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- ¡No voy a dejar de trabajar!- grita Ranpo, quien del fuerte gesto se ve echado hacia atrás un poco, su visión se pone borrosa, pero se apoya en Poe.

— Ranpo, no es permanente, una vez Kichirou nazca...— Intenta decir Fukuzawa, quien había sido advertido del estado del detective.

— Cuando Kichirou nazca dirás que cuando Kichirou sea grande y así sucesivamente hasta que yo no salga nunca de casa — Replica este con un su dedo índice acusándolo.

Yosano se desliza en su asiento de rueditas y toma a Ranpo de los hombros — Te lo prometemos, estarás de vuelta para diciembre. Hay muchos factores riesgosos en esto, y unos meses de vacaciones no te harán daño. No has descansado en doce años.

— ¡No, quiero seguir trabajando!

Con otro grito, Ranpo agita los brazos y por poco golpea a Poe antes de tambalear. Este había venido lo más rápido posible cuando se enteró que su prometido se había desmayado, ya eso lo agotó, entonces ahora suspira por milésima vez.

— Ranpo-kun, de por sí, todos los días llegas diciendo que no hubo casos interesantes, ya vienes a hacer nada ¿Cuál es la diferencia con estar en casa?

Entre Fukuzawa, Yosano y Poe cruzaron miradas sabiendo que esto ha sido un punto a favor de ellos.

— Yo...

— ¿Podemos irnos y ya? Fukuzawa-san y Yosano-sensei tienen cosas por hacer.

Ranpo frunce el ceño y se cruza de brazos. Es luego que Poe tuerce la boca y opta por su último recurso. Se acerca a la oreja de su pareja y susurra algo.

Y eso resulta enojando a Ranpo tanto que acepta. No habían pasado cinco minutos cuando Ranpo ya estaba recogiendo sus cosas.

Ranpo y Poe salieron juntos, el primero recargándose del otro, aún débil por el anterior desmayo. Aún así, este casi echa humos por las orejas, si estuvieran en casa ya le hubiera tirado un libro en la cara.

Yosano desde su lugar le refirmaba.

— ¡Ranpo-san, tranquilo, no hay ningún detective que pueda reemplazarlo!

Dazai como rey fue secuestrado por otro reino foráneo y ahora está como un esclavo más. Mientras que Ranpo es un rey que ha resultado incapaz de liderar temporalmente.

¿Entonces, quién ganó?

(...)

En el gran edificio de la Port Mafia, un hombre vestido de negro se escondía en la oficina de su  superior, a quien recientemente se la ha dado de baja. Aunque no hubiera nadie cerca, se acurrucó debajo del escritorio.

Allí se sentaba junto a su teléfono, en el que pronto recibiría una llamada.

Hola...— Dice la voz al otro lado— ¿Estás solo?

— Sí, estoy en la oficina de Chuuya-san.

¿No se enojará? — cuestiona con voz sorprendida. El pelirrojo es una persona que aún no comprende bien, por lo que no quiere correr riesgos de hacerlo enojar.

— ¿Tiene forma de enterarse?— responde Akutagawa y Atsushi ha empezado a reír tímidamente, el mafioso ante esa risa de tono agúdo gracioso, no pudo evitar contagiarse de este y carcajeó.

En ese intercambio, la puerta de la oficina fue abierta, pero el hombre no lo escuchó debido a sus risas.

La chica de hebras negro oscuro y ojos grisáceos miró alrededor de la oficina para ver de donde provenía aquella voz, no reconocía esa risa y tampoco veía a alguien.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora