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Fuertes ruidos provenían del segundo piso cuando abre la puerta de la entrada principal, siendo que desde allí, el balcón interior deja ver las puertas de las habitaciones, Dazai chequea si alguna está abierta.

La última al fondo, que creía que era una oficina (explicaría porque Chuuya no entra allí hace meses) resulta ser una habitación, debido a que desde donde está ve la figura con cabello rojo extraer un mueble de allí.

- ¡Estoy de vuelta!- Grita Dazai mientras deja unas bolsas en la isla de la cocina y luego sube las escaleras.

Chuuya levanta las cejas cuando ve la silueta del castaño acercarse a él en la oscuridad, suelta la mesa que halaba y se cruza de brazos.

- Buenas noches, Dazai - Saluda de manera muy distante para la opinión ajena.

- Qué frío eres, Chuuya - Se esforzó por decir su nombre fuerte y claro y no el mote de siempre - Incluso cuando te traje un regalo tan bello como tú.

Dazai saca lo que traía escondido detrás de su espalda, un ramo de flores rojas, brillantes y frescas. Chuuya pestañea y hace una mueca — Camelias rojas, simbolizan amor sin condiciones, pasión, deseo y esperanza. Anee-san me habló del lenguaje de las flores hartamente. Buen intento.

Dazai da pasos adelante, toma las manos de Chuuya y pone en ellas el ramo.

— No tienes idea de cuanto deseo que me perdones completamente y cuanta esperanza tengo en que con lo siguiente me odiarás un poquito menos.

— ¿Ah?— Chuuya enarca una ceja y sigue con la mirada a donde apunta Dazai con la mano, a la cocina, visible  a través del barandal. Bolsas de lo que parece ser una panadería están esparcidas por todo el mesón.

Curioso y hambriento, Chuuya se apoya en la baranda y mira a Dazai - ¿Qué es?

— Sandwiches, hay de todas las clases, incluso de mantequilla de maní— dice pasando sus brazos sobre los hombros ajenos, pero Chuuya lo aparta — ¿No soy el mejor esposo?

La cara de Chuuya grita la respuesta. Cualquiera se reiría si difiriera.

—No me malentiendas, gracias, supongo, esa será la cena. — Sonríe con ligereza— Pero que mi yo que estaba de un excelente humor te haya aceptado no significa que Chuuya en sus cinco sentidos no siga dolido.

Dazai no reacciona de alguna forma. eso lo sabe muy bien. Sus acciones son imperdonables y Chuuya jamás dejará ir eso.

Pero ahora cumple. Perdonado o no, lo hace.

Con un suspiro dado, Dazai se percata de la mesa que está en la mitad de la pasillo — ¿Y esto es?

— Hago espacio para unas compras que hizo Anee-san — frunce los labios y empuja a Dazai con la cadera —Déjame terminar, ya bajo.

Chuuya le intenta dar de vuelta las flores a Dazai, siendo que necesita libres sus manos, pero este no acata.

—¿Por qué no usas tu habilidad?

— Creí que ya sabías —comenta — hace meses parecías saberlo..

(...)

Mientras, el castaño suicida le miraba un poco asombrado-Vaya, aún puedes usar tu habilidad.

-Pues claro¿Por qué mierda no podría hacerlo?

-No sé, sólo llegó a mi mente- respondió bajo y Chuuya arqueó una ceja.

-Ugh, cómo sea, súbe

(...)

— ¿Entonces las pulgas ya se manifestaron? Y con mi habilidad...

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora