♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡

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Amaneció vomitando, no es raro a estas alturas, pero se sentía como una rutina tener a Dazai detrás suyo burlándose de su situación. Esta vez, permanece con el rostro sobre la tapa sanitaria en silencio, en espera de la siguiente ola de náuseas.

No desayunó, Kouyou no llegó, solo dejó llamadas que Chuuya no iba a responder. Hoy se siente como una mierda y deben respetar eso.

Sin embargo, el timbre del móvil volvió a sonar, mostraba un número desconocido. Dudoso respondió, pero reconoció la voz al otro lado de la línea. Ranpo, diciendole que viniera ya a la agencia.

(...)

Una cabellera roja se asomó por la puerta, en ese instante, se escondió debajo de su escritorio y marcó en su teléfono a la doctora que se ubicaba al otro lado del pasillo.

- Ven ya a la oficina principal, no permitas que salga.

En un abrir y cerrar de ojos, colgó. Yosano enarcó una ceja, se supone que debía verse con Kouyou en la cafetería para dar con el paradero de Chuuya. Sin embargo, entró a donde se le pidió y vio a Chuuya cara a cara.

Automáticamente alcanzó su celular y le envió un mensaje de texto a Kouyou.

Si Ranpo dice que debe evitar que alguien salga de la sala, significa que va a intentar irse, además que esa persona es Chuuya.

Por su parte, se extrañó al ver a la doctora actuando tan robóticamente, no le dio importancia de todas formas. Más, recurrió a la primera cara conocida, el chico albino que le mostraba algo en la computadora a su compañera peliazul.

- Nakajima, buenos días - Chuuya toqueteó su hombro, el joven le otorgó su atención de una vez.

- Chuuya-san, que bueno verle - saludó para luego mirar detrás suyo curioso - ¿Y Dazai-san?

Chuuya se tensó - ¿...No está aquí?

Atsushi negó con la cabeza, ahora percatando a Yosano al fondo muy atenta a la puerta y a Chuuya. No necesitas mucha matemática mental como para descifrar que algo está pasando.

- C-Creí que estaba con usted y por eso no había venido.

Chuuya miró a su alrededor, una escena se empezó a formar, tenía a todos los miembros de la agencia viendole atentamente.

Lo segundo que podía hacer era buscar a Edogawa.

- ¿Y Edogawa?

Tanizaki, quien era el más cercano al escritorio del detective lo buscó con la mirada - Estaba ahí hace un minuto...

Ante esto, Chuuya gruñó y se dio la vuelta para partir, sin embargo, no esperaba encontrarse a Yosano impuesta en el marco de la puerta.

A su vez, apareció la mujer pelirroja a la que llevaba toda la mañana evadiendo.

- Tú y yo debemos hablar, ya.

(...)

Atsushi permaneció perplejo ante la escena - ¿Yosano-sensei, qué sucede?

La mencionada suspiró agotada - Pasa que Dazai-san tiene la inteligencia emocional de un niño de cinco años.

Atsushi miró apenado y se retiró. Por otra parte, Yosano colocó sus manos sobre sus caderas y miró hacia el escritorio del fondo - ¡Y tú! Deja de jugar a ser cupído.

Ranpo salió de su escondite, Tanizaki hizo un chillido por el sobresalto - Eso no pensaste ayer cuando te besas..

- Con todo respeto, Ranpo-san, Yosano-sensei, dejen sus asuntos personales en sus casas.

Kunikida quizás merezca un descanso de tanto drama.

(...)

Kouyou atrae a Chuuya hasta el consultorio de Yosano, el cual figuró sería el lugar con menos interrupciones.

- Anee-san, estoy muy confundido ahora mismo - reclamó Chuuya - Ayer Dazai desaparece sin razón y hoy no se sabe donde está.

La ejecutiva dispersa la mirada ideando como explicar la situación sin que Chuuya explote.

- ¿De casualidad, discutieron?

- No, para nada - negó con la cabeza - Estabamos hablando sobre el nombre del bebé y de repente sale con la excusa que tenía algo por hacer.

Chuuya daba vueltas por la zona mientras narraba - Yo no tuve problema, él puede hacer lo que le dé la gana. Pero después algo me dijo que saliera a buscarlo.

Sin querer, su voz se volvió un poco temblorosa - Al regresar, sus cosas estaban disparatadas y ahora no está.
Anee-san, no aparece.

Kouyou sudaba litros, Chuuya se notaba cada vez más estresado.

- Oh... Seguro se está suicidando... Maldito hijo de puta, ya verá cuando, ¡JODER! Cierto que si se muere ya no ve y...

En ese momento, la mayor intervino tomando a Chuuya por ambos hombros firmemente - ¡Ya basta!

El menor mordió su labio y susurró una disculpa.

- Te diré la verdad, pero necesito que no explotes, estás en un lugar cerrado. Nada de demoliciones ¿De acuerdo?

El mafioso asintió lentamente, sus ojos agotados anhelaban respuestas urgentemente.

- Ayer Dazai me llamó para informarme que... No desea encargarse del bebé - Pudo ver como los párpados ajenos se abrían - Ya tú unirás los puntos...

La mujer permanece rígida sobre el tacto hacia el hombre, quien cerró su boca y permaneció en silencio por unos segundos.

Cuando cerró los ojos, Kouyou fue capaz de ver sus expresión triste, además de una pequeña lágrima cayendo por su mejilla.

Como era de esperar, no fue la última. Mediante su caída, Kouyou se aflojó y Chuuya cedió a la necesidad de la consolación.

Ozaki no quería ni imaginar como debe sentirse alguien en esta situación, aún peor con el impacto de hormónas a todo momento.

Sus rodillas se sentían a fallar.

Chuuya siempre supo que esto era probable, nunca se podía descartar. Pero lamentablemente en sus catorce años siendo humano copiló el defecto de tener esperanzas siempre. En Dazai Osamu la tuvo de manera estúpida.

Quiere gritar, desgarrar su garganta hasta que su voz llegue a los oídos de Dazai y que él sea capaz de ver como sufre.

Sin embargo, ahora se reprime a un cálido abrazo de una hermana mayor dispuesta a estar para él siempre que lo necesite, a diferencia de Dazai.

Los próximo seis meses serán un infierno para Chuuya Nakahara.

•

Ayayayayyyyy, que bonita es esta vidaaaaaaaa(💃🏼💃🏼💃🏼)

¿Como van, cosas bellas?
Recuerden comer, tomar agüita y tomar sus antidepresivos.

Pobre Atsushi en este y el próximo capítulo pasa mucho susto. (y ustedes que sufren bastante también)

Espero les haya gustado, no se olviden de comentar, votar y aún mejor si me siguen.

¡Los veo la próxima semana!