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— ¡Atsushi! — le llamó una voz y lo hizo desviar su atención de su teléfono.

— ¡Deja de vaguear y ven acá! — Kunikida le comentaría que es hipócrita de su parte siendo que Ranpo  lleva todo el día durmiendo, pero ayer ya por poco lo matan, así que opta por cerrar el pico esta vez.

El albino se levantó y se acercó al escritorio del detective cuando este hizo un gesto con su mano para que viniera, con el reciente movimiento no pudo pasar desapercibido un aro brillante en el anular, no obstante, por el tono de voz del mayor prefirió no decir nada.

— Sé que te fijaste que Dazai-san no vino con Yosano-sensei esta mañana. Tienes intenciones de ir después del trabajo, pero ya que ahora no haces nada...Te ordeno que vayas a chequear en él como si fuera una misión ¿Sí?

Atsushi levanta las cejas y asiente lentamente — ¿Aunque no sería más conveniente si usted usa su habilidad y me dice si está vivo o no?

—¡No!— el grito hizo a todos los agentes alrededor sobresaltarse y que quedaran con los pelos de punta— ¡Ve tú, flojo!

— Está bien, está bien...Yo voy ¿Alguna otra instrucción?

— Ah sí — El pelinegro canturrea y sonríe — Gracias por recordarme.

— Dile de mi parte que esta vez no las cague.

(...)

Chuuya había subido a ducharse mientras que Dazai se dedicó a recoger los restos de lo que antes fue una mesa sin más.

En sus manos hay cortes y su mente no logra desvanecer el deseo de que tuviera varios más, más grandes, más dolorosos.

Todo el argumento de que ambos están destruidos de Chuuya no lo convence del todo. Aún cree que traumará al par incluso antes de que caminen, pero cuando vio a Chuuya débil frente suyo se dio cuenta que huyendo no hacía menos daño.

Él casi le rogó que estuviera.

No supo como decir que no. Más, que en el momento en el que las palabras procesaron en su mente que tiene dos hijos próximos a nacer, su mente construyó el escenario del mafioso rabioso lanzando a un bebé por la ventana y al otro escasamente manteniéndolo vivo.

Un bebé muerto, otro desnutrido, y cree él más doloroso, un Chuuya totalmente quebrado.

Siente un nudo en su garganta, una sensación de asfixia que en otro momento lo haría correr. Pero ya la última vez lo hizo y lo arruinó todo, no puede joder esta escasa oportunidad.

¿Cómo podría hacer Dazai para no destruir todo a lo que se acerca?

Ya le ofrecieron una solución, terapia. ¿Pero realmente?

¿Sería capaz?

¿Podría una mujer con una habitación repleta de mensajes de "Vive, ama, ríe" curar el alma podrida que carga con los miseros dolores de hace veinte años?

Un suspiro, dos, tres, hasta que sus piernas se sentían a nada de fallar.

El reloj de fondo suena, tempo lento pero se siente matador, un suspiro, dos, tres...

¡Ring!

El timbre suena, cosa que hace que se sobresalte, un vidrio perfora una de sus yemas y reacciona dejando que caiga.

Ahora el recién llegado da unos golpes a la puerta, el castaño va y abre la puerta de múltiples candados.

— ¡Dazai-san, está vivo!— Exclama como saludo un chico de pupilas de dos colores. Por alguna razón, verle la cara, hace que se relaje aunque sea un poco ahora.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora