista, pero es una de las más transitadas, se encontró al castaño recostado, pero con una mirada muerta viendole.

Sus ojos carmín estaba oscuros cómo el suelo debajo suyo. Fue cuando escuchó los pitidos de los autos detrás de ellos que el mayor lo haló con fuerza y lo trajo a él y su moto hacia el andén.

Un hombre de gruesos hombros en un camión sonó su claxón y le gritó a Chuuya — ¡conduce bien, idiota!

El mafioso se exhaltó con tal insulto, no notó cómo el cemento debajo suyo se quebraba dando a saber que se estaba descontrolando y estaba afectando a su habilidad— ¡Este hijo de puta! —Dazai le detuvo tomando su mano y nulificó su poder. Él la miró con detenimiento. Cómo si le estuviera consolando y calmando su furia con la mirada. Sin embargo, también parecía sostenerla con ganas de hacer otro gesto. Cómo acercarse a besarle su mano..

Chuuya apenas se dio cuenta que el detective había estado en completo silencio, y sus ojos permanencían en su estado entumecido, perdido en otro lugar menos aquí.

Dazai le abraza.

Dazai lo abraza y se estremece al ser enviado otra vez a sus dieciseis. El más alto le apretaba fuerte, podía sentir sus costillas apesar de estar cubiertas por piel, vendas y prendas.
Sentía la ténue respiración del menor, subiendo y bajando precipitadamente.

Esto le recordaba de esas noches, acompañados de la ligera luz proveyente del contenedor en el que residía Dazai.
Chuuya reposaba su cabeza en el pecho del menor,  sus latidos iban a millón, sus manos temblaban. No parecía importarle tener su ropa y cara cubierta de sangre que aún goteaba por los brazos del castaño mientras agarraba fuerte el cuerpo del mayor. Esto pasó más de una vez, cada vez después de otro intento de suicidio del castaño.

Era estos momentos, los que ilusionaron a Chuuya de que dentro de ese carácter de Dazai, debajo ese millón de máscaras y vendas, había una parte de él que reciprocaría su amor..

Cagaste.

Puede que su mente haya intentado engañarlo, pero Chuuya jamás podría dejar de pensar en las numerosas veces en las que después de esas confesiones y charlas profundas. Dazai se desvestía, aún sangrando, lo desvestía a él, y procedía a embestir hasta lo más profundo de si y cubrir su piel con marcas llenas de lujuría traídas de la frustración en la que se encontrara el chico.

Jamás olvidaría cómo curaba sus heridas desnudo, sentado en sus piernas, mientrás él revisaba que Chuuya no haya sido lastimado en sus interiores.

¡Cagaste!

Jamás olvidaría sus toques, sus caricias... La euforia que corría por sus venas al hacerlo, al pasar tiempo con él.
Incluso los días en las que sus discusiones se pasaban de la raya. Esa misma noche Dazai llegaría con una  caja de condones y le halaría su cabellera roja hasta desprender mechones grandes y pegarle un puño en la cara. El hijo de puta los disfrutaba... (De vengaza, el mayor se aferraba a él aún más pesado hasta desgarrar sus vendas y aruñar su piel.)

Jamás olvidaría tantas experiencias, muchas que ya no logra diferir si fueron realmente así de mágicas o sólo fue su estúpida ilusión... Jamás olvidaría...

El día que Dazai partió.

¡CAGASTE!

Ahora estaban pares, una lágrima caía por su mejilla y haber correspondido el abrazo. El más alto bajó la mirada y le observó en su pecho— Me asustaste... Chuuya

<<Te amo...Chuuya>>

Su respiración paró un segundo y continuó más acelerada, la mirada profunda del castaño yacía con indulgencia— Por eso es que un perro  debería ser puesto bozal.. Causan accidentes

Y el idiota enmascarado regresó. Lo irónico es que aún lo tenía en brazos, apenas fue que Chuuya lo reprendiera y lo empujara lejos de él.

—Sube ya o te dejo aquí—comentó el pelirrojo subiendose en su moto otra vez. El más alto le siguió.

—¿ Aquí habrá yogúr griego?— dijo Atsushi observando los estantes. Se encontraban en el supermercado, Akutagawa le seguía mientras llevaba un carrito de compras.El azabache asintió. Los dos continuaban caminando en un silencio demasiado incómodo.

Atsushi iba tan distraído en su andar que no notó una caja que se encontraba en el piso y tropezó, no fue porque Akutagawa se dio cuenta justo a tiempo y usó Rashoumon para evitar su caída.

—Idiota Jinko, procura no caerte, o esa vez si te dejaré caer— reclamó el mafioso, tomando la mano del  detective para que estabilizara su paso.

—Si si..perdón, y gracias

¿Qué es esta tensión?

El anterior quería correr, huir, si tan sólo fuera capáz de decirle <<No>> a Dazai-san... No tendría que pasar por esto.
Claro que quería ayudar, mil favores no alcazarían para pagar la deuda que él le tiene a su mentor.
Pero <<¡¿Por qué?!>>
Aún no entiendía por qué Dazai se empeñaba tanto en hacer a su subordinado y ex subordinado convivir juntos...Pero debía acatar.

—¿Cuánto crees que debamos llevar?—preguntó dudoso al finalmente encontrar la nevera con los lácteos—Dazai-san no especificó cuanto necesitaba.

—Lo más que se pueda llevar.—Empezó el azabache a apilar en el carro muchos envases pequeños y otros grandes del producto.

—Pero eso no es necesario— se intrometió— no exageres, si llevas mucho no va a lograr comérselo antes de que se dañe.

—Bueno, mejor es que sobre a que falte—Se encongió continuando su acción mientras aceleraba su acción.

—Esta comida la podrían tener otras familias

—Bueno, la tendrá la familia de Dazai-san

—¡O mejor lo pones de vuelta!

—¿Que si no?

—¡Pues yo te haré parar!

¿Qué estoy haciendo?

Atsushi había intentado devolver varios de los frascos a su sitio, por el otro lado, Akutagawa seguía poniendo.

Lo que no recapitula es cuando perdió paciencia y  se acercó bastamente hacia su acompañante, el cuál ahora mismo sostenía por el collar de su camisa.

—Y-yo...—suavemente escupió las palabras, que no parecían chocar con el más alto, pues todo este tiempo, permaneció con el mismo rostro neutral.

Jinko..suéltame o provocarás que haga algo que no te agradará.—Le amenazó, y al instante Atsushi liberó su agarre. No quería morir hoy. O al menos así lo interpretó él.

—uno grande y cinco medianos ¿Así estará bien?—Corroboró antes de pasar a la caja con temblorosos pasos. Mafioso pagó y salieron. Sorprendentemente, Atsushi sobrevivió otro día con el perro de la mafia sin perder su pierna.

¡Éxito!


¡Ya terminaron mis finales!
Otra vez podré desvelarme para leer, escribir los borradores de 'Ver tu Sonrisa' en clase... ¡Paz absoluta!

¡¡Gracias por los 7k!!
*llora*
Pero yaya, espero les esté gustando la historia, no olviden votar y/o comentar, me ayuda bastante.

De paso cuentenme que les gustaría ver en el fic, me intriga ver ideas distintas a la mías. 🤔

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora