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La distante voz se siente cada vez más cerca cuando cierta mano le empieza a sacudir el cuerpo. Encandilando sus ojos, Poe abre estos e identifica la persona como Ranpo.

- Hey, despierta - Susurra él- La enfermera vino con noticias importantes.

Toma más de un segundo para que cayera en cuenta de que enfrente de ellos una mujer delgada y con uniforme médico les esperaba.

- Ah, lo lamento - le dice a ella - Por favor cuéntenos.

Esta entraría en detalle a continuación.

- Debido al temprano parto, teníamos casi por hecho que su bebé no lo lograría. Sin embargo, tras poner en respirador toda la noche, es como si hubiera ocurrido un milagro.

Ranpo y Poe cruzan miradas, ambos saben con certeza que el milagro se llama "Yosano Akiko".

- Verán, sus pulmones se desarrollaron en una noche lo que debieron haberse desarrollado en un mes de la terapia. - La enfermera les entrega unos documentos, los cuales Ranpo deja sobre su regazo - El bebé vivirá, eso les aseguro, además, el tiempo que durará en el hospital se ha reducido a más de la mitad.

La mujer nota la expresión perpleja de la pareja y decide dejarlo allí. A excepción, les apunta uno de los múltiples documentos entregados.

- Este es el acta de nacimiento, completen los datos pendientes y luego presentenlo en la notaría.

Con eso dicho, la mujer los dejó solos en la habitación. No se dijo nada, lo primero fue un beso robado que fue recibido gratamente.

- Alguien está alegre - murmura Ranpo cuando estos se separan.

- ¿Tú no?

- Oh, pues claro - Ranpo decide rozar el dorso de su mano por la mejilla ajena, así gira su cuerpo a la vez - Pero me preguntaba si tiene algo que ver con un sueño que hayas tenido. Sonreías dormido.

Poe ríe y replica el gesto, él retiraba cabello de su rostro en vez - Me pillaste... soñaba de cómo nos ennoviamos.

- Mm...Lindo sueño.

- Demasiado... - Poe mantiene su voz baja mientras y se acerca a reposar su cabeza en el hombro ajeno. En su mano, alzaba el acta y examinaba los datos.

- ¿Así que Kichirō Edogawa?

- Vaya nombre de genio - Ranpo bromea y alza una ceja - ¿Seguro que no quieres agregarle tu apellido?

Poe se queda unos instantes en silencio e inmóvil. Ranpo esperaba respuesta antes de escribir el nombre en la hoja.

- Nah, me sirve con que tenga el tuyo.

Ranpo acepta y extrae un bolígrafo que deduce que Yosano dejó en la noche, puesto a que la insignia de mariposa en la tapa era imposible de pasar desapercibido. Luego, se apoya en el dorso de su pareja y escribe el nombre con una sonrisa en labios.

El mayor ya se levantaba con la excusa de ir a coordinar la gestión de la casa y a salir a la notaría por la diligencia cuando Ranpo lo toma por el antebrazo agresivamente.

- ¡Oye! - Le causa un sobresalto - ¿A caso no lo iremos a ver?

(...)

Poe entra a la sala con el temor de su vida, el temblor de sus manos lo siente Ranpo, debido a que este es movilizado en una silla de ruedas por el otro. Así, le puso el freno antes de que pudieran seguir.

- Edgar, respira - suplica, incluso cuando no le mire siente su intranquilidad.

- Estoy entre emocionado y muerto del susto — Suelta dejando salir el aire de sus pulmones. Ranpo asiente, estira sus pies y se gira con tal de darle la cara. Ahora que sí ve a los ojos a Poe, confirma sus creencias. Tiene los ojos tinturados rojos, síntoma de lágrimas contenidas, un trasnoche y ansiedad.

No tiene más remedio que charlar ahí hasta que sus nervios se alivien. Sin embargo, sabe bien que eso no sucederá así como así.

— Eddy.

—¿Hmp?— canturrea bajo.

Ranpo se estira hacia sus hombros, los baja y hace que la gran diferencia de altura desaparezca. Así, besa su mejilla y  continua su afecto con un fuerte abrazo.

Poe queda perplejo. No porque le abrace,  bueno sí, pero lo especial no es el tacto, sino el mensaje de consuelo que le transmite a través de ello. Al enterrar su rostro en la curva de su cuello, emite respiraciones que le aportan calor. Cuando lleva quince horas en un hospital helado y oliente a productos de limpieza, aquel gesto se siente aún más preciado que lo usual.

Ranpo siempre lo agarra, lo estruja, sus caricias son lo que más añora en la mañana cuando lo ve dormir plácidamente a su lado, envuelto en sábanas de pluma y en sus mismo brazos, o en la noche cuando lo ve caer rendido por el cansancio. Vive por el hecho que es él quien lo recarga en la madrugada con tal de que al despertar él se vea tan ideal.

Es por esto que lo ama.

Las cosas pequeñas de la convivencia con él lo llenan de paz en su corazón y después de tanto tiempo dependiendo de ello, Poe no ve otro mundo que con él.

Y ahora ama a Kibi de la misma forma.

El mero recuerdo de aquello lo ataca como un flechazo.

— Gracias, Eddy — Dice Ranpo antes de besarle en la zona de piel frente a sus labios — Por cuidarme a mí, a nuestro hijo... A nuestra familia.

Esa palabra le sacude aún más. Lo deja sin palabras, así que ahora Ranpo habla de nuevo, luego de alejarse a verle cara a cara.

— Por favor ahora no temas, llevas estos meses cuidando a Kibi de manera perfecta. También un año cuidándome a mí.

— Y-Yo...

Poe por fin se compone para hablar, sin embargo al percatarse que Ranpo no ha terminado, presiona sus labios.

— Vas a ser un excelente padre, Edgar. Yo te conozco y de esto estoy seguro, Kibi tiene suerte de tenerte a ti — Este mira lado a lado y sonríe ligero — Ahora él te espera.

Poe no responde, sin embargo, su expresión se rige y se ve más compuesto, al menos, lo suficiente para su energía actual.

La sonrisa de Ranpo se ensancha mientras inclina su cabeza a un lado. Al ver como ya es hombre nuevo, acaricia su mejilla y asienten juntos, coincidiendo en ya entrar.

Sí pude hacerlo.

Ver tu sonrisa.


He tenido una semana de locos, tanto así que corrijo esto con solo un ojo abierto por culpa del sueño.

¿Qué tal?

Espero les haya gustado, no se olviden de comentar, votar y también seguirme, les veo el miércoles.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora